27 Nov Lecter. Un viaje interior a “El Silencio de los Corderos”
Clarice Starling, agente del FBI, acude a una prisión psiquiátrica a pedir la ayuda del caníbal y a la vez brillante doctor Hannibal Lecter, para resolver un caso de asesinato. El primer encuentro es memorable y merece ser descrito aparte.
En la segunda visita de Clarice, el Dr. Frederick Chilton, director del centro de presos psiquiátricos, anuncia a la agente del FBI:
-El múltiple Miggs ha muerto. Lo oyeron llorar toda la tarde mientras Lecter le hablaba. Se asfixió tragándose su propia lengua
Clarice Starling no sabe cómo tomárselo, desconcertada tras el incidente ocurrido en su primera visita al manicomio. La celda especial de aislamiento del Dr. Lecter es contígua a la del preso muerto.
Su jefe, Crawford, le había informado que:
“Chilton opina que fue Lecter quien lo indujo a suicidarse. El enfermero de noche oyó a Lecter hablando en voz baja con Miggs. Lecter sabía muchas cosas de Miggs”.
Un viaje interior a “El Silencio de los Corderos”
El libro «The silent of the lambs» de Thomas Harris, en el que se basó este film, es el segundo título de una trilogía que se inició con ‘El dragón rojo’ y se completó con ‘Hannibal’.
Un universo masculino
Clarice Starling trabaja en el FBI en un mundo dominado por hombres. El director del film Johnattan Demme hace hincapié en la dificultad sumamente incómoda que puede llegar a suponer trabajar como mujer que dirige a las fuerzas del orden en el escenario de un crimen. A eso añadimos la magnífica interpretación de Foster para equilibrar la pureza e inocencia asociadas a la falta de experiencia de su personaje, con la firme convicción y profesionalidad innata para realizar su trabajo.
Un viaje interior a “El Silencio de los Corderos”
Foster se mueve a menudo en un hilo en el que otras actrices habrían fracasado, sobre todo en el momento de enfrentarse al extraordinario actor Anthony Hopkins.
De este choque de personalidades se origina en la película una realista y creíble investigación dirigida con mano muy profesional por el director Demme. Este sabe aprovechar la solidez del guion firmado por Ted Tally con una trama mucho más que sustanciosa, describiendo al detalle todos los personajes.
Volvamos a «El silencio de los corderos»
El asombroso entendimiento de Lecter sobre el comportamiento humano y su arrolladora personalidad fascinarán de inmediato a Clarice. Esta se muestra incapaz de controlar tan confusa e inquietante relación.
Al principio, la agente Clarice Starling (Jodie Foster) es informada por Hanibal “el caníbal” Lecter (Anthony Hopkins) acerca de una prueba existente en un siniestro e intrigante trastero. Allí se supone que ella encontraría una valiosa pista.
La encontrará almacenada en su interior
Según Lecter, un servicio de almacenaje interior fue contratado en las afueras de Baltimore y pagado durante diez años por una tal “señora” Moffett. Nadie había entrado allí desde 1980.
Pero como pudo comprobar la agente Starling, el psicópata Dr. Lecter había alterado o destruido la mayoría de los historiales de sus pacientes y no figuraba mención a una tal Hester Moffett.
Clarice emprende una visita al almacén acompañada de un abogado que lo administra.
-La intimidad es muy importante para todos mis clientes, -dice el abogado.
La agente del FBI se las arregla para entrar sola en el almacén. Es precavida y proporciona al administrador el teléfono de su oficina en Baltimore por si le ocurriera algo. El encargado, desde la sombra, asiente.
Un viaje interior a “El Silencio de los Corderos”
La puerta de acceso es de las metálicas que se empujan hacia arriba. Apenas se puede elevar unos palmos sobre el suelo mugriento y Clarice ha de arrastrarse bajo el borde cortante.
El efecto al ponerse en pie y alumbrarse con su linterna es desolador. Un lugar oscuro, polvoriento y siniestro se abre ante ella
Starling se desgarra el pantalón y sangra por una herida fresca al cortarse con la compuerta. La colección de objetos más abigarrada y de aspecto miserable que pueda uno imaginar se abre ante sus ojos. Tan solo la ilumina su linterna.
Ella recorre con la mirada algo que parece un águila real disecada, maniquíes y una pianola polvorienta. Una añosa alacena… y una lona que cubre lo que parece un coche fúnebre con un maniquí femenino y sin cabeza sentado en el asiento trasero. Va ataviado con vestido de gala y collares. Junto al maniquí, una tela escarlata bordada cubre una figura. Clarice la destapa y descubre la cabeza de un hombre brutalmente seccionada.
Un viaje interior a “El Silencio de los Corderos”
En una noche lluviosa Jodie Foster abandona el almacén y regresa al centro psiquiátrico de Baltimore para criminales dementes donde se encuentra detenido Lecter. La agente Clarice ha descubierto que Hester Moffett es un anagrama de «miss the rest of me» («perdí el resto de mí») y se lo cuenta a Lecter.
-Así que usted alquiló ese garaje –le dice ella.
Él se limita a pasarle una toalla por la mampara y le pregunta si su herida ha dejado de sangrar.
El doctor confiesa que no ha matado al propietario de la cabeza del almacén. Refiriéndose a su paciente, el asesino «Bufalo Bill» que busca la agente Starling, Lecter añade:
-Si viera el expediente de mi paciente le ayudaría a localizarlo. La cabeza es de Benjamín Raspail, un antiguo paciente travestido. Al parecer, Bufalo Bill había trasladado el cadáver después de la terapia.
-La terapia no le sirvió de nada, al parecer –continúa Hanibal-. Era un maníaco depresivo. Mi paciente lo recuerda como un experimento. Un intento de transformación de un asesino novato.
– ¿Cree que Jack Crawford, su jefe, la desea sexualmente? ¿que imagina paisajes, que sueña con actos sexuales? -continúa Hanibal.
(Los cambios de discurso del doctor son una constante en sus conversaciones con Clarice).
-¿A qué se refiere con lo de la transformación? -pregunta la agente ignorando el comentario.
-Ya llevo ocho años en esta habitación, Clarice. Y sé que jamás me dejarán salir de aquí mientras viva.
Quiero tener una ventana desde la que pueda ver un paisaje, incluso agua, muy lejos del Dr. Chilton. Le estoy ofreciendo ayuda para atrapar a Bufallo Bill, Clarice
-Usted sabe quién es ¿verdad? ¿Quién decapitó a su paciente, doctor?
-Recuerde que todo lo bueno se hace esperar. Yo ya he esperado, pero ¿cuánto podrán esperar usted y su amiguito Jackie (el jefe de Clarice)?
-Nuestro querido Bufallo Bill ya debe estar esperando a su próxima víctima –sentencia Lecter.
Un viaje interior a “El Silencio de los Corderos”
De esta entrevista en la celda no se obtiene conclusión alguna sobre quién cercenó la cabeza encontrada por Clarice. En el libro de Thomas Harris, el autor cuenta que Raspail era un flautista de la Filarmónica de Baltimore cuyo cadáver había aparecido en una iglesia rural semidesnudo, con el corazón perforado y varias vísceras extraídas de su sitio. Tras haber discutido con un marinero sueco que había sido su amante, el flautista había asesinado a este y guardado su cabeza en el almacén. Son detalles que el director del film hizo bien en omitir en mi opinión, para no enrevesar la trama.
Un viaje interior a “El Silencio de los Corderos”
En el libro se detallan aberraciones del Dr. Lecter que en la película no aparecen. Por ejemplo, que el doctor invitó a miembros de la orquesta Filarmónica de Baltimore a su casa y les sirvió para cenar unos platos deliciosos. En declaraciones a la policía, el propio presidente de la orquesta no consiguió nunca recordar qué les había cocinado Lecter y al enterarse de qué psicópata se trataba empezó a desarrollar problemas de anorexia y una dependencia del alcohol que le condujo a recibir tratamiento en un sanatorio de Basilea.
Tres cadáveres han sido encontrados en tres ríos diferentes. Un tercero fue hallado en Earl River, Virginia Occidental.
Starling opina que el criminal es un hombre blanco, ya que los homicidas sistemáticos suelen matar a los de su propia raza. Combina una gran fuerza física con el autodominio de una persona madura. Y no es nómada. Habita en su casa. Lo que él les hace necesita intimidad. Nunca es impulsivo. Es cauto, preciso y no parará jamás. Porque ya le ha cogido el gusto y se está perfeccionando.
Un viaje interior a “El Silencio de los Corderos”
Una polilla con un tatuaje
La polilla encontrada en la boca de la tercera víctima es la llamada Acherontia Stix, conocida como la esfinge o polilla de la muerte.
Este insecto lleva dibujado en la espalda algo que se asemeja a una calavera. Por lo demás es absolutamente inofensivo. Se alimenta de savia y flores, así como de miel, lo que consigue penetrando en las colmenas sin que las abejas adviertan su presencia. Esta polilla dispone de una defensa natural de naturaleza química a base de feromonas que la hacen pasar desapercibida. Viven hasta llegar el momento del apareamiento, realizan la puesta y después mueren.
Un viaje interior a “El Silencio de los Corderos”
-¿Por qué Buffalo Bill les pone la polilla ahí, en la boca, doctor?
-Porque supone la metamorfosis, la transformación de oruga a crisálida o pupa. Y de ahí a la belleza. Nuestro Billy también quiere cambiar.
-Ningún tratado relaciona la transexualidad con la violencia. Los transexuales son seres pasivos.
-Es usted una chica lista Clarice. Y está muy cerca del modo de atraparle ¿se da cuenta?
-No, dígamelo usted.
Un viaje interior a “El Silencio de los Corderos”
-Tras la muerte de su padre quedó usted huérfana ¿Qué pasó después?
-Fui a Montana a vivir con una amiga de mi madre y su marido, que tenían un rancho allí.
-¿En un rancho con ganado?
-Ovejas y caballos.
-¿Cuánto tiempo vivió allí?
-Dos meses.
-¿Por qué estuvo tan poco tiempo allí.
-Me escapé.
-Es que el ranchero la obligó a hacerle una felación? ¿Quizá la sodomizó?
-No, era un hombre muy bueno. Quid procuo, doctor… (te doy algo a cambio de algo)
-Billy no es un verdadero transexual pero intenta serlo. Ha intentado ser muchas cosas supongo.
-¿Por qué me ha dicho que estoy a punto de atraparle, doctor?
Un viaje interior a “El Silencio de los Corderos”
-Hay tres grandes centros de cirugía transexual. No me extrañaría que Billy hubiera solicitado el cambio de sexo en uno de ellos o en todos y le hubiesen rechazado. Busque graves traumas infantiles asociados con la violencia. Nuestro Billy no es un criminal de nacimiento, Clarice. Se convirtió en ello tras años de abuso constante. Billy odia su propia identidad y por eso cree que es transexual, pero su patología es mil veces más salvaje y más terrorífica.
Bueno, pues aquí lo dejamos por el momento. En el siguiente artículo finalizaremos esta inmersión en las profundidades del asesino doctor Lecter y dela incombustible y luchadora Clarice Starling. Veremos cómo interpretar un desenlace que casi todo el mundo conoce.
Salud y suerte, amigos!
eliom
Posted at 14:14h, 30 septiembreExcelente Marcos, me has dado ganas de volver a ver la peli, esta noche seguramente. Gracias Un abrazo
marcosplanet
Posted at 11:19h, 01 octubreMe alegro mucho de haberte animado a verla de nuevo. Es una de las grandes del cine.
Un abrazo.
Gaviota
Posted at 17:58h, 08 diciembreEste hombre es mi villano favorito de todos los tiempos. Me encariñé con él y quería que ganara, una especie de Síndrome de Estocolmo morbosísimo. Tengo en mi blog una entrada donde hablo de los personajes femeninos realmente bien escritor y ahí recuerdo haber prometido que iba a hacer una sobre mis malos favoritos, y él es el número 1.
marcosplanet
Posted at 20:45h, 08 diciembreMe alegra que haya acertado en cuanto a tus preferencias de villanos. Coincido con eso y además, Hopkins es uno de los más grandes actores de todos los tiempos.
Gracias y saludos.