17 Ago Guadalupe es fascinante. La Extremadura imperial
El municipio de La Puebla de Guadalupe, o Guadalupe, pertenece a la provincia de Cáceres, ciudad magna enclavada en la Extremadura de los imperios. Estamos en la mancomunidad de Villuercas-Ibores-Jara perteneciente al partido judicial de Logrosán.
Dice la tradición popular que un pastor encontró una figura de la virgen María en el río Guadalupe a finales del siglo XIII o principios del XIV. Cerca de este sagrado lugar los vecinos edificaron una ermita que dio pie al crecimiento de una localidad denominada “Puebla de Santa María de Guadalupe”.
Más adelante detallaremos la historia del descubrimiento hecho por este pastor, de nombre Gil Cordero.
Aunque en sus inicios Guadalupe pertenecía a las Tierras de Talavera y a la región de Castilla La Nueva, en el s. XIX es integrada en la provincia de Cáceres. Sin embargo, actualmente el Arciprestazgo de Guadalupe pertenece a la Archidiócesis de Toledo, dentro de la Vicaría de Talavera de La Reina. Debido a la Reconquista es por lo que se produjo esta paradoja, es decir, que la Patrona de Extremadura sea toledana.
El Real Monasterio de Santa María de Guadalupe convirtió a esta población en el segundo centro de peregrinación más importante de la península ibérica después de Santiago de Compostela, posición que mantiene gracias a los peregrinos procedentes de toda España a través de los caminos de Guadalupe.
El posterior crecimiento de Guadalupe se debió a la vecina Vía de la Plata, importante ruta que desde época romana une el norte con el sur peninsular.
Si bien Santiago es el patrón de España, la virgen de Guadalupe es la patrona de todas las tierras de habla hispana y ostenta el título de reina de las Españas según la tradición católica. El Real Monasterio de Santa María de Guadalupe es considerado como una representación insigne de Extremadura. La Virgen de Guadalupe es también patrona de la comunidad extremeña. Aparte del monasterio, Guadalupe exhibe un conjunto arquitectónico monumental.
El 14 de diciembre de 2017 Guadalupe recibió el título de “Primera Maravilla Rural 2017”. Además fue elegido en la misma fecha “Pueblo más Bonito y Bueno de España”. Sin embargo y aunque resulte difícil creerlo, nunca recibió honores ni como ciudad ni como villa.
Guadalupe, con no más de 2000 habitantes, guarda en su interior uno de los más valiosos tesoros de Extremadura y de España que es el Real Monasterio. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993, durante siglos el monasterio ha constituido un escenario de acontecimientos punteros en la historia de España. Ya en 1943 fue declarado conjunto histórico-artístico.
En él recibieron sepultura el rey Enrique IV y su madre María de Aragón, esposa de Juan II de Castilla. En la actualidad lo habitan monjes franciscanos.
Durante 500 años el lugar fue habitado por los monjes jerónimos,
En 1389 se hicieron cargo del santuario los padres Jerónimos, quedando bajo su custodia hasta 1835, fecha en la que se vieron obligados a abandonarlo tras la desamortización de Mendizábal. El edificio sufrió décadas de abandono hasta que en 1908 los franciscanos retoman la dirección del monasterio, devolviéndole la grandiosidad a este sagrado lugar.
En 1820, con la caída del sistema de gobierno anterior a la Revolución francesa de 1789-1799 (la monarquía absoluta de Luis XVI), Guadalupe se constituye como “Puebla de Guadalupe” en la región extremeña integrada desde 1834 en el Partido Judicial de Logrosán que en el censo de 1842 constaba de 700 hogares y 3835 vecinos.
La leyenda sobre la Virgen de Guadalupe
Según la leyenda, la imagen de la Virgen de Guadalupe fue elaborada en un taller de escultura fundado en Palestina en el siglo I por San Lucas Evangelista. No obstante, hay quien asegura que se trata de una virgen románica labrada en madera de cedro y tallada en el s. XII. La imagen está policromada, y le atribuyen, aunque sin demostrarlo, origen bizantino.
Es una virgen negra que refleja el estilo conocido como Sedes Sapientiae o Trono de la Sabiduría, con el niño Jesús sentado en su regazo. La imagen fue modificada en varias ocasiones durante el s. XIV para poder ataviarla con su vestimenta.
Sedes Sapientiae («trono de la sabiduría»), es una expresión latina que aparece en las Letanías lauretanas y que denomina a una modalidad de representación de la Theotokos o Virgen con el Niño dentro del arte cristiano, especialmente en el Románico, aunque transmitido con posterioridad.
El papa Gregorio Magno regaló a San Leandro, arzobispo de la Sevilla visigoda, por su gran amistad con él, la imagen de la Virgen esculpida en Palestina. El arzobispo estaba ocupado en aquel entonces en la implantación del catolicismo en el reino visigodo.
Durante la travesía por mar desde Roma a Sevilla, les sorprendió una fuerte tormenta; a pesar de ello, la imagen y los navegantes llegaron al puerto fluvial sevillano sin haber sufrido daño alguno. Allí fue recibida la imagen por San Leandro, que la enalteció en la iglesia principal de San Juan Bautista, donde le profesaron culto hasta la invasión de los árabes en el 711.
Según la tradición, el arzobispo San Leandro , que fue uno de los padres de la iglesia visigoda, tuvo a bien obsequiar la imagen a su hermano San Isidoro, que también fue arzobispo de Sevilla. San Isidoro la custodió según dicen en la primitiva iglesia sobre la que se construyó el Monasterio de San Isidoro del Campo, situado en la sevillana ciudad de Itálica, a medio camino entre Sevilla (Hispalis) y Alcalá del Río (Ilipa), en la actual Santiponce.
Durante la célebre invasión de los musulmanes del año 711, los cristianos de Sevilla ocultaron la imagen junto al río Guadalupe, en la zona de la serranía de las Villuercas, al pie de la sierra de Altamira (entre las provincias de Toledo y Cáceres).
Y allí permaneció enterrada 600 años. En honor al lugar donde encontraron la imagen, la llamaron Santa María de Guadalupe.
No podemos quedarnos sin apuntar respecto al río Guadalupe, afluente del río Guadiana, que el significado del nombre, aunque sujeto a distintas interpretaciones, puede proceder del árabe andalusí Wadi l-lubb, significando «río del lobo».
Gil Cordero. El pastor descubridor
Dice la leyenda que un pastor natural de Cáceres llamado Gil Cordero, de quien existen referencias históricas, en los inicios del siglo XIV, en uno de sus recorridos por la sierra de las Villuercas mientras intentaba localizar a una de sus vacas extraviada, finalmente la halló muerta junto al río Guadalupe, a los pies del monte de Altamira. Cuando quiso desollarla para saber la causa de su muerte, el animal revivió al tiempo que la Virgen se le aparecía para señalarle que en el mismo sitio donde yacía el animal se hallaba bajo tierra una talla suya, que debía sacar a descubierto y edificar allí mismo una choza para guardarla.
No tardó Gil Cordero en acudir a Cáceres en busca de clérigos que le ayudaran en la tarea, y acreditar la aparición.
Pero nadie lo creyó. Cuando llegó a su casa, Gil Cordero encontró a su hijo muerto. Rezó a la Virgen y el muchacho volvió a la vida. Entonces, todos creyeron su historia y se construyó una ermita dónde se alzaría la primitiva choza:
(…) que aquí mismo me hagan una casilla para refugiarme y con el tiempo una iglesia edifiquen en dicho lugar donde el pueblo de mi hijo podrá venir a rezar y ofrecer adoración, y por tal devoción, milagros se obrará a ruegos míos. Así házselo saber.
Apresuradamente alcanzaron todos ellos el lugar del milagro junto al río Guadalupe, excavaron y encontraron un sepulcro con una escultura de la Virgen, además de una campanilla de plata y una carta aclarando el modo en que esos restos reposaban allí.
Años más tarde (en 1335) durante una montería, el rey Alfonso XI halló casualmente la ermita y ordenó que en ese lugar se levantara una iglesia. Alrededor de la misma fue creciendo un pequeño asentamiento que recibió el nombre de Guadalupe.
Alfonso XI ordenó también la edificación de hospitales para atender a los peregrinos que hasta allí llegaban llamados por su fe
Con posterioridad, en la batalla del río Salado (1340), en Cádiz, ya casi al término del período de la Reconquista, Alfonso XI se encomendó a la Virgen de Guadalupe consiguiendo la victoria. Por ese motivo, edificó en Guadalupe un gran templo y un albergue para los peregrinos que acudieran hasta allí para adorar la imagen milagrosa.
Esto fue el principio de una de las fundaciones monásticas de mayor repercusión en la historia de España y en la de una gran parte de América.
Alfonso XI otorga numerosos privilegios y donaciones al santuario, concediendo el 25 de diciembre de ese año, el priorato secular al arzobispo de Toledo, don Pedro Barroso, y el patronato real del santuario de Guadalupe.
Cristóbal Colón profesaba tal devoción por la Virgen de Guadalupe que en sus viajes a América no le faltaba la compañía de una copia de dicha imagen. En el momento en que arribó a la isla Karukera en las Antillas no dudó en darle el nombre de “Santa María de Guadalupe de Extremadura” en su honor. Karukera significa «la isla de las bellas aguas». Su perfil recuerda a la silueta de una mariposa; otro apelativo con el que se la conoce es “Isla Esmeralda” y está asentada en el corazón de las Pequeñas Antillas. En realidad son dos islas, Grande Terre y Basse Terre separadas por el Río Salado.
Real Monasterio de Santa María de Guadalupe
Fue el monasterio más hermoso y admirable de España durante la Baja Edad Media y el Renacimiento. En sus estancias se ha alojado gente ilustre: los Reyes Católicos, Cristóbal Colón, Hernán Cortés, Miguel de Cervantes, Luis de Góngora, Félix Lope de Vega o Santa Teresa de Jesús.
Contiene un marcado acento mudéjar, además de elementos góticos, renacentistas y barrocos. La Unesco inscribió el monasterio de Guadalupe en la lista del Patrimonio de la Humanidad en 1993.
En el siglo XIV comenzaron las obras del monumental conjunto arquitectónico que podemos contemplar en la actualidad, como si fuera una fortaleza. En el siglo XV concluyeron el claustro mudéjar, edificaron un pabellón destinado a la biblioteca y una nueva sala dedicada al Capítulo. Este recinto era destinado a alojar a la comunidad de monjes con el abad para llevar a cabo el Capítulo (que se realizaba en la comida), es decir, recordar las escrituras de la regla adoptada y conversar sobre asuntos relacionados con el monasterio y sus moradores.
Guadalupe en palabras de Miguel de Cervantes
<<«Cuatro días se estuvieron los peregrinos en Guadalupe, en los cuales comenzaron a ver las grandezas de aquel santo monasterio; digo comenzaron, porque acabarlas de ver es imposible«>>.
El claustro mudéjar o “Claustro de los milagros”
El extraordinario Claustro mudéjar de Guadalupe fue construido entre 1389 y 1405. Se compone de dos plantas de forma rectangular, con unos 40 metros de lado y doble número de arcos en la planta alta con respecto a la baja. Destaca en este recinto el templete realizado con barro cocido y ladrillo aplantillado, con una llamativa decoración a base de azulejos y yeserías.
Corona el templete una flecha con corchetes de cerámica blanca y verde, que termina en una cruz de hierro. Fray Juan de Sevilla es el autor, a quien también se atribuye la posible autoría de todo el claustro.
Existe otro templete, más apartado frente a la puerta que comunica la actual Hospedería con el claustro. En él se muestra una réplica de la fuente del lavabo o Lavatorium, realizada en 1402 por Juan Francés y que en la actualidad se sitúa en la Capilla de Santa Ana. Este templete es de planta cuadrada con cuatro arcos de herradura.
El Real Monasterio de Santa María de Guadalupe es una residencia palatina procedente de la época de los Reyes Católicos
Dentro del Monasterio de Guadalupe distinguimos estas zonas destacadas: (título 3)
- Iglesia de Nuestra Señora, gótica (siglo XIV), con decoración barroca; el retablo mayor es obra de Juan Gómez de Mora, esculpido en el siglo XVIII. Está dotado con grandes telas de Vicente Carducho y Eugenio Caxés.
- El Camarín de la Virgen, del siglo XVIII, con cuadros de Luca Giordano.
- Claustro mudéjar de dos pisos y, en su centro, pequeño templete gótico mudéjar, de ladrillo, revestido de azulejos de Manises.
- Sala Capitular, del siglo xv, con importantes pinturas góticas al fresco.
- Claustro gótico, donde se ubicaba la antigua botica, obra de Covarrubias.
- Sacristía y capilla de San Jerónimo, con célebres pinturas de Zurbarán.
- Museo de pintura y escultura (que cuenta con obras de Juan de Flandes, Zurbarán, Goya, Juan Correa de Vivar, Pedro de Mena y El Greco entre otros).
- Un aliciente ineludible es el museo de grandes libros de coro miniados (siglos XV-XVI).
- El museo de los bordados ofrece una selección de prendas litúrgicas, elaboradas en el taller del monasterio a partir de 1415: capas, mantos y piezas hechas con ricas telas incrustadas metales preciosos.
- Comedor de la Hospedería, obra de Rafael Moneo de 1994.
Visitantes ilustres del Real Monasterio de Guadalupe
Cervantes fue uno de los muchos peregrinos que se desplazó hasta Guadalupe, según dicen:
”Para entregar las cadenas que lo atenazaron durante su cautiverio en el norte de África”.
Bien sé que en la naval dura palestra
perdiste el movimiento de la mano
izquierda, para gloria de la diestra.(Viaje del Parnaso, I, 208-216, 1614)
El 29 de julio de 1496, Colón arribó a Guadalupe acompañado de dos indígenas de las Américas para proceder a su bautismo.
Se han documentado varias visitas de Cristóbal Colón:
En 1486, 1488, 1493 tras su primer viaje y la mencionada del mes de julio de 1496.
Comienzan las peregrinaciones reales a este santuario con Alfonso XI, quien tras la batalla del Salado viene a Guadalupe el 25 de diciembre de 1340 para dar gracias a la Virgen.
Desde que Alfonso XI fundara la Puebla y el monasterio, casi todos los reyes de Castilla adquirieron la costumbre de desplazarse a Guadalupe. También siguió la tradición la casa de Austria, pero se perdió entre los siglos XVIII y XIX con la llegada de los Borbones, siendo recuperada la misma por Alfonso XIII (abuelo del actual Juan Carlos I).
Juan II de Castilla peregrinó hasta el Monasterio en el año 1430, acompañado de su privado Álvaro de Luna y de Juan II de Aragón y I de Navarra, grandes devotos de la imagen de la Virgen. En 1464 Enrique IV, su hermana Isabel y Alfonso V de Portugal coincidieron en el Monasterio para intentar casar a la futura reina, Doña Isabel, que entonces contaba con 13 años de edad.
El emperador Carlos V acudió también por Guadalupe la semana Santa de 1525, acompañado de su hermana, la reina de Francia doña Leonor, Infanta de Castilla.
Felipe II, estuvo en Guadalupe por primera vez el 18 de enero de 1570, cuando iba camino de Córdoba.
Alfonso XIII que estuvo por primera vez en Guadalupe en diciembre de 1926 siendo el primer Borbón en visitar el monasterio. También fue, junto con el Cardenal Segura, el encargado de coronar a la Virgen de Guadalupe como reina de la Hispanidad, el 12 de octubre de 1928.
De hecho, cada 12 octubre, día del descubrimiento de América, se celebra la marcha a caballo a la Virgen de Guadalupe, una conmemoración única y especial, considerada la mayor romería de España a caballo.
Después de Alfonso XIII, su nieto don Juan Carlos I, ha visitado varias veces Guadalupe: Como príncipe en 1961 y 1965; como rey en 1977 (con la reina Doña Sofía de Grecia), en 1978 (con su esposa y sus hijos, el príncipe don Felipe y las Infantas Elena y Cristina) y también en 1990.
El 19 de junio de 1992, doña Sofía visitó el Monasterio para presidir la Conferencia de Ministros Iberoamericanos de Educación, lo cual repitió en solitario en el año 2003.
En el año 1994 lo hicieron los Reyes de Bélgica, don Alberto II y su esposa doña Paola acompañando a los monarcas.
Los por entonces príncipes de Asturias, Felipe y Leticia también estuvieron en diciembre de 2004.
Esta información ha sido extraída de la web oficial del Monasterio de Guadalupe.
Iglesia o templo de Nuestra Señora
La Iglesia de Guadalupe ha sido edificada tres veces a lo largo de su historia, lo que complica en extremo el detallar su origen constructivo. Este es objeto de estudio aún en la actualidad.
Considerada más una ermita, la primitiva iglesia (extinguida en su totalidad) se hizo a finales del siglo XIII . La segunda de estilo mudéjar se estima fue edificada a principios del XIV (aún subsiste un ábside) y la última (la actual) fue finalizada en torno a 1403. Se compone de tres naves, crucero y cabecera, de cruz latina y ábside poligonal. Destacan sus bóvedas de crucería.
Según esta fuente, se puede decir que el templo es gótico, del siglo XV; el coro y la sillería son obras de Manuel de Larra Churriguera. La imagen de la Virgen de Guadalupe data de los siglos XII-XIII y en la sacristía se guardan ocho obras del célebre pintor Francisco Zurbarán. El artista «pintó a la medida» los ochos cuadros para la sacristía y tres más destinados a la capilla. La más destacable de sus creaciones es «La Apoteosis de San Jerónimo», conocida como la «Perla de Zurbarán».
La Sacristía del Monasterio
Está decorada profusamente con ornamentos preciosos realizados con mármoles, lienzos policromados, jaspes, espejos, pinturas,… Destacan ante todo sus “Zurbaranes”, contabilizando once cuadros en total. Según algunos autores, la acción formativa y educacional que la Orden de San Jerónimo quiso dar a este espacio para sus novicios exigía la temática reflejada en los cuadros. De este modo, los ocho padres presentes en los cuadros de Zurbarán (pintados entre 1638 y 1639) sirvieron para ilustrar a los novicios sobre los ocho principios necesarios para alcanzar la perfección de la vida monástica.
Existe un segundo gran claustro en Guadalupe. Es gótico, y recibe coloquialmente el nombre “de la enfermería” o “de la botica”. En la actualidad integra parte del edificio de la Hospedería, con una planta rectangular. Sirve de paso a otro de los espacios principales del complejo: el Camarín de la Virgen.
El Camarín de la Virgen
Es una construcción barroca, conocida como “la antesala del cielo”, un espacio para vivir una experiencia muy personal. De planta octogonal con dos cuerpos, el camarín cuenta con una estancia inferior denominada “Panteón” o “Capilla de los Siete Altares” del siglo XVII.
El Camarín fue diseñado por el maestro Francisco Rodríguez Romero, obra que finalizó en 1696.
En esta estancia conviven pinturas murales, esculturas y lienzos extraordinarios, como los de Luca Giordano y las pinturas murales de Francesco Leonardoni. También son dignas de tener en cuenta las pinturas al temple de Pedro José de Uceda, así como las esculturas de las ocho mujeres fuertes de la Biblia. De estas últimas se cree que por su estilo el autor es el escultor dieciochesco Marcelino Roldán.
La virgen negra
El culto a vírgenes negras estaba muy extendido en la Europa medieval. La explicación al color negro de las imágenes virginales está aún hoy en día sujeto a discusión. La interpretación más ortodoxa apunta que muchas imágenes de la época eran esculpidas en madera, material sujeto a la erosión de la humedad, las termitas, el ataque de los hongos o la carcoma.
Para mantener a salvo su obra, los escultores recubrían la madera con betún u otras sustancias de color oscuro
Esa capa que servía de escudo era policromada, lo que proporcionaba el colorido necesario a la piel y a la vestimenta de la imagen. Por el paso del tiempo, la policromía termina desapareciendo, y es cuando el barniz oscuro aflora de nuevo en superficie. En ocasiones, algunas vírgenes ‘negras’, tras haber sido restauradas, se han revelado como ‘blancas’.
Además de la que se venera en Guadalupe (Cáceres), otra imagen de la misma es guardada en muchas iglesias españolas. En algunas de ellas se encuentra la virgen negra extremeña y en otras una imagen similar a la tallada en México en el siglo XVI. También hay templos que tienen como título a Nuestra Señora de Guadalupe.
En la localidad de Guadalupe (Murcia), desde finales del siglo XVI, la titular de la iglesia parroquial de Santa María de Guadalupe y patrona de la villa, es la Virgen de Guadalupe.
Y nada más por hoy. En el próximo artículo os contaremos nuevos descubrimientos sobre este viaje mágico a Guadalupe.
Gracias por leer los posts y escuchar los audios de Marcosplanet.
Salud y suerte!!
Anónimo
Posted at 18:33h, 23 octubreImpresionantes lugares e historias, gracias por traerlo, un abrazo grande
Ana Laura Piera
Posted at 02:19h, 18 octubreHola Marcos, un post muy completo, con toda la información pertinente sobre la Virgen y sobre este monasterio. Es curioso porque con la consquista de estas tierras, principalmente por extremeños como Hernán Cortes, nos trajeron a la Virgen de Guadalupe, que es la virgen más importante por estas tierras y de toda América. También curiosamente la historia que se cuenta acá guarda similitud con la del pastor que se la encuentra. Acá la figura del pastor es un indígena llamado Juan Diego a quien la virgen le pide que hable con Fray Juan de Zumárraga para que le edifiquen un santuario.
En fin, me ha gustado mucho el despliegue de información y las fotos. Se ve que es un lugar increíble. Saludos.
marcosplanet
Posted at 11:45h, 19 octubreMuchas gracias por tu aportación, Ana. En efecto, son historias relacionadas las de Gil Cordero y Juan Diego. En ambos casos la aparición de la virgen resultó en un hermoso templo.
Saludos cordiales.
De Madrid a USA
Posted at 17:42h, 17 octubreMuy interesante información. Tuve la suerte de visitarla el año pasado y fue un pueblo que me sorprendió muy gratamente.
Muchas gracias por compartir estos lugares.