El eterno asunto pendiente. Relato breve

Mauricio se veía correteando entre callejuelas sin nombre sin saber cómo había llegado hasta allí. Una sucesión de puestos callejeros destartalados en su mayoría, jalonaban el espacio que sus piernas intentaban dejar atrás con la mayor velocidad posible.

Sus fuerzas estaban intactas, pero le daba la sensación de que no avanzaba lo suficiente para escapar.

–¿De qué estoy huyendo? –decía para sí entre jadeos. Su cabeza intentaba razonar, al tiempo que dedicaba un denodado esfuerzo a intentar superar el estrés que invadía su glándula pineal, sí, esa donde Descartes aseguraba que estaban involucradas las sensaciones, la imaginación, la memoria y que otros consideraban un órgano causante del exceso y el delirio.

–Debo seguir corriendo, no puedo detenerme ahora, me alcanzarán.

Mauricio giró la cabeza hacia atrás para darse cuenta de que en ese momento nadie le seguía, aunque un fragor no muy lejano anunciaba lo contrario. Un grupo de dos o tres desconocidos se le acercaban por detrás a no más de cien metros.

Lo curioso es que sus perseguidores formaban un conjunto de siluetas desfiguradas que no parecían humanas sino más bien cosas en movimiento que pretendían alcanzarle. Le gustaría saber el motivo y si su glándula pineal le estaría jugando una mala pasada.

No podía distinguir caras ni cuerpos. Se le cruzó la idea ridícula de que la quimera de la cual huía consistía en enormes carpetas llenas de papeles viejos que sobresalían de ellas amenazando con caerse. Un enorme reloj de bolsillo mostraba la hora con manecillas que a Mauricio le resultaron amenazadoras. La cadena clásica engarzada en ese tipo de medidor del tiempo arrastraba por el asfalto produciendo chispas que añadían inquietud al perseguido.

Nada tenía sentido, nada parecía real.

–Pero ¿Qué me han dado de beber en la cena? ¿Dónde era el evento? –se preguntaba cada vez más desconcertado–. No, no ha habido ningún evento –concluyó mientras no dejaba de contemplar el ángulo trasero en su carrera desenfrenada. De ahí provenían el vociferio y el ruido producido por la quimera empapelada y su capitán el reloj de bolsillo.

En su deriva alocada por las calles más grises que haya contemplado jamás, Mauricio encuentra un resquicio, un rincón que le permitirá cambiar de dirección y dar esquinazo a la quimera.

Necesita agarrase a un asidero que sobresale casualmente de la providencial esquina y eso le ayuda a tomar la nueva trayectoria con éxito. Ya en medio del corredor elegido, se esconde entre grandes cajas de cartón y planchas de maderas ajadas por el tiempo. Espera con ansiedad que pase de largo la loca comitiva que va sembrando la calleja de enormes papelotes y carpetas vaciándose a su paso.

–¿Qué he debido hacer para encontrarme así? –Mauricio repasa mentalmente ese aciago día que no acababa de centrar en su mente.

–Algo me afecta que no sé identificar, pero existe, está presente en mi memoria…

El rumor de la comitiva demencial que tanto asusta a Mauricio parece haber desaparecido ¿Habrá sido eficaz su oportuno escondite?

Sin embargo, otro factor de desasosiego para él es descubrir que estaba totalmente desnudo, sin un ápice de tela que pudiera disimular sus vergüenzas.

–¿Y ahora qué? –se preguntaba nuevamente desolado– ¡Debo cubrirme, por Dios!

Sumergido en tal pensamiento mira hacia arriba. Lo hace porque cree haber escuchado unas palabras que procedían de esa dirección. Las palabras sonaban cada vez con más rotundidad:

<<Debes prepararte el examen. No has estudiado nada. Te quedará esa asignatura y no podrás aprobar la carrera>>.

Su amada carrera universitaria estaba en juego, pero ¿cómo? Si él ya había pasado de los cincuenta, tenía mujer e hijos, el mayor de veinte años ¿Qué debía hacer?

De una manera que no termina de comprender, obtiene una especie de tela abandonada junto a la grisácea pared de la calleja. Tapa como puede su cuerpo desprovisto de ropa y por fin localiza una salida.

Ahora encuentra ante él un escenario muy diferente, un esplendor como el renacer de un nuevo día. Cree vislumbrar la solución al enigma. El sueño nocturno acababa de revelarle que tenía temas pendientes. A pesar de la seguridad y la armonía que arropaban su vida, con una familia consolidada y muchos anhelos cumplidos, Mauricio no contabilizaba asuntos que faltaban en el balance de su historia.

–Aquella llamada que nunca hice para intentar recuperar la relación con mi hermana, perdida en antiguas rencillas que ya no cobran sentido. Voy a invitarla a mi casa sin falta.

–El rechazo hacia esa persona que creía firmemente que me despreciaba y resultó que fue la primera en ofrecerse cuando necesitaba ayuda económica. Nunca se lo agradecí como se merecía. La abrazaré y le diré que fui un auténtico cretino.

–Tampoco he dicho a mis hijos que estaba orgulloso de ellos, de su esfuerzo en la vida y lo bien que han hecho las cosas. Eso ya no va a seguir así, lo prometo.

Pero, aunque consiguiera renacer de sus faltas y poner al día los asuntos pendientes, siempre quedaría en lo más hondo de su ser el rescoldo de no haber satisfecho la inocente ilusión de su padre de compartir unas cervezas y unas raciones en el bar del pueblo.

Fue aquella vez en que Mauricio tenía prisa por volver a la ciudad para comprar un décimo de lotería antes de que cerraran su administración favorita, esa que nunca le había dado suerte.

Rechazó la invitación del mejor padre que haya podido existir y que abandonaba este mundo el mismo día en que Mauricio perdió veinte euros jugando a la lotería.


 

Bueno, aquí acaba esta historia. Da un click al corazoncito de más abajo si te ha gustado y sobre todo déjanos un comentario. Tu opinión es muy valiosa para mí.

¡Salud y suerte en la vida!

 

Nota: las imágenes de este post pertenecen a la página Deviantart.com

15 Comentarios
  • Io
    Posted at 03:33h, 16 febrero Responder

    Una vez más Marcos, gracias por la reflexión
    y moraleja que nos dejas, Efectivamente hay que dar prioridad en la vida a las cosas realmente importantes, y ¿qué hay más importante que las personas que nos quieren y queremos?……nada!
    Es un trabajo que todos deberíamos practicar cada día, dedicar tiempo a esas personas que queremos y apreciamos, hacerles saber lo importantes que son para nosotros…..sin ninguna duda, todos seríamos más felices si lo practicáramos.
    Gran relato Marcos ????

    • marcosplanet
      Posted at 07:11h, 16 febrero Responder

      Muchas gracias Io. Así pienso yo. Luego vienen los arrepentimientos si ves que no has hecho lo suficiente, pero ya no sirve para nada.
      Un abrazo fuerte, campeona.

  • AMAIA LARRREA
    Posted at 11:21h, 31 enero Responder

    Hola Marcos.
    Genial como siempre.
    Esta vida que nos arrastra y muchas veces valoramos en exceso
    algunas tonterías y pasamos por alto lo verdaderamente importante.
    Cada día y a tope.
    Aplausos y Abrazo grande

    • marcosplanet
      Posted at 15:49h, 31 enero Responder

      Muchísimas gracias Amaia por tus amables palabras y por tu tiempo al pasarte y comentar.
      Abrazos.

  • Rosa Fernanda
    Posted at 08:42h, 31 enero Responder

    Cómo transmites la angustia y la frustacion que nos producen las asignaturas pendientes. Has logrado que me emocione, recordando las mías….pero tenemos que asumir que no somos seres pluscuamperfectos…
    Me ha encantado tu alusión a la glándula pineal. .Eres » la leche»!!.
    Felicidades y gracias por compartir

    • marcosplanet
      Posted at 15:53h, 31 enero Responder

      Muchísimas gracias Rosi. Tú sí que eres la más grande.
      Un abrazo muy muy fuerte.

  • Mila Gomez
    Posted at 02:03h, 31 enero Responder

    Me sentí inmersa en en ese sueño carrera, un sueño entre la luz y la oscuridad, ahí es donde no sabemos si la grándula pineal está actuando correctamente (un puntazo haberla incluido, Marcos). Resalto del relato la importancia que al final tuvo para Mauricio, nunca estarde para arreglar esos asuntos que la mente nos trae en un momento dado, casi sin saber por ni para qué, pero que bueno hacerle caso. Arreglar asuntos pendientes, poner en orden lo mejor posible nuestra vida, siempre se puede hacer algo, aún más, cuando se es consciente delos «errores»cometidos o, descuidos. El reconocer lo del padre, también puede ser una liberación para el alma. de alguna forma, las dos almas se unen en ese bar en donde tuvo que haber una charla y un compartir cerveza. Es como, si al verlo así, queda subsanado el error. Muy buen relato, reflexivo en el sentido de que, todos deberíamos hacer de vez en cuando un estudio de nuestra historia para saber mejor en dónde nos perdimos. Gracias, por compartir esta experiencia.
    Que tengas una muy feliz semana, Marcos.

    • marcosplanet
      Posted at 07:13h, 31 enero Responder

      Me alegra que te haya gustado la reflexión, Mila. Me quedo con tu frase:
      «Todos deberíamos hacer de vez en cuando un estudio de nuestra historia para saber mejor en dónde nos perdimos». Es magistral.
      Muchas gracias por tu aportación.

  • Ric
    Posted at 09:33h, 30 enero Responder

    Resulta muy importante aprender a valorar a quien bien te quiere y quienes no, muchas gracias por compartir el relato Marcos. En este mundo de las prisas, muchas veces decimos no tener tiempo, la realidad es otra bien distinta.
    Saludos!

  • Froi
    Posted at 14:12h, 27 enero Responder

    ¿Lo soñé?¿Ocurrió de verdad? El enigma de los sueños, la carrera de la vida. Procuramos ordenarlo, volver atrás en apreciaciones que no hicimos cuando tuvimos ocasión. Gracias por cada historia que nos muestras y donde siempre cabe una reflexión interesante.

    • marcosplanet
      Posted at 15:17h, 27 enero Responder

      Muchísimas gracias a ti, Froilán. El relato tiene desde luego un componente onírico. «El enigma de los sueños, la carrera de la vida», me ha gustado esta frase tuya.
      Saludos.

  • Arenas
    Posted at 11:31h, 27 enero Responder

    Es uno de mis sueños recurrentes: me falta por aprobar una asignatura de la carrera, y no hay forma humana de conseguirlo. Una y otra vez le doy vueltas a la manera de afrontar el problema, y siempre un infranqueable muro me lo impide. Has dado en la diana, hermano. Algo hay por ahí irresuelto que mi cerebro me devuelve como asignatura pendiente. Maravilloso tu escrito, como es habitual.

    • marcosplanet
      Posted at 15:18h, 27 enero Responder

      Me alegra compartir ese tipo de inquietud sobre temas pendientes que se pasean por la mente en forma de sueños que hay que interpretar.
      Un fuerte abrazo.

  • Federico
    Posted at 22:07h, 26 enero Responder

    La angustia de la persecución me recuerda a la película Marathon Man con Dustin Hoffman. Saludos y buen finde.

    • marcosplanet
      Posted at 07:16h, 27 enero Responder

      Muy buena la observación. Muchas gracias por tu aportación, Federico.
      Buen fin de semana!

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