El hombre tras el mostrador

Estábamos alcanzando la frontera entre Alaska y Canadá, en pleno territorio del Yukón. Whitehorse es su capital además de la única ciudad de toda la provincia y una de las trece entidades federales de Canadá.

La cresta de los montes Mackenzie da forma a gran parte de la frontera oriental. Nuestra idea era hacer la ruta de los Lagos escondidos o Hidden Lakes Loop, cerca de Whitehorse para después asistir al Yukon Quest, una carrera anual de trineos tirados por perros desde Whitehorse hasta Fairbanks.

El esquí alpino en el monte Sima era el objetivo final de nuestra visita. Para ello acudimos a una de las tiendas de Whitehorse. En su interior flotaba el silencio y nadie más que mi mujer y yo estábamos allí. Tocamos la campanilla situada sobre el mostrador de la tienda. El repicar quedó como suspendido en el tiempo por la ausencia de respuesta y no pareció tener efecto.

 

–Total, para un par de botas de esquiar podemos buscar otro sitio, Rodrigo –dijo ella.

Yo me afanaba llamando al timbre con premura.

–Mira, Noelia, está ahí, en la trastienda. Ahora parece que se ha dado por enterado. Qué tranquilos deben vivir por aquí los parroquianos.

«El hombre de detrás del mostrador siguió escribiendo algo en su teléfono móvil con cara de aburrido» antes de volver a dirigirnos una mirada. Una vez en el mostrador junto a nosotros, su gran estatura nos sorprendió. Daba el aspecto de un enterrador de cementerio que acabara de hacer su trabajo con alguien todavía vivo.

–El espectáculo no comienza hasta las doce del mediodía –anunció el tendero sin saludar.

–¿Qué espectáculo? –pregunté sorprendido.

–¿No han venido para eso? –repuso el otro con igual sorpresa–. Bueno, son nuevos aquí, lo entiendo. La sesión consiste en un fenómeno que ocurre cuando la gente se concentra aquí y yo apago las luces. Algo de origen paranormal. Parapsicología y todo ese rollo. Lleva ocurriendo desde hace cosa der un año y yo de paso le saco una modesta renta al evento.

 

–Ya, bueno pues veníamos a por unas botas…

 

Una vez hubimos salido de la tienda de esquí reconvertida al parecer en teatro de variedades, no pude evitar un comentario.

–¿Qué me dices, Noelia, nos apuntamos a las ciencias ocultas?

 

Ver el siguiente episodio

 


 

Este microrrelato es mi aportación al reto de los jueves, organizado el 18 de enero de 2024por Cecy bajo el título: «En un abrir y cerrar de ojos, una frase me inspira». Lo encontraréis en su blog Deshojando Relatos.

Abres un libro, descubres una frase al azar que nos inspire unas historia o poesía y lo usas para redactar tu escrito.

La frase aparece entre comillas en el texto: “El hombre de detrás del mostrador siguió escribiendo algo en su teléfono móvil con cara de aburrido”. La he extraído del libro “Bajo la Puerta de los susurros”, de TJ KLUNE.

Haced click en el corazoncito de más abajo (está muy cerquita, a unos centímetros de tu ratón). Y deja un comentario por favor. Vuestra opinión es muy valiosa.

Salud y suerte en la vida

27 Comentarios
  • ARENAS
    Posted at 13:06h, 24 enero Responder

    Cómo sabes enganchar al personal con tus escritos, hermano.

  • Anónimo
    Posted at 09:06h, 22 enero Responder

    Algunos viajes nos deparan sorpresa y este sin duda alguna una y grande. Buen relato!
    Saludos!
    lady_p

  • Esther
    Posted at 00:11h, 21 enero Responder

    Muy bien ambientado el relato; estuve en una ocasión de vacaciones en Canadá, no por la zona donde trascurre el relato pero ese silencio, la parsimonia del dueño de la tienda, me lo has hecho recordar. Ya esos enormes espacios, kilómetros y kilómetros de pura naturaleza, me hicieron sentir como si estuviese en otra dimensión. Creo que después de unos días, allí todo se hace «paranormal». Saludos.

    • marcosplanet
      Posted at 17:41h, 21 enero Responder

      Me encanta tu comentario, Esther, que refleja tu sensibilidad hacia esa zona del mapa, afinidad por la naturaleza y un buen guiño hacia lo paranormal.
      Muchas gracias.

  • Anónimo
    Posted at 22:09h, 20 enero Responder

    Marcos, la verdad es que me has dejado intrigada con el fenómeno paranormal. Espero que alguna vez nos lo cuentes.
    Un abrazo

  • El Demiurgo de Hurlingham
    Posted at 19:15h, 20 enero Responder

    Le diste un buen usa a esa frase. Y le pusiste interesante información geográfica al relato.
    Me despertó curiosidad el fenomeno paranormal.
    Saludos.

    • marcosplanet
      Posted at 17:45h, 21 enero Responder

      Muchas gracias Demiurgo. Como ya comenté antes, está cocinándose la continuación a esta historia.
      Saludos.

  • julioches.blogspot.com
    Posted at 14:56h, 20 enero Responder

    Puede que un pueblo se llame
    Caballo Blanco quizás
    como un whisky a media tarde

  • Marifelita
    Posted at 13:18h, 20 enero Responder

    Entre el hombre siniestro que los recibe, y la prometedora propuesta «paranormal» que les ofrece, es normal que no se pudieran resistir a ella! Je, je! Un abrazote!

  • rodolfo
    Posted at 11:56h, 20 enero Responder

    es el «y ya qué…» del carpintero o el pintor, una aventura que se reconduce a otra totalmente inesperada Un abrazo

    • marcosplanet
      Posted at 18:39h, 20 enero Responder

      Así es, Rodolfo. Estoy por continuar la historia.
      Otro abrazo para ti.

  • Artesanas de la palabra
    Posted at 22:06h, 19 enero Responder

    Hola Marcos, muy interesante relato, al final se tentó el caballero y quiere asistir a la sesión parasicológica, aunque yo preferiría ir a recorrer las montañas.
    Un abrazo.
    PATRICIA F.

    • marcosplanet
      Posted at 18:40h, 20 enero Responder

      Yo creo que llevaban tiempo suficiente para hacer las dos cosas, si no el mismo día, al siguiente.
      Otro abrazo para ti.

  • Nuria de Espinosa
    Posted at 21:19h, 19 enero Responder

    Hola Marcos, un microrrelato original y entretenido.
    El hombre de detrás del mostrador parece un personaje algo siniestro, pero si en realidad saca tajada de un acto paranormal es que es listillo.
    Yo también me apunto a la excursión paranormal, a ver si descubrimos algo.
    Un abrazo

    • marcosplanet
      Posted at 18:41h, 20 enero Responder

      Pues a ver si me da la vena y continúo con la historia. Gracias por tu comentario Nuria.
      Un abrazo.

  • Anónimo
    Posted at 18:44h, 19 enero Responder

    Un viaje tranquillo e ilusionante puede convertirss en algo cuanto menos inquietante, muy inquietante. Tu relato tiene en ese punto todo un abanico de posibilidades en su hiipotética continuación.
    Un abrazo.

  • Merche
    Posted at 18:36h, 19 enero Responder

    Hola Marcos, ese libro lo reseñé hace poco en mi blog, me gustó, pero la parte final, al principio se hizo pesado. De ese autor te recomiendo mejor La casa en el mar más azul, precioso libro. El relato, la verdad, no es muy diferente al libro, fenómenos paranormales, efectivamente, jeje. Quizá debas escribir la continuación contando lo que vieron en la tienda…
    Un abrazo. 🙂

  • Neogeminis
    Posted at 13:12h, 19 enero Responder

    No sé que harian tus protagonistas, pero yo me quedé con ganas de averiguar más sobre el tema para quedarme a ver el espectáculo jaja. Nos has dejado con ganas de más detalles. Un abrazo, Marcos

    • marcosplanet
      Posted at 18:45h, 20 enero Responder

      Pues a ver si me inspiro para escribir la continuación, si.
      Otro abrazo para ti.

  • Anónimo
    Posted at 23:42h, 18 enero Responder

    jajaja …. buen relato, que me dejo un tanto descolocada en el final, me sorprendió igual que a los viajeros, pero yo sí, me apuntaría para ver algo paranormal, digo las sorpresas que puede tener un viaje y el andar buscando una botas jajajaja

  • Campirela_
    Posted at 22:38h, 18 enero Responder

    Ese espectáculo debería ser visto,,nunca se sabe que puede salir de esas experiencias, ahora bien ir a por unas botas y salir con una atracción así deja un poco mosca al personal. Un saludo, Marcos.

  • Ardilla Roja
    Posted at 17:46h, 18 enero Responder

    Entretenido y descriptivo relato,Marcos. Se lee a buen ritmo y la figura del tendero con pinta de enterrador es inquietante a la par que llamativa. Ahora nos queda la intriga de saber en qué consiste ese fenómeno paranormal
    Me ha gustado leerte.

    Un abrazo y buen final de semana.

    • marcosplanet
      Posted at 18:14h, 18 enero Responder

      Muchas gracias por tus palabras y por volver a verte por aquí.
      Sabes que aprecio mucho tu opinión.
      Saludos y un fuerte abrazo.

  • Cecy
    Posted at 17:12h, 18 enero Responder

    Por un momento pensé que algo de peligro podría suceder en la descripción y sensación de un pueblo fantasma, pero no, solo era un hombre aburrido que los invitaba a algo paranormal. Quizás después de esquiar vuelvan a ver de que se trata.

    Gracias por sumarte Marcos y acompañarme en este abrir y cerrar de ojos.
    Un abrazo,

    • marcosplanet
      Posted at 18:15h, 18 enero Responder

      Es que la extensión del relato no puede dar para más. Cabe desde luego la posibilidad de que haga una continuación, en fin.
      Gracias por tu tiempo y tu opinión.
      Un abrazo.

  • eliom
    Posted at 13:19h, 18 enero Responder

    Cuanto misterio, relato muy intrigante, me encanta, un saludo Marcos.

  • J u a n Y S u H o r i z o n t e
    Posted at 09:53h, 18 enero Responder

    ¡Todo lo que sea transgredir las normas de lo real y conocer más allá de lo palpable, tiene su intríngulis! Ahora bien, siempre prevenidos pues Lo Preternatural suele exigir un peaje emocional y de valor. El ambiente geográfico descrito me recuerda a mis lecturas del canadiense James Oliver Curwood. ¡Feliz Día pues!????

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