El misterio de las plantas curativas

 

El misterio de las plantas curativas

 

Mi biblioteca no creo que pueda ganar un concurso por número de ejemplares, aunque en cuanto a variedad de autores ya es otro cantar.

Me considero bastante ecléctico, por lo que entre las estanterías del chalet donde vivo en plena urbanización de coquetos adosados, podrás encontrar ejemplares de autores de diversas nacionalidades de los que no es necesario especificar obra alguna:  Alberto Moravia, Carmen Laforet, Cormac McCarthy, Vázquez Montalbán, María Dueñas, Eduardo Mendoza, Aldous Huxley, Isabel Allende, Julia Navarro, Claudia Casanova, Paulo Coelho, John Fante, William Faulkner, Richard Feynman, Edgar Allan Poe, Stephen King y muchos más. Seguro que todos disponéis de algunas de sus maravillosas obras.

Pues bien, debo referirme a un libro en particular titulado ‘Plantas Medicinales y sus utilidades’. Es un atlas ilustrado, con hojas elaboradas con una pasta especial coloreada en tonos térreos, de consistencia gruesa. Parece que fuera posible sembrar en ellas.

La descripción que hace el libro sobre las distintas especies, reino, división, clase, familia o género es muy completa, pero sobre todo destaca por el aspecto práctico: el libro enseña las excelentes aplicaciones médicas de esas plantas. Antisépticos, bioestimulantes, antidiabéticos, antiinflamatorios, anticatarrales, son efectos que se pueden conseguir por ingesta o aplicación de sustancias o emplastos obtenidos de estas plantas. El libro lo tenía guardado en una estantería como otro cualquiera, mezclado con obras de Kafka, Platón o Sócrates. Un día descubrí que entre ese libro y ‘El guardián entre el centeno’ de Salinger, situado una estantería más arriba, había empezado a crecer una especie de sarmiento; sí, así es, una planta empezaba a abrirse paso entre mi adorada colección de libros.

Aún permanecía sin poder dar crédito a lo que veía cuando decidí explorar el origen de la planta espontánea. Cuando comprobé el lugar me horroricé ¡El sarmiento emergía del propio libro!

Y algo que me transportó a otra dimensión por lo inverosímil que resultaba fue aquella voz. Una voz gutural se desprendía del libro de plantas con tono inquietante y autoritario.

–A partir de ahora has de cumplir una misión que es servirme y obedecer todas las instrucciones que te dé.

–Pero ¿Qué paparruchas son estas? Qué clase broma…

Acto seguido pensé que alguno de mis hermanos quiso jugármela, por sus conocimientos en ingeniería de sonido y artes manuales, pero en seguida me percaté de que el sarmiento era auténtico al tacto. Me traje un cuchillo de la cocina dispuesto a destripar aquello para terminar la comprobación, pero fui interrumpido por la voz.

–No vuelvas a intentar dañar a ninguno de mis hijos o sufrirás las consecuencias. Empezarás ahora mismo con la siembra. De hoy en adelante repartirás por la casa cientos de maceteros llenos de tierra y mantillo. Yo te detallaré el tipo concreto y si no lo haces lo sabré. No se te ocurra usar fertilizantes o te atendrás a las consecuencias.

–Pero ¿Qué proyecto demencial es este? ¿para qué quieres que atiborre mi casa de arbustos?

–Hay muchas enfermedades en el mundo y millones de personas afectadas. Has sido elegido para poblar tu hacienda, que es grande, con todo tipo de plantas medicinales para sanar a toda esa gente necesitada.

–¡Pues vaya gracia! No sé por qué he tenido el honor … –Paré de hablar sintiéndome ridículo–. ¿Me quieres decir que en mi chalet podré sembrar todas las plantas que necesita el mundo para curarse? ¿Es eso?

–Así es. La tierra que te rodea es magnífica para mis propósitos.

Yo me veía ya sumergido en una selva incontenible sin poder casi moverme debido a la flora y la fronda cuando suena el timbre de la entrada. Acudo corriendo y abro la puerta dando entrada a mis hermanos que habían salido a tomar algo por ahí.

–¿Qué, te has aburrido mucho, friki de los libros? –me soltó Rodrigo el bromista.

–Venid, tengo algo que enseñaros –les dije sintiéndome aturdido y algo desorientado–. Mirad, es aquí en esta estantería ¿lo veis? ¿Veis este sarmiento que…?

Al instante me di cuenta de que no había ni rastro de planta alguna y aunque algo mareado todavía fui capaz de identificar un antes y un después en mi experiencia. Con mis hermanos la realidad había cambiado.

–¿Qué has bebido, hermano? –me dijo Rodolfo con extrañeza? ¿Qué tiene ese vaso de ahí?

–Es una infusión de menta-poleo –contesté al tiempo que un pensamiento se iba abriendo paso en mi mente.

–¡No hombre no! – dijo Rodolfo después de haber olido el contenido del vaso–. Esto es extracto de ayahuasca. Es un alucinógeno que tengo reservado para mis ‘viajes astrales’.

–Pues tenías que habérmelo avisado o cambiar de caja ¿no te parece?

–Lo lamento, chaval, escogiste la caja equivocada.

 


 

Y hasta aquí llega mi historia para el reto: Cada jueves un relato: entre libros.

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Te deseo salud y suerte en la vida.

Nota: todas las imágenes de este post incluida la portada pertenecen a la página  bing.com/images/create/ a no ser que se indique otro origen en el pie de foto.

 

CADA JUEVES, UN RELATO: ENTRE LIBROS

 

Esta es mi aportación al reto «Cada jueves un relato», que en esta ocasión organiza Neogéminis. Cada participante deberá aportar un relato que se ambiente o se refiera de alguna manera a los libros o a algo que se desarrolle alrededor de ellos. Las normas están recogidas aquí.

31 Comentarios
  • Anónimo
    Posted at 18:25h, 16 junio Responder

    Jajajajajajaaj, muy bueno, vaya viajecito con la ayahuasca, sin lugar a dudas hay que tener cuidado con lo que se bebe y con ese tipo de plantas pues nos pueden llevar por vericuetos que no imaginamos. Abrazo

  • Federico
    Posted at 13:12h, 16 junio Responder

    Menuda infusión. Se le van a quitar las ganas de tener plantas en casa. Saludos

    • marcosplanet
      Posted at 20:20h, 16 junio Responder

      Si, Federico, con esos efectos secundarios mejor no volver a acercarse a esa caja. Saludos.

  • Santidepaul
    Posted at 11:02h, 15 junio Responder

    Menudo viaje!!! Sideral. Buen relato y…Eduardo Mendoza es genial. Abrazotes

    • marcosplanet
      Posted at 20:27h, 15 junio Responder

      El laberinto de las aceitunas me subyugó sobremanera. Mendoza es único. Se merecía un mejor homenaje en mi relato. Quién sabe si en una próxima entrega.
      Abrazos.

  • MJ RU1Z
    Posted at 00:56h, 15 junio Responder

    Hola, Marcos, las imágenes que creas con las IAs me flipan casi tanto como tus finales. Ciertamente cumples a la perfección la máxima del microrrelato con giro final inesperado. Muy bueno.
    Un abrazo.

    • marcosplanet
      Posted at 20:29h, 15 junio Responder

      Me alegra mucho que lo hayas disfrutado, MJ.
      Un fuerte abrazo.

  • Anónimo
    Posted at 23:21h, 14 junio Responder

    Muy original e interesante, la pena es que sólo fuera una alucinación eso de sanar a toda la gente que tiene males, ¡Una pena!
    Besos

    • marcosplanet
      Posted at 20:30h, 15 junio Responder

      Bueno, igual me da por darle continuidad al relato.
      ¡Quién sabe!
      Abrazos.

  • gabiliante
    Posted at 11:59h, 14 junio Responder

    Pues vaya… ¿ ahora nos quedamos sin remedio para todas las enfermedades?
    La ayahuasca nos ha fastidiado. O nos dice su subconsciente que la ayahuasca es el remedio?
    Bien trenzado todo con un final sorpresa que nos devuelve a tierra firme.
    Abrazooo

  • Rodrigo Fuster
    Posted at 00:35h, 14 junio Responder

    Hace falta estar unidos a la nueva y verdadera Vid, a Cristo, para producir fruto, pero ¿ayahuasca? créeme, es amarga, pero el viaje es colosal.

    Vaya que cura heridas, y más profundas de lo que crees.

    Gustab.
    Alguna vez escribiré de esa experiencia y de quien estaba a mi lado en ese momento, siempre hay alguien aunque viajes sólo.

  • Anónimo
    Posted at 00:19h, 14 junio Responder

    Hola Marcos, excelente relato, menos mal que solo era un te con un yuyo alucinógeno que se tomó, ya me estaba dando temor ese libro y mirá que los yuyos y hierbas me encantan, un abrazo.
    PATRICIA F.

    • marcosplanet
      Posted at 13:00h, 14 junio Responder

      Si, menos mal. Lo cierto es que la historia podía haberla continuado siguiendo un derrotero más fantástico y conocer las últimas consecuencias de lo que escuchaba el protagonista en su cabeza.
      Gracias por comentar, Patricia.
      Un abrazo.

  • campirela_
    Posted at 15:45h, 13 junio Responder

    Genial Marcos, de una creatividad pasmosa, vamos que te felicito. El final con su toque de gracia..
    Un abrazo.

    • marcosplanet
      Posted at 20:16h, 13 junio Responder

      Muchísimas gracias Campirela. Me alegra mucho tu comentario.
      Un fuerte abrazo.

  • Marifelita
    Posted at 15:16h, 13 junio Responder

    Tanto con las infusiones como con los libros, es importante escoger la adecuada! Ja ja! Un abrazote Marcos!

    • marcosplanet
      Posted at 20:17h, 13 junio Responder

      Muy buena comparación Marifelita. Muchas gracias por comentar.
      Un abrazo fuerte.

  • Rovica
    Posted at 14:23h, 13 junio Responder

    Como siempre me encantan y admiro la forma que das a tus textos y me parecen realmente interesantes las sorpresas que tienes reservadas a los lectores al final de tus relatos.

    • marcosplanet
      Posted at 20:18h, 13 junio Responder

      Muchísimas gracias, Rovica. Tus palabras me dan mucho ánimo.
      Saludos cordiales.

  • Anónimo
    Posted at 09:31h, 13 junio Responder

    Una original historia y buen giro al descubrir que estaba alucinando literalmente. Saludos!

    • marcosplanet
      Posted at 12:54h, 13 junio Responder

      Gracias por comentar ¿Podrías identificarte? Sales como anónimo…

  • Rosa Fernanda
    Posted at 07:30h, 13 junio Responder

    Que imprevisible final!!No lo hubiera imaginado Precioso relato Marcos Nunca dejas de
    sorprenderme

    • marcosplanet
      Posted at 12:54h, 13 junio Responder

      Muchas gracias Rosita. Me alegra mucho que te haya gustado.
      Abrazos

  • Mariana
    Posted at 07:20h, 13 junio Responder

    Jajaja Muy bueno el relato Marcos! Hasta pensé que se imaginaba la charla pero era el alucinógeno! Siempre me han gustado las plantas además, hice un curso de diseño de jardines! Besos por ahí!!! Mari

    • marcosplanet
      Posted at 12:56h, 13 junio Responder

      Muchas gracias, Mariana. Me habría extendido más en el tema de las plantas si no se hubiera tratado del reto del microrrelato.
      Un abrazo!

  • Neogeminis
    Posted at 03:51h, 13 junio Responder

    Excelente aporte. Con la cantidad justa de fantasía que se diluye al resolverse el misterio que le da nudo al asunto. Muy apropiadas las imágenes que acompañan. Un abrazo y muchas gracias por sumarte a la propuesta, Marcos

    • marcosplanet
      Posted at 12:57h, 13 junio Responder

      Muchas gracias a ti por ofrecérmela. Es un tema de fondo muy interesante el que has elegido.
      Un fuerte abrazo.

  • Ana Piera
    Posted at 02:15h, 13 junio Responder

    Hola Marcos, un relato muy agradable. Yo soy dada a escribir con realismo mágico y fantasía así que no me extrañó que pasara eso en tu relato jajaja. Ya visualizaba al pobre hombre cuidando un sinfín de plantas curativas. Lo cierto es que el final con la ayahuasca no lo vi venir y me parece genial. Hay plantas y hierbas de las que hay que cuidarnos de sus efectos. Enhorabuena. Abrazos.

    • marcosplanet
      Posted at 12:58h, 13 junio Responder

      Me anima mucho tu comentario, Ana. La verdad es que me gustaría haber extendido el relato, pero ya sabes los límites del reto de los jueves.
      Un abrazo fuerte.

  • Nuria de Espinosa
    Posted at 01:14h, 13 junio Responder

    El sarmiento emergía del propio libro… Jajajaja, que bueno Marcos. Y yo pensando que realmente estaba en otra dimensión y todo fue el efecto del extracto de ayahuasca. Me gustó mucho y el final un acierto.
    Excelente aporte al reto. Un abrazo

    • marcosplanet
      Posted at 12:59h, 13 junio Responder

      Muchísimas gracias, Nuria. Tus comentarios me animan mucho.
      Un abrazo.

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