02 Nov El gran Valle de Otal. Deslumbrante Pirineo aragonés
El valle de Bujaruelo y el río Ara son vecinos del valle de Ordesa
Estamos en la provincia de Huesca, en el bellísimo Pirineo aragonés. El río Ara surca el valle de Bujaruelo y el río Arazas atraviesa el valle de Ordesa. Ambos cursos de agua confluyen bajo el puente de los Navarros. Desde aquí discurren hacia la localidad de Ainsa.
Los valles de Ordesa y Bujaruelo concentran la mayor variedad de actividades de montaña de todo el Pirineo Central. Alrededor de ellos se elevan más de 20 cimas de más de 3000 metros, paisajes kársticos (rocas calizas horadadas por las aguas), senderos aéreos, evocadores bosques, saltos de agua y ríos de ensueño.
Bujaruelo es punto de partida de subidas a pie a montañas como el Vignemale, el Taillon, los Gabietos, Tendenera o el pico Mondarruego frente a Torla
También es un lugar de paso de rutas como la GR11 y La Alta Ruta de los Perdidos.
.Quien disponga de suficiente tiempo y energía podrá cruzar la Brecha de Rolando partiendo desde Bujaruelo para vivir una experiencia inolvidable
Empezando en el mes de Marzo, cuando el Refugio de San Nicolás de Bujaruelo abre sus puertas, se pueden recorrer rutas de esquí de montaña, escalar las caras norte de los picos Taillon y Gabietos, o disfrutar de paseos con raquetas de nieve a lo largo del valle de Otal.
Conforme avanza la temporada, ya en primavera, podemos dejarnos sorprender por el valle de Bujaruelo y el Valle de Ordiso. Es muy placentero contemplar los bosques de hayas que empiezan a estallar en miles de flores. El deshielo es un espectáculo natural, que aporta al río Ara un caudal de agua azulada. Este desciende por las pendientes con un brío imparable hasta el puente románico de Bujaruelo.
Los valles de Bujaruelo, Ordiso y Otal, colindantes por el oeste con el valle de Ordesa, forman parte de la Reserva de la Biosfera de Ordesa-Viñamala. El de Otal tiene una morfología debida a su origen glaciar en forma de U. A lo largo de él se enseñorea trazando delicadas curvas el río Otal, cuyo nacimiento procede del fondo del valle.
Nuestro punto de partida se sitúa en el puente de Bujaruelo que es un puente románico del siglo XIII tendido sobre el río Ara
El puente se encuentra en el valle del mismo nombre, dentro del Lugar de importancia comunitaria denominado Bujaruelo – Garganta de Los Navarros. Su ubicación privilegiada le hace limitar con el Parque nacional de Ordesa y Monte Perdido. Junto al puente se encuentran los restos de la ermita de San Nicolás de Bujaruelo y una zona de acampada. Se trata de un puente de piedra y cuenta con un solo arco. Servía para permitir el acceso a quienes se dirigían al pirineo francés en tiempos perdidos en la historia de estas tierras.
Tradicionalmente, el valle de Bujaruelo, desde donde partimos, ha sido un lugar de paso hacia la localidad francesa de Gavarnie, donde encontraremos el famoso circo glaciar y la cascada situada a mayor altura de toda Europa. Estas son tierras de rica historia: perduran acuerdos ganaderos sobre pastos del S.XVIII, que rigen aún entre los ganaderos del valle de Broto y los de Gavarnie.
Sus rutas históricas y su ambiente alpino convierten al Circo de Gavarnie y al cercano macizo de Vignemale en un lugar de obligada visita para los amantes de la montaña
Además, es tierra de alpinistas desde hace décadas.
El valle de Otal goza de la protección de las cumbres calcáreas que forman la sierra de Tendeñera o Tendenera, como la Peña Otal (2709 metros) o el pico Tendeñera (2853 metros), que es el pico más elevado de esta impresionante cadena de montañas.
Para poder disfrutar plenamente de estas excursiones, nosotros nos alojamos en Torla (Huesca). Te indicamos cómo llegar desde Torla al valle de Bujaruelo:
San Nicolás de Bujaruelo es un punto de partida lleno de historia en el camino hacia el valle de Otal
En esta ubicación hubo un antiguo hospital de peregrinos. La primera construcción data del siglo XII y fue ejecutada por la Orden de monjes caballeros del Hospital de San Juan Bautista de Jerusalén, más conocidos como hospitalarios o sanjuanistas. Esta Orden era originaria del vecino valle francés de Gavarnie y está entroncada con la legendaria Orden de Malta (1530).
Recordamos que la Orden de Malta fue fundada con intenciones benéficas y piadosas, para convertirse luego en un cuerpo armado afamado por los hechos bélicos en los que participó.
El lugar cuenta actualmente con el Mesón del Refugio, que lleva atendiendo a peregrinos y montañeros desde el siglo XII. El puente románico sobre el río Ara y la ermita derruida del siglo XII, nos hechizan. Estamos a 1338 metros de altura.
El refugio ofrece servicio de albergue, restaurante, camping y aparcamiento para vehículos
DIRECCIÓN
Calle Única, S/N – 22376 Torla, Huesca (Aragón)
Teléfono: 974 486 412 (Atención: 10 h a 20 h).
info@refugiodebujaruelo.com
Desde el refugio salen diversas rutas, de las cuales podemos elegir la que más nos apetezca por niveles de dificultad. Lo que es seguro es que quedarás sorprendido por la inconmensurable belleza de estos parajes. Son travesías espectaculares por el valle de Ordesa que, si sigues los recorridos más largos, te pueden llevar hasta los valles vecinos de Panticosa o Gavarnie.
Partimos del aparcamiento junto a los restos de la iglesia de San Nicolás de Bujaruelo con rumbo a la fuente de Femalla
Una vez cruzado el puente románico, y siguiendo el camino que encontramos a la izquierda (GR-11), emprendemos la andadura junto al curso del río que nos llevará hasta el Valle de Otal, donde nos espera la cascada de la Paúl.
Duración de la ruta – Entre 2-3 horas, dependiendo de las paradas, fotos…
Distancia – 10.2 km
Desnivel – 285 m.
Dificultad – Baja
Al final nos quedamos a un par de kilómetros de la cascada porque el tiempo empeoró y no queríamos que nos pillara la lluvia en el regreso.
Nos adentramos en un espléndido valle junto al río Ara. La sombra de un bosque de pinos, hayas y bojes se proyecta sobre las orillas.
Tras superar los primeros metros, cruzamos el Barranco de Sandaruelo, primero por un puente metálico y luego a lo largo de dos grandes troncos colocados de orilla a orilla.
Después de pasar el barranco Sandaruelo, nos sumergimos en las preciosas praderas de Fenal y Laña Larga hasta llegar al puente de Oncins.
La pradera se va abriendo más y más para demostrarnos que disfrutar a pleno pulmón de la naturaleza en este Pirineo aragonés es un privilegio. Un circo de montañas a cada cual más bella, ofrecen un panorama impresionante. Contemplamos los más brillantes tonos de las aguas de cristal de este río de vida.
Vamos ascendiendo ligeramente hasta un cruce de caminos donde vemos la pista que conduce a Panticosa Balneario, pero la ignoramos. La nuestra es la que va en sentido contrario hacia Otal.
Llegamos al puente de Oncins para cruzar el río Ara en un momento en que luz y sombras se conjugan para ofrecernos bellos contrastes
Alcanzamos la fuente de la Femalla, donde el camino se divide. Llevamos unos 30 minutos caminando desde San Nicolás de Bujaruelo. En este punto podemos optar por ir hacia el Valle de Otal o hacia el Valle de Ordiso.
Seguimos la senda que indica “Valle de Otal”.
Vamos ascendiendo admirando un paisaje que no se puede describir con palabras. La ruta serpentea y en cada recodo nos descubre panorámicas inesperadas. Canales plateados que identificamos como torrenteras en la lejanía discurren por las laderas enriqueciendo la montaña con sus aguas de deshielo.
No exige más de 40 o 45 minutos alcanzar la entrada al valle de Otal, pero a nosotros nos entretiene mucho la maravilla de paisaje que regala el circo montañoso.
Hacia el Norte, está el Macizo del Vignemale, hacia el noroeste, el Puerto de Bujaruelo, y hacia el este se eleva el Pico Mondarruego presidiendo el pueblo de Torla, donde tuvimos la gran fortuna de alojarnos.
En los meses del verano dicen que el azul de los lirios alfombra grandes espacios la vega del Valle de Otal. Es posible encontrar acónito junto al puente y la planta Edelweis en las estribaciones de sus pendientes. Apuntamos que el Acónito es una planta herbácea de tallos erguidos, hojas palmeadas, flores azules o blancas y que resulta venenoso cuando la semilla ha madurado.
Poco a poco conseguimos avanzar sin sucumbir al mágico encanto de esta cadena paradisíaca de montañas, valles profundos y enigmáticos y vegetación agreste que invita a respirar la pura energía que desprende el paisaje.
Nos encaminados por el llamado camino de Torla, que va dibujando una sinuosa trayectoria hasta el collado, donde aparecemos ensimismados para admirar una espléndida panorámica del valle de Otal.
Para acceder al valle existe una barrera metálica que debemos dejar cerrada siempre para evitar que escape el ganado que pasta por esos lares
Aparte de un manantial de agua pura que surca el valle procedente de los neveros de mayor altura, podemos observar las principales montañas del valle que comentamos antes: la Peña Otal y el pico Tendeñera.
Existe un salto de agua que forma el barranco de la Paúl (cascada de la Paúl), a escasa distancia de la desembocadura en el río Otal
Lo cierto es que, como apuntamos al principio, no quisimos continuar debido al empeoramiento del clima, así que regresamos por donde habíamos venido, tomando de nuevo la bajada por el GR-11 hacia San Nicolás de Bujaruelo.
Ya de vuelta, en el puente de Oncins, volvemos a contemplar las fresquísimas pozas que forma el río Ara.
La verdad es que resulta tentadora la posibilidad de darse un reparador baño en ellas.
Alcanzamos de nuevo en nuestra ruta circular la Fuente de Femalla, donde la bifurcación de caminos abre el acceso hacia el puente de Oncins o hacia San Nicolás. Tomamos de referencia las marcas blancas y rojas del GR.11.
Tras disfrutar del valle de Otal, es el momento de atravesar una ruta mágica de pradera y bosque, un jardín natural donde el boj predomina
El resto de vida vegetal lo aportan hayedos, serbales, pinos negros, abetos, fresnos y tejos. También encontraremos la histórica flor de Lys, azucena silvestre o la corona de rey .
Respecto a la fauna, el valle es un refugio privilegiado para especies en riesgo de extinción. Entre ellas a destacar el oso pardo pirenaico, el urogallo, Gypaetus barbatus y la Lagopus Muta o el Desmán de los Pirineos.
Sin embargo, las especies más fáciles de ver son las nutrias, buitres y marmotas.
En fin, hemos disfrutado muchísimo de este recorrido que recomendamos encarecidamente a todos los amantes de la naturaleza. Para descubrirlo en familia y contar la experiencia alrededor de una hoguera.
Nos despedimos hasta el próximo episodio de marcosplanet.
Salud y suerte!!
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