16 May Copias biónicas y estrategias. Cap. 9 de Sangre entre los escaños
Os traemos aquí el episodio nº9 de «Sangre entre los escaños» en el que colabora al 50 por ciento mi amigo Antonio Arenas, a quien nunca estaré suficientemente agradecido por su excelente aportación.
Ver episodio anterior.
Resumen
El presidente Prometeo Nadal discute con asesores del Centro Nacional de Inteligencia Artificial (CNIA) la estrategia a seguir ahora que su clon está a la espera de recibir nuevas instrucciones. Para hacer viable su continuidad en la presidencia del gobierno deben encontrar un culpable del envenenamiento del «presidente». El presidente real, no su copia clónica, permanece a resguardo en las islas Fiji hasta que decidan su regreso y resucitación a la vida pública. Sólo unos pocos allegados saben que es su clon el que ha sucumbido al veneno. La copia biónica se halla desconectada en la clínica Private-Corp, a buen recaudo hasta que sea necesaria su reactivación.
Por otra parte, Olivia Turner visita la mansión de un amante que su pareja oficial, Ploteo Hermida, jamás habría imaginado.
Copias biónicas y estrategias
En esta ocasión se abre el telón con la contribución de:
(Marcos):
Abdón Monegal desapareció del Orfanato “Almas de Dios” tras la masacre que ejecutó siendo aún adolescente allá por los años ochenta.
Haber rajado hasta la exanguinación a dieciséis compañeros en un aquelarre de sangre y venganza en su “noche toledana” particular, supuso para Abdón el bautismo de fuego para poder enfrentarse con total seguridad a cualquier eventualidad que se fuera a presentar en su vida.
Y el bachiller Abdón Monegal podía dar fe de que tuvo muchos trances y encargos de sangre de los que había salido airoso. Tenía por costumbre no dar nunca la cara ante sus víctimas y con el tiempo alcanzó un estatus que lo alejó definitivamente de aquellos cometidos. Su vileza quedó enfocada en traiciones y engaños que siempre quedaban impunes.
Celestino Calamuelas, director del orfanato, solía incluir a los residentes más avispados en un plan de reinserción social consistente en enviarlos a entidades como el Centro Nacional de Inteligencia Artificial (CNIA) para realizar labores elementales de ayuda en un principio, como si se tratara de ordenanzas. Ser huérfanos según el criterio del CNIA, implicaba un avance en cuanto a seguridad pues pasaban desapercibidos para la sociedad y resultaban irrastreables para cualquier programa de seguimiento personal al uso.
La trágica noche en que Abdón se deshizo de sus dieciséis compañeros, otros siete fueron testigos de la carnicería. Habían conseguido ocultarse en un trastero común situado junto al dormitorio desde donde miraban a través de unas rejillas de las puertas todo lo que estaba sucediendo ante sus ojos. Espantados, contemplaron cómo su compañero Abdón, el del chascarrillo “Moneguillo, te falta un tornillo” con el cual se burlaban de su apellido, disfrutaba destripando al resto de sus compañeros en una especie de ritual inmisericorde donde los restos orgánicos de los cuerpos terminaron por cubrir el suelo.
Esa noche, aprovechando que los monitores de sala del Hospicio se hallaban viendo la semifinal del partido futbolero Real Madrid–Bayern, evento que les había sustraído cualquier sentido racional, Monegal había sorprendido a sus compañeros en la sala–dormitorio mientras dormían.
La rabia que sentía por la humillación sufrida desde hacía tantos años bajo el peso del acoso indiscriminado, redoblaba el ímpetu con el que asestaba golpes mortales.
Los siete testigos gemían de terror ante la escena vislumbrada apenas por entre los barrotes de las puertas del trastero. Aguantaron la respiración durante tiempo indefinido, procurando no ofrecer pistas de su presencia al temible “Abdón el exterminador”, como le calificarían los medios de comunicación al revelarse el multitudinario crimen.
Treinta y cinco años más tarde, el recuerdo de ese nombre y del apellido Monegal, había ido diluyéndose en la memoria de la gente sin constituir un factor suficiente para levantar sospechas de relación entre uno y otro personaje: el asesino desaparecido cuando era adolescente y el político del partido Granate. Podía haber más de un usuario de dichos nombres, por qué no.
Los siete muchachos relataron lo ocurrido al director del orfanato, el cual no permitió que ninguno hiciera declaraciones a los medios. La desaparición de Abdón, el asesino reconocido por todos, quedó sin resolver para desvanecerse en el aire.
Los supervivientes, como otros compañeros que lamentablemente contaban ya como víctimas, figuraban en un programa de formación especial al que habían sido apuntados tiempo atrás por el director Celestino Calamuelas mediante el cual entrarían a formar parte del equipo auxiliar número seis del CNIA. Las habilidades de los siete eran muy dispares y al principio desempeñaban trabajos de tipo doméstico en las oficinas, dando esplendor a los suelos y baños y atendiendo labores de hostelería. Al cabo de los años y de cursos de formación específica en nuevas tecnologías, los siete testigos pre–adolescentes del asesinato múltiple más macabro de la historia reciente comenzaron a ocupar diversos puestos clave en el organigrama de aquel organismo dependiente del Estado.
En la actualidad, dos de ellos habían desarrollado un software controlado por una inteligencia artificial que conseguía replicar el ADN de un cuerpo humano de manera exacta. Su aplicación más reciente había sido obtener el doble biológico del actual presidente envenenado en directo en un programa televisivo de máxima audiencia de la periodista Milagros Mercé.
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Una noche de pasión había desatado los instintos más básicos entre Olivia y el desgastado showman José María Índigo. El gran chalet de tres plantas que este último poseía en una urbanización de lujo allá en la sierra norte de Madrid, ofrecía a sus invitados un escenario de fantasía cuya visita cualquiera querría repetir.
Era una mansión domotizada, con todo tipo de artilugios mecánicos, robots–minibar en las habitaciones accionados por voz, reguladores de luz, persianas y televisores totalmente automatizados y un sistema de duchas de vapor que resultaba inigualable por los baños turcos.
–Has estado estupendo, José María, como un guerrero del vikingo Ragnar celebrando una de sus grandes victorias. Eres el mejor amante que he tenido.
–Vaya, Olivia, me sorprendes. Pensaba que Ploteo Hermida lo era todo para ti. No es que me importe pero ¿es bueno en el lecho?
Acto seguido, Olivia Turner se incorporó sobre el colchón de agua y se puso el dedo índice sobre los labios rogándole silencio. Después recorrió a pie la distancia que la separaba de la ducha de vapor y se detuvo, invitando al showman a seguirla en su camino.
Una vez situado bajo los chorros de vapor aromatizados con hierbabuena y menta, José María lanzó su manifiesto.
–Ya es momento de dejar las cosas claras a tu querido Ploteo. Nunca conseguirá pasar de simple plumilla de un periodicucho y tu estás muy por encima de ese nivel. Te mereces a alguien que abra para ti un futuro de éxito, mi querida Olivia.
El showman sabía que ella ya gozaba del éxito social, pues llevaba años moviéndose por los ambientes más influyentes de Madrid, a los que él no era ajeno. Pero quizá la ambición pueda con todo.
–Es muy tentador esto que dices, pero no estoy preparada. Yo… yo me enamoré de Ploteo profundamente. También reconozco que él no tiene demasiado tiempo para mí pues su trabajo no le deja. Necesito… necesito tiempo para asimilar todo esto.
–¿Así llamas a nuestra relación? ¿esto? Te creía más madura, Olivia.
–No estoy preparada, Josemi. ¿Crees que puedo abandonar a Ploteo así como así?
–Pero la cuestión es ¿deseas hacerlo? ¿Qué esperas de mí?
Una de las mujeres mejor relacionadas de Madrid, dotada de una llamativa belleza, independiente y segura de sí misma, no necesitaba precisamente dar un cambio así en su vida. Pero hay encrucijadas que complican la línea recta del camino.
–Algún día lo haré, Josemi. Algún día.
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En el CNIA, dos de los supervivientes a la matanza ejecutada por Abdón en el orfanato en la década de los ochenta, ponían en marcha secretamente, sin que los altos mandos del CNIA estuvieran informados, una cápsula de clonación humana. Esta era idéntica a la desarrollada por ambos para obtener la copia clónica del presidente Prometeo Nadal. Una inteligencia artificial se encargaba de procesar la información que el software inventado por ellos transmitía a las conexiones neuronales, las responsables del crecimiento acelerado del clon.
Era necesario garantizar la seguridad del proceso en todo momento para evitar que se malograse el espécimen. Habían necesitado tres cuerpos antes de lograr el que operaría definitivamente como clon.
En esta ocasión, el método incluía una señal electromagnética de baja frecuencia que activaba o desactivaba el sistema límbico del cerebro. Se evitaba así que la mente del clon tomara otros derroteros en lugar de ser un calco de la mente del presidente.
No podían permitir que el clon se desviara ni un ápice de la conducta y forma de ser de aquel a quien estaba destinado a sustituir.
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(Contribución de Arenas):
La prensa nacional e internacional llevaba varios días haciéndose eco de los terribles acontecimientos ocurridos en el programa de la Mercé. Esa mañana radios y televisiones abrieron con una impactante noticia. Nada menos que la detención de Monegal, mano derecha y fiel escudero del presidente, acusado de su envenenamiento y posterior asesinato.
Los periodistas Mateo y Ploteo, dando vueltas a la noticia en la redacción de su periódico, intentaban digerir los nuevos acontecimientos como podían. Se sentían tan aturdidos como el resto del país.
–Mira Ploteo, no me creo nada de esta maldita versión oficial.
–Mateo, el propio presidente del Gobierno señaló con su dedo acusador a Monegal. “Es él, es él”, fueron sus últimas palabras grabadas por las cámaras del programa de Milagros Mercé para la posteridad. Y luego está la autopsia practicada al cadáver, en el que se han encontrado grandes dosis de un potente veneno. Junto a este, había un rastro mínimo de las sustancias relajantes que Nadal creía haber estado ingiriendo antes de su intervención.
–Ya, y se supone que Monegal fue quien se lo suministró. Pues no me cuadra. Esto tiene pinta de ser una ocurrencia de los impresentables del CNIA. ¿Tan torpe es ese tipo como para envenenar a su jefe nada menos que en un programa de televisión en directo?
–No parece muy lógico, la verdad –respondió Ploteo.
Y hasta aquí llega el noveno episodio de esta saga. No os perdáis el capítulo siguiente.
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Te deseo salud y suerte en la vida.
Nota: todas las imágenes de este post incluida la portada pertenecen a la página bing.com/images/create/ a no ser que se indique otro origen en el pie de foto.
Io
Posted at 21:37h, 22 junioJajajajaja, ese es un título que me queda muy pero que muy grande. Cierto es que me tiene muy enganchada está saga. Estáis haciendo un trabajo estupendo y el suspense me tiene atrapada
marcosplanet
Posted at 10:53h, 23 junioMe encanta tu comentario. Muchas gracias y un abrazo.
Io
Posted at 02:39h, 22 junioQuerido Marcos y Arenas, he estado un tiempo muy liada y no he podido seguiros con la saga, pero prometo ponerme pronto al día, que veo que habéis sacado varios capítulos más.
Esto que estáis haciendo los dos, mano a mano, es fascinante, vuelvo a retomar la saga y ambos conseguís avivar mi curiosidad y deseo de seguir leyendo.,
Me encantan los vuelcos de la historia, me aterra la infancia de Abdon, sorprende la infidelidad de Olivia, con el que creo recordar,, era el referente de su marido, La clonación del presidente….en fin, mi enhorabuena a los dos y me declaro fan incondicional vuestra ????
marcosplanet
Posted at 17:21h, 22 junioMuchas gracias Io por tu dedicación y entrega a «Sangre entre los escaños». Te nombro embajadora de la saga por derecho propio.
Abrazos.