02 Ago Mérida, una incursión en la Roma Imperial
Os invitamos a continuación a que disfrutéis con nosotros de este viaje histórico por una de las ciudades monumentales más atrayentes del mundo.
Salimos desde Cáceres y alcanzamos Mérida en menos de una hora circulando por la A-66 (73 km). Entramos en la imperial Emérita Augusta por el acceso más próximo al “Acueducto de los milagros”. Existe una colonia de casas bajas en dicha zona donde resulta bastante fácil aparcar. Recomiendo hacerlo por allí para después ir caminando hacia el centro histórico de la ciudad. Te llevará menos de media hora.
El Acueducto de los Milagros recibe este nombre por la admiración que causaba entre propios y extraños su estado de conservación
En el extremo norte del acueducto, sobre el pequeño valle del Arroyo Albarregas, la construcción estaba dotada con una piscina para depurar las aguas (piscina limaria) que actuaba también como fuente. Según se inclinaba el recorrido hacia la vaguada, la altura de las pilas y el número de arcos iban aumentando, con el objeto de que el agua fluyera por gravedad a la altura adecuada para alcanzar la urbe.
Desde luego que resulta un milagro que los pilares se conserven, que hayan aguantado levantados durante tantos siglos.
El Acueducto de los Milagros responde a una evolución en la arquitectura de las obras civiles que facilitó el transporte de agua desde el embalse de Proserpina
Este embalse se localiza a cinco kilómetros de Emérita Augusta, capital de la provincia romana de Lusitania en el siglo I d.C. Su utilidad se prolongó durante varios siglos.
Es probable que antes de levantar el acueducto, la población de la colonia Augusta Emérita se abasteciera de agua directamente del Guadiana, aparte de algunas fuentes o aljibes, para garantizar el acopio cuando el caudal del río disminuyera. Progresivamente se van creando los tres sistemas hidráulicos principales: Cornalbo, Rabo de Buey y Proserpina, conservados a día de hoy.
Esta obra monumental, históricamente valiosísima y digna de contemplar con admiración, forma parte del conjunto arqueológico de Mérida, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993.
El punto de captación de agua o caput aquae abastecía mediante una conducción de tuberías que zigzagueaba a lo largo de unos once kilómetros
La conducción fue excavada en la roca viva, excepto en aquellos pasos que debían salvar arroyos mediante la elevación de pequeñas arquerías. El acueducto finalizaba al entrar en la ciudad por el punto más alto del conocido como Cerro del Calvario, donde fue localizado un ninfeo como último tramo.
Un ninfeo es un santuario dedicado a las ninfas, aunque también se le atribuye el significado de fuente funcional-decorativa. También podían ser salas lujosas habilitadas para banquetes, que incorporan una fuente decorativa.
Las ninfas eran divinidades de grado inferior en la mitología grecolatina, representadas por muchachas que habitaban montañas, ríos o bosques
La longitud de esta zona final de arcos superpuestos se prolonga durante 830 metros, con una altura de 25 metros en la parte más profunda del valle del río Albarregas.
Se trata de una construcción típica de la Mérida de época romana
Los arcos a diferentes alturas tienen como misión conectar los pilares, cuyo núcleo es de mortero de piedra con apariencia de hormigón. Son cerca de 73 los pilares que han resistido el paso del tiempo.
Descubrir la preciosa ciudad de Mérida desde este enclave es todo un privilegio que debemos apreciar con calma sin mirar el reloj.
Disfrutamos del recorrido por los alrededores del acueducto como si viviéramos en el año 25 a.C. cuando el Emperador Octavio Augusto ordenó fundar la Colonia Iulia Augusta Emerita
En esta urbe se establecerían los militares veteranos (eméritos) de las legiones quinta Alaudae y décima Gemina después de derrotar a los cántabros en el norte de la Península.
El esplendor de Mérida fue creciendo desde el gobierno de Octavio Augusto
Durante el reinado del emperador Diocleciano llegó a convertirse en la capital de la Diocesis Hispaniarum, que integraba toda la península ibérica y una parte del norte de África.
El legado romano en la ciudad de Mérida es impresionante y merece ser visitado:
–El Teatro y el Anfiteatro, el Circo, los acueductos, el puente sobre el Guadiana, la Casa del Mitreo, el Arco de Trajano, el Templo de Diana
… y muchos rincones que muestran el esplendor de la antigua Augusta Emerita.
Partimos de la magnífica ciudad de Cáceres (ver aquí el post titulado “Norba Caesarina”) y alcanzamos Mérida en unos 50 minutos.
Mapa del itinerario para conocer Mérida:
Lo primero que hicimos antes de entrar en el conjunto del Anfiteatro y el Teatro romanos fue obtener la entrada al recinto en la oficina de turismo. Recomendamos la entrada conjunta que permite visitar todos los espacios históricos y es más económica. El lugar está situado frente al Museo Romano, que justo ese día se encontraba cerrado. Podéis ver aquí los horarios y tarifas del museo.
El Anfiteatro Romano de Mérida
Hay que señalar que tanto el Teatro como el Anfiteatro han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
A continuación, descendemos por la senda que conduce hasta el arco de entrada al Anfiteatro.
Erigido en el año 8 a.C. según muestran los grabados de sus tribunas, el Anfiteatro sirvió de escenario para espectáculos muy populares: las peleas de gladiadores, la caza de fieras y el combate cuerpo a cuerpo entre animales salvajes.
Usaban decorados que imitaban bosques, grandes masas de agua o desiertos
Edificaban el escenario sobre grandes estructuras de madera. La capacidad de este espacio era de entre quince a dieciséis mil espectadores.
Una calzada circunda esta construcción y el propio Teatro, por lo que la visita se hace de manera cómoda.
La distribución de las gradas era similar a la del Teatro. Ha quedado como legado en buen estado tan solo la cávea ima (primera fila) y algunos sectores de la cávea media (filas intermedias). El conjunto del anfiteatro forma una elipse donde se abren cuatro puertas monumentales para dar acceso desde el exterior mediante extensos corredores.
Si nos adentramos en el interior de los mismos descubriremos varias estancias que, o bien servían para albergar a las fieras o como lugar de entrenamiento de gladiadores.
En mitad del patio de arena se abre un gran foso
El foso servía para soportar las tarimas que ocultaban los artilugios y la maquinaria necesarios para levantar esos sorprendentes escenarios requeridos para los sangrientos juegos populares.
El Teatro Romano de Mérida
Este Teatro, uno de los mejor conservados de Europa, es un auténtico tesoro de la arquitectura romana
Con más de 2000 años de existencia continúa siendo escenario de gran cantidad de obras del teatro clásico.
Es decir, sigue cumpliendo la función para la que fue diseñado originalmente: en él tiene lugar, aparte de grandes eventos culturales, el prestigioso Festival de Teatro Clásico de Mérida.
El primer promotor del teatro romano de Mérida fue el cónsul Marco Vipsanio Agripa y, según un escrito descubierto en un grabado del propio teatro, su inauguración se produjo hacia los años 16-15 a. C.
La inscripción decía así:
«Príncipe entre los monumentos emeritenses»
Como indicamos antes, el Teatro es Patrimonio de la Humanidad desde 1993 como parte del conjunto arqueológico de Mérida.
El graderío, de tres alturas, tenía capacidad para 5.800 personas. El diámetro es de unos 95 metros.
Las tres partes principales y bien diferenciadas en los teatros romanos son la Scaena (escenario), la Orchestra, y la Cávea (graderío)
El espacio semicircular situado entre la Scaena y el graderío recibe el nombre de orchestra y era el lugar donde se colocaban los músicos y el coro que acompañaban las representaciones.
La orchestra del Teatro de Mérida es semicircular, de 30 metros de diámetro, y rodeándola están las tres filas de gradas de la proedria, reservadas para los senadores y la alta sociedad de Emerita Augusta.
La Cávea, era una estructura semicircular que contenía las gradas donde se sentaban los espectadores. Se distribuía en función de cada clase social:
–Proedria para los senadores,
–Ima cávea para los caballeros,
–Media cávea para la plebe libre,
–Summa cávea para los libertos o esclavos,
-El matroneo, un balcón o una galería destinada a acoger a las mujeres (o «matronas», de ahí deriva el nombre).
El frente de escena (frons scene) es el elemento más espectacular. Está formado por dos cuerpos de columnas corintias y alcanza los 30 metros de altura
El Teatro fue reformado al menos en dos ocasiones, a finales del siglo I d.C. y a mediados del siglo IV.
En los espacios entre columnas (intercolumnios) eran colocadas estatuas representando dioses y personajes mitológicos. En el centro de la escena se encuentra en la actualidad una imponente reproducción de una estatua de Ceres, diosa de la agricultura.
Además de las trece puertas de acceso a las gradas del Teatro romano, hay dos puertas adicionales para acceder a la escena, todas ellas con pasillos abovedados
En la parte posterior del escenario, el Teatro incluía un jardín porticado (Peristilo), presidido por una pequeña cámara dedicada al culto imperial. De la estructura se conservan jardines y hasta los canalillos para el riego. Además, se puede disfrutar de un recorrido por tan importantes restos donde encontrarás columnas con doseles que te trasladan a tiempos imperiales.
La primera representación teatral de la época moderna tuvo lugar en 1933, con la puesta en escena de la Medea de Séneca,
en versión de Miguel de Unamuno, con la actriz Margarita Xirgu como protagonista. A ella se le dedica una estatua junto al peristilo que da fe de su participación en tan importante evento.
Sobre este monumento histórico invalorable en Mérida se han realizado varias reconstrucciones, la más importante durante el siglo I d. C., y otra en época de Constantino I, entre los años 333 y 337
El teatro fue abandonado en el siglo IV d. C. tras la oficialización en el Imperio romano de la religión cristiana, que consideraba inmorales las representaciones teatrales. Sufrió una demolición parcial y permaneció cubierto de tierra durante siglos. Solo se mantuvieron visibles las gradas superiores, que los habitantes de la zona conocían como «Las Siete Sillas».
Las excavaciones arqueológicas que lo consiguieron devolver a la superficie comenzaron en 1910 y su reconstrucción parcial fue iniciada en 1962. Como ya indicamos, desde 1933 alberga la celebración del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.
Os dejamos a continuación los datos para efectuar reserva de entradas, tanto al anfiteatro como al teatro (a fecha 26 de julio de 2021, los términos podrían variar):
Actualmente, en el Teatro romano se celebran eventos de teatro, musicales y otros. Lo podéis ver en la agenda.
El Circo romano de Mérida
La siguiente visita de nuestra ruta fue al Circo romano, al que llegas partiendo del Teatro en unos 20 minutos. Este es el recorrido desde el Teatro hasta el Circo:
El circo romano de Mérida tenía como fin ofrecer espectáculos de carreras de carros (cuadrigas o bigas)
Lo construyeron los romanos en esta colonia romana a principios del siglo I d. C., pocas décadas después del 25 a.C., año en que se fundó la ciudad de Emérita Augusta.
El circo de Mérida fue erigido fuera de las murallas de la urbe, formando una planta ovalada de unos 440 m de longitud por 115 m de ancho.
Este recinto para carreras de carros de guerra alcanzó la categoría de ser uno de los más importantes del Imperio Romano
Esto con permiso del Circo Máximo de Roma. Se cree que fue utilizado hasta el siglo VI. Tras muchos siglos de abandono, de la antigua construcción tan sólo se conservan las ruinas de sus cimientos, que permiten darnos cuenta de sus enormes proporciones.
A pesar de ello es uno de los pocos recintos de este tipo que conserven toda la superficie plantar. En 1993, el Circo romano de Mérida fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco como parte del Conjunto arqueológico de Mérida.
Las gradas del circo de Mérida podían albergar alrededor de 30 000 espectadores, más o menos la población entera de los habitantes de Mérida en los tiempos del Imperio
Estas gradas estaban distribuidas por norma general en tres zonas, como ya hemos comentado: ima, media y summa cavea.
En lugares privilegiados dotados de mayor visibilidad destacaban las tribunas para autoridades y jueces.
La arena, con unos 30 000 m² de superficie, constituía la pista de carreras. Se encontraba dividida en dos mitades por la Spina, con sus 240 m de longitud y una anchura de 8,5 m en torno a la cual corrían los carros dotados con dos caballos (bigas) o con cuatro (cuadrigas).
Cada prueba exigía dar siete vueltas a la pista y la meta coincidía con un vértice de la Spina.
Desde la parte central del lateral oeste, salían los participantes en la carrera a través de la porta pompae
Se trataba de un acto ceremonial de apertura en el que desfilaban en procesión. En ese acto los concursantes (aurigas) eran acompañados por músicos, sacerdotes e imágenes religiosas. A ambos lados de esta puerta se distribuían las cocheras de salida o carceres, que en este circo eran doce, seis a cada lado, separadas por pilares cuadrangulares.
Merece la pena hablar un poco sobre la SPINA. Dividía la superficie de la pista longitudinalmente, pero no exactamente por la mitad. Distaba 126 metros de las carceres y 43 metros del extremo opuesto. Estaba trazada en forma oblicua. De este modo dejaba mayor espacio para el tránsito de los carros y además permitía tomar menos peligrosamente las curvas.
La Spina del circo de Mérida se hallaba ricamente decorada, elevándose un metro sobre la arena
Tableros de mármol la engalanaban, según los restos que se han localizado.
El espacio interior contaba con un pavimento fabricado con opus signinum (vistosas tejas trituradas en trozos muy pequeños) y quizá también la cubrieran con mosaicos. En la Spina instalaban los candelabros que marcaban las vueltas de los carros. También sobresalían obeliscos cuyas bases aún se conservan.
El Circo romano de Mérida fue edificado en tiempos de la dinastía Julio-Claudia
Realizaron sobre él sucesivas ampliaciones y restauraciones. Existe referencia de que la última fue ejecutada en el siglo IV d.C. Lo que demuestra que este espectáculo aún contaba con una masiva cantidad de entusiastas que acudían a los juegos desde la ciudad y sus alrededores.
Bueno, aquí lo dejamos por ahora. En un próximo episodio continuaremos con este paseo histórico extraordinario por los rincones majestuosos de la imperial Emérita Augusta.
¡Os esperamos! ¡Anímate y dale un «LIKE» si te ha gustado el artículo!
No Comments