25 Feb MEANDRO DEL MELERO: OASIS DE AGUA Y MIEL
Cuando dejas atrás Zarza De Granadilla camino de Riomalo de Abajo en la comarca de Las Hurdes (Cáceres), se atraviesan zonas adehesadas de vegetación profunda, verde oscuro bajo un azul nítido en el cielo.
Y uno avista las vacas alimentándose tras las cercas, algunas pastando hasta la misma ladera del monte o algún que otro cervatillo huyendo de nuestra presencia entre el matorral.
Paisajes de cuento
La montaña se va elevando en la ruta y en un punto dado te asomas a los acantilados desde donde la contemplación de la Sierra de Béjar es un privilegio. Estamos en pleno límite entre las provincias de Salamanca (al Este) y Cáceres (al Oeste).
El interior del meandro pertenece al término municipal de Sotoserrano,
en el paraje salmantino de la Sierra de Francia. Y la isla que delimita el río junto al istmo que la une a tierra, tiene el precioso nombre de «Romerosa» y también es de Sotoserrano.
El Meandro del Melero sobre el Río Alagón, forma la frontera natural entre Extremadura (Mirador de la Antigua, en Riomalo) y Castilla y León (Isla de Romerosa, en Sotoserrano).
Seguidamente nos sorprenden los destellos del sol, que se suceden cambiantes a esa hora de la tarde con cada vista que descubren los recodos del camino. Vamos descendiendo hacia el pueblo de Riomalo y la cercanía del meandro distrae la atención de forma magnética. Hay huecos entre los pinos que son idóneos para retener esa belleza y obtener fotos únicas. Al fondo, la impresionante sierra de Béjar.
Por esta razón no se puede apartar la mirada de entre las copas de estos árboles, testigos ancestrales del discurrir del río. Las aguas del río Alagón se reúnen unos kilómetros más abajo en el embalse de Gabriel y Galán, del que se contemplan vistas majestuosas a medida que nos acercamos a Riomalo.
Una vez coronado el mirador natural,
continuando por la vereda llegas a unirte con una senda más ancha que dirige los pasos hacia Riomalo. Atraviesa colmenares a uno y otro lado y extensos bosques de pinos que descienden hacia la ribera del río Alagón, acompañándole en su curso.
Así pues, el gris plateado de sus aguas se va transformando a medida que nos acercamos a la primera curva del meandro, donde una estela de intenso azul aguamarina nos sorprende brillando ante nuestros ojos.
Escuchar unos momentos de música épica nos acerca aún más a la esencia vital que rodea el bosque:
Debido a cada época del año el caudal dibuja un contorno diferente en la curva del meandro, pintándolo con tonos irisados de azul o moteando de verdosos claroscuros la ribera.
Después de un descenso suave,
llega el que podríamos llamar primer avistamiento: la isla. El trozo de tierra que bordea el río al dibujar el meandro está conectado con el resto de la ribera por un estrecho pasillo natural, como una lengua de tierra.
El Ladrillar, que era conocido antiguamente como Río Malo, afluente del Alagón , discurre plácidamente en unos tramos, saltarín y díscolo en otros, transformando las tierras ribereñas en humedales. Riomalo se sitúa en un paisaje con coloridas vistas del curso de agua y de la cercana Sierra del Castillo.
Cerca del del Melero se han encontrado
restos de humildes majadas (paraje para el refugio del pastor y su ganado) y unas minas de la época romana. Puede que la parte más elevada del pueblo sea la menos habitada. Está atravesada por ramales de calles angostas cuesta arriba jalonadas por construcciones clásicas de la región hurdana. Estas se hallan provistas de tejados terminados con lajas de pizarra y paredes aglomeradas con piedra y barro.
En los alrededores hay una poza natural para baños públicos en aguas del río Ladrillar y saliendo por la Verea de pescadores se alcanza el mirador de la Antigua un privilegiado enclave donde se puede disfrutar de una vista casi aérea de los meandros del río Alagón.
A continuación una definición: Melero es la persona que tiene por oficio vender miel o negociar con ella. También se refiere al lugar o paraje donde se guarda o conserva la miel. Esta es tierra de colmenas.
A la salida de Riomalo de Abajo nos adentramos por un sendero que discurre entre tupidos pinares, encinas y robles, bordeando la orilla derecha del rio Ladrillar, un lugar apartado de los mundos donde el silencio y la profusa presencia de vida enriquecen el entorno y hermanan los corazones con la naturaleza.
Nos acompaña en la experiencia una pieza musical titulada Nostalgias del Origen, de Punto Omega:
En Riomalo nos alojamos en El Labrador,
donde una sabrosa carne de caza como es el cabrito hecho a la brasa con madera de encina, deja un regusto inolvidable en el paladar. De este modo, las croquetas caseras, de un tamaño fuera de lo común, y el queso de cabra rematan la mesa y sacian al caminante. De igual forma, para postre ofrecen helado de naranja a la miel, flan de castañas o tarta de cuajada, pero la de queso de cabra es insuperable. En el siguiente enlace podrás saber más sobre gastronomía de la zona.
Encontrareis una información completa sobre alojamientos en la web Hospederías de Extremadura.
Los castaños flanquean el camino próximo al meandro con sus copas frutescentes
y aportan entramados leñosos que filtran el sol. Entre los brezales respiramos esencias mediterráneas donde amarillea la aliaga, encinares de Carrasca o Chaparra, que cubren las dehesas con pastos de montanera para alimento del cerdo de raza ibérica que tanto nos alegra el paladar. Además los alcornocales y pinares se unen creando un paisaje frondoso y feraz.
Finalmente alcanzaremos el sector occidental del Sistema Central. Mientras tanto transitamos por zonas aisladas y aldeas de arquitectura montañesa en pizarra, con destino en el Monasterio de San José de las Batuecas. Nos vigila el sereno discurrir de los ríos encajados en riberas rocosas. Estas vierten al Duero y al Tajo, con sus cañones rocosos enclavados en declives escalonados.
Siguiendo con el tema, en una próxima ocasión hablaremos de la travesía por las sendas de las Batuecas, en la comarca de la Sierra de Francia, un incomparable reducto del paraíso.
Referencias:
Rosa
Posted at 18:31h, 04 marzoMagnífico reportaje de la Comarca de las Hurdes, con el Meandro del Melero, toda una sorpresa y un placer para la vista, así como tus comentarios, Marcos, siempre repletos de lirismo, acompañados de una música muy bien escogida un regalo de sensibilidad, espero que mucha gente pueda disfrutar de ellos.
marcosplanet
Posted at 18:52h, 04 marzoMuchas gracias Rosa, me animas mucho como siempre y me encanta que hayas pasado unos momentos agradables dándote un paseo por este reportaje sobre las maravillas que tenemos al alcance en nuestra querida España. Un abrazo muy fuerte.