25 May Aquiles y el actual Complejo de Héroe
La necesidad de ser un héroe
En cualquier momento de la historia el ser humano ha tenido que enfrentar situaciones personales que le han impulsado a mostrar comportamientos que podíamos calificar de heroicos. Pero la cuestión que traigo aquí no es esa. Me gustaría centrar el tema en esas personas que manifiestan una afinidad excesiva por ayudar a los demás, por contar con el favor del prójimo y entregarse totalmente a cualquier causa. Es lo que se conoce como:
«Complejo de Aquiles»
Este término fue escogido por el escritor francés Pierre Audiat para referirse a lo que en Psicología se define como:
“La tendencia a ocultar la propia debilidad, la impotencia o la homosexualidad, bajo la apariencia de heroísmo o invulnerabilidad.”
La persona que padece este síndrome no se muestra como realmente es. El sujeto necesita cubrirse con una armadura o fachada de invencibilidad y transmitir a los demás que puede con todo.
Según el poema incompleto Aquileida, escrito por Estacio en el siglo I, cuando Aquiles nació, su madre Tetis intentó otorgarle la inmortalidad sumergiéndolo en la laguna Estigia. Pero olvidó mojar el talón por el que lo sujetaba, permitiendo así que fuese vulnerable en esa zona.
El hecho de que el héroe griego Aquiles tuviera una debilidad nos acerca al perfil que define a los que sufren el complejo. Son personas que necesitan vestirse de héroe para lanzarse a un vacío que ni ellos/ellas conocen.
A los que sufren el complejo de Aquiles les resulta difícil enfrentarse a sus verdaderos sentimientos sin hacer partícipes a los demás de sus intenciones
Pero no consienten obrar en equipo, sino que actúan en solitario y a su manera. No les gusta atender a instrucciones de otros.
El complejo de Aquiles es inherente al ser humano desde tiempo inmemorial. Esa fuerte personalidad acompañada de una aparente seguridad en sí mismos, permite a los sujetos afectados transmitir la sensación de que son seres inalcanzables para los demás, rodeándose de un aura de perfección. Esto puede tornarse en un problema grave si el sujeto no acaba por reconocer sus debilidades y fallos.
Es un tipo de afección que pueden sufrir tanto hombres como mujeres. Súper mujeres y súper hombres interpretan el rol de superhéroes, aquejados de lo que en ocasiones podría ir combinado con un complejo de superioridad. Lo único que persiguen los afectados en ambos casos es que nadie descubra que tienen puntos débiles. Que no vean su “Talón de Aquiles”.
Solo era posible acabar con la vida del héroe Aquiles atacando su talón. El punto débil por excelencia, de donde nace la manida expresión: “Ese es su talón de Aquiles”
Nos trasladamos a la guerra de Troya descrita por Homero para saber un poco más sobre el héroe griego Aquiles, criado en Tesalia, confiado por su padre Peleo al centauro Quirón para que lo criase junto a Patroclo.
Según Homero, el origen de dicha guerra procede de una expedición de castigo por parte de los aqueos, debido al rapto (o fuga) de Helena de Esparta por el príncipe Paris de Troya. El mencionado conflicto fue narrado en un ciclo de poemas épicos de los que solo dos han llegado hasta nuestros días, la Ilíada y la Odisea.
Héctor, hijo del rey de Troya, da muerte a Patroclo y lo despoja de sus armas. Menelao y Áyax el Grande recogen su cuerpo y se lo entregan a Aquiles, quien decide entonces retomar las armas para vengarlo.
En plena batalla en Troya, Aquiles murió a causa de una flecha clavada en su talón por Paris y dirigida por Apolo.
De una forma asimilada al suceso de Troya, cuando alguien descubre la debilidad que aqueja al que sufre el complejo de Aquiles, el acomplejado pierde la posición de supuesta superioridad
Y es entonces cuando queda a la vista el sujeto tal y como es en realidad.
Lo que se evidencia es que los defectos y los errores son propios de todo ser humano. Debemos admitirlo y vivir con ello, pero para algunos eso resulta casi imposible por suponer un gran sufrimiento.
Por tanto, este síntoma lo padecen quienes desean ser el perfecto amigo/a, cónyuge, empleado/a, elemento activo de cualquier grupo… Yo diferenciaría esto del afán de protagonismo que empuja a muchos a lanzarse al escenario para que todos contemplen lo bien que hacen esto o aquello. Miremos más allá de esto.
Quien pretende convertirse en un Aquiles perpetuo lo hace con intención de que al instante quede claro que él y solo él es capaz de ganar una batalla, de resolver problemas.
Pero su verdadero objetivo es llevarlo a cabo como le venga en gana, y tampoco busca la resolución real de conflictos. Lo que les pierde es el afán constante de intentar quedar bien y ser reconocidos.
Al estar vinculado de algún modo con un complejo de superioridad, el que sufre el complejo de héroe es posible que se muestre intolerante e incluso huraño con quienes comparte alguna actividad, encargándose de hacerles ver su superioridad. No obstante, se cuida mucho de tapar sus miedos y temores para que no le vean vulnerable.
¿Cómo superar el miedo al fracaso?
¿Qué es el miedo al fracaso?
El miedo al fracaso, también conocido como atiquifobia, es un temor acusado e irracional a fracasar o a cometer errores. Quienes lo padecen evitan situaciones que puedan comprometerles, sin saber que están perjudicando su calidad de vida.
En Psicología se establecen dos tipos de respuesta ante una eventualidad en la que el sujeto cree que podría producirse el fracaso:
Respuesta de evitación. Es decir, evitan o huyen de todas las situaciones que les relacionen con actividades importantes susceptibles de hacerles fracasar.
Respuesta de sobrecompensación. Se esfuerzan muy por encima de lo necesario con la idea de que así evitarán el fracaso. Esto les obliga a desatender otras cosas importantes en otros aspectos de su vida que quedan empobrecidos.
Las personas acostumbradas a exigirse mucho a sí mismos, intentan por todos los medios dar lo mejor que les permiten sus capacidades. Esta actitud puede residir en el fondo de muchos de nosotros, pero resulta contraproducente cuando sobrepasa de forma exagerada los propios límites. Es importante tenerlo en cuenta, pues puede perjudicar aspectos de la vida como la salud. Estudios recientes han constatado que las personas altamente autoexigentes sienten más ansiedad, estrés y frustración.
El miedo a equivocarnos
Es un temor muy común en la mayoría de la gente, pero no todos se sienten héroes. Tenemos miedo a cometer errores en público, a caer en una supuesta desgracia. Pero no es más que una suposición por nuestra parte, un prejuicio que nos perjudica. En la memoria guardamos malas experiencias las cuales, para algunos, pueden ser motivo de pequeños traumas. Y esto puede llegar a traducirse en la obligación de comportarse como un moderno Aquiles.
Ese miedo es recurrente, se presenta cada vez que aquellos que lo padecen interpretan que están ante una de esas situaciones en las que su imagen puede quedar dañada.
Traigo aquí algunas posibles causas del complejo de héroe. Este lo reflejan aquellas personas que:
-Han recibido una educación excesivamente protectora por sus padres
-Han tenido profesores o educadores demasiado exigentes
-Sujetos que son perfeccionistas por naturaleza
Sin embargo, podemos intentar identificar esas posibles causas o cualesquiera otras en nuestra propia vida. Cuando lo consigamos, el miedo al fracaso se manifestará de manera bastante más manejable, en mi opinión.
Este síndrome refleja esencialmente un claro miedo al fracaso, pero valgan además como ejemplos:
-Sufrir rechazo social, ser criticado, quedarse sin trabajo o perder una relación sentimental. El complejo supone, por tanto, el temor a dejar de ejercer el control sobre distintas facetas de la vida.
El complejo de Aquiles deja entrever una falta de confianza en sí mismo del sujeto, que no queda satisfecho nunca con lo que hace supuestamente por lo demás y necesita seguir haciéndolo de continuo. Los psicólogos identifican este problema con la ausencia o abandono de la figura materna en la infancia del paciente.
Los mecanismos de defensa psicológica en este síndrome están próximos al narcisismo
Freud en su obra “Introducción al Narcisismo” teoriza sobre que el núcleo del narcisismo reside en la inmortalidad de ese buscado YO que en la realidad no existe. El individuo con síndrome de Aquiles, siguiendo una conducta de corte narcisista, tan solo cree en conducirse heroicamente para su encumbramiento personal. Representa el arquetipo del individualismo, asumiendo que ha de estar cuanto antes en la batalla dirigiendo a las tropas por donde haga falta para satisfacer su ego. Sin embargo, el complejo de Aquiles lo obliga a intentar ganar la contienda en solitario.
El personaje de la mitología, el héroe Aquiles, lo que pretendía era destacar por encima de todos en la batalla y gozar de la muerte más honrosa y notoria
Aquiles cree que todos necesitan de él y cuanto más lo manifiesten mayor será su triunfo. Esto significa para quien padece este síndrome que los demás en el fondo no le interesan. Quiere remediar problemas y vencer obstáculos de inmediato y con público a ser posible. Pero no le preocupa el individuo en sí.
Es muy probable que una mayoría se vea identificada con esta actitud ante la vida y que en esencia puede ir ligada de forma connatural al ser humano. ¿Cuántas veces casi sin pensarlo nos ofrecemos a ejercer de pequeños héroes momentáneos cuando alguien más o menos cercano necesita que le presten algo material o favores serviciales?
Muchos habrán hecho gestiones por su cuenta para facilitar un contacto de trabajo, dar una información válida para que alguien se anime a tomar una iniciativa o el simple hecho de charlar con quien sabes que lo necesita
Eso está bien, pero el que desarrolla esa actitud no es probable que padezca de complejo de Aquiles. Este implica una conducta obsesiva y sistemática.
Quizá la diferencia radique entonces en la frecuencia de ese comportamiento.
Es más que sobresaliente, casi divina, la fortaleza, la jactancia, la presunción y belleza física del mítico Aquiles. Eso mismo es lo que desea el afectado por este complejo de héroe, guarecerse tras una fachada de perfección e inviolabilidad. Aquiles representa el ejemplo de todos los que terminan pagando a cambio de llevar una vida ilustre y sin fisuras, aunque resulte temeraria y estresante.
El héroe de Tesalia tuvo una muerte temprana, probablemente debido a ese perfil extremo, al igual que Alejandro Magno, muerto a los 33 años de edad en circunstancias oscuras
Como indiqué antes, cuando queda al descubierto sin la armadura que lo protege, el sujeto pierde la posición de supuesta superioridad. Y ese es el momento en el que debería empezar a darse cuenta de que aceptar que todos tenemos defectos es la solución a sus miedos ante un posible fracaso.
Desde aquí invito a todo el que quiera expresar su opinión al respecto que lo haga enviando sus comentarios. Gracias de antemano.
Hasta el próximo artículo. Salud y suerte.
Bibliografía
- Alvar Ezquerra, Jaime y José María Blázquez Martínez (coords.), Héroes y antihéroes en la antigüedad clásica. Madrid: Cátedra, 1997.
- Mayr, F. K., & Ortiz-Osés, A. (1989). La mitología occidental (Vol. 5). Anthropos Editorial.
- Burkert, Walter, «Los muertos, los héroes y los dioses ctonicos», en Religión griega. Arcaica y clásica. Madrid: Adaba Editores, 2007.
- Ortiz-Osés, A. (1988). CG Jung: arquetipos y sentido. Universidad de Deusto.
- Jung, C. G. (1986). Aion: contribución a los simbolismos del sí-mismo. Paidós.
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