Escalada a ciegas
Este pozo es muy profundo. Intentaré salir de él, debo salir de él. No es fácil conducirse a ciegas y sin apoyos. Soy una mujer desfasada, estoy en los años setenta del siglo pasado y sigo empeñada en tomar el relevo de mis predecesoras, continuando el esfuerzo de la escalada sin luces. Es una misión dificultada en extremo por la falta de recursos, dinero e influencias. ¡Ja! ¡qué influencias va a tener alguien sin nombre, sin credenciales de hombre, sin respaldo social!
Porque el sufragio femenino de las finlandesas en 1907 daría paso a un camino larguísimo lleno de puertas cerradas pero que irían abriéndose una a una a lo largo de décadas hasta hoy ¡Ja! otra vez ¿Qué hemos conseguido hoy, en plena década de los setenta? ¿Tenemos derecho a voto? Hasta 1977 nada de nada. Gracias a la Transición democrática se recuperó este derecho, no antes. Tiempos de gloria.
Bueno, ya he subido unos pocos metros por este pozo del olvido. Llego a la década de los ochenta, parece que es todo más prometedor, mayor libertad, fiesta, alegría, se crean puestos de trabajo con futuro, sí… para hombres. Recuerdo que los trabajos que me ofrecían no pasaban el filtro para subir por encima de la peana de secretaria, administrativa, peón en cadenas de montaje en fábricas de conservas o manufacturas en general. Quizá hubiera excepciones de todos los tipos, las que confirman la regla.
Mi marido y los de mis amigas hacían lo que podían en sus trabajos, ganaban más o menos, pero quienes lograban posicionarse altos en el escalafón rápidamente huían a barrios mejores, ciudades mejores.
Bueno, ya soy otra persona, una copia de quien inició esta escalada pero que ha experimentado virtualmente este ascenso por el pozo de los tiempos. He pasado la década de los noventa y he llegado a la cima de este recorrido. Estoy en el 2025 y miro a mi alrededor, oigo y veo las noticias en los medios, leo lo que dicen los panfletos escritos… esto es una abominación.
Compruebo que hombres identificados con la mujer y de aparición pública han traicionado a estas y a las bases a las que deben respetar, no puedo creerlo.
También compruebo que el porcentaje de mujeres en puestos altos ha aumentado, según informaciones oficiales. Tengo una prima que trabaja en una multinacional enorme y me dice que en la cúpula no hay ninguna mujer, que hay que escarbar hacia abajo.
Tras unas horas de reflexión llego a la conclusión de que me quedo con los míos, con mi familia, tan cercana, tan atenta conmigo. Mi marido no es directivo de nada, tiene un empleo normal en algo corriente, como yo. Nos ganamos la vida y somos bastante felices. Me quedo con lo cercano, con el cariño que me demuestra a diario, con el amor a nuestros hijos y la familia que formamos.
Todo lo demás es una vana ilusión.

Y esto es todo amig@s. Deja por favor tu comentario, es sano y recomendable.
Esta es mi contribución al reto de los jueves, que organiza Nuria de Espinosa en su blog. El tema central es MUJERES, así, en general.
Espero que os haya gustado.
¡Salud y suerte en la vida!
Nota: las imágenes de este post incluida la portada las he desarrollado utilizando una IA.