26 Abr Por qué se llaman Picos de Europa
Corrían los tiempos de Agénor, rey de Tiro (Canaán), hijo de Poseidón y Libia. Por entonces, Zeus el dios del Olimpo, transformado en toro, raptó a la hija del rey Agénor, de nombre Europa. Agénor ordenó a sus hijos que la buscaran y no retornaran sin ella. No pudiendo conseguirlo, los hijos se instalaron en distintas regiones lejos de su tierra natal, fundando, por cierto, prósperas ciudades.
Pues bien, el mito relata que, como decíamos, Europa fue raptada por Zeus transformado en un toro blanco, quien la llevó hasta Creta sobre sus lomos. Zeus diseñó su plan de este modo: cautivado por la belleza de Europa, se mezcló con las reses que tenía el padre de la muchacha. Mientras Europa y sus sirvientes recogían flores cerca de la playa, ella se sintió atraída por lo manso que se mostraba el animal a sus caricias. Así pues, se montó sobre él. Y Zeus aprovechó esa oportunidad.
Y así dice el mito sobre el rapto de Europa:
“Europa sentóse sobre el toro y trepando por el mar océano, Zeus se la llevó a Creta”
Ya en la isla de Creta, Zeus reveló su verdadera identidad, convirtiendo a Europa en la primera reina de la isla.
Zeus dio a Europa un collar hecho por Hefesto (el dios del fuego y la forja) y otros tres regalos: Talos (un autómata de bronce), Lélape (un perro que nunca soltaba a su presa) y por último, una jabalina que nunca erraba.
Más tarde Zeus recreó la forma del toro blanco en las estrellas que actualmente se conocen como la constelación de Tauro. Algunas leyendas cuentan de ese toro que es el mismo con el que se topó Hércules y que es quien engendró al Minotauro.
Y terminamos con el mito del rapto de Europa
(Comentarios y textos extraídos del libro “EN TORNO A LA PEÑA SANTA”, de Guillermo Mañana, pags. 23, 24 y 26).
Jose María Escandón y Lué, en el siglo XIX , explica el origen del topónimo Picos de Europa, en el libro Historia Monumental del Heroico Rey Pelayo, 558, y nos ilustra con un comentario.
Y José María Escandón y Lué dijo nada menos que:
“<< Astur, rey de Creta, se convirtió en el protector de Europa y de sus hijos, se casó con ella y, para alejarla de las iras de su padre y hermanos, huyó llevándola “hasta lo más occidental del mundo, que es España y tomando puerto en esta región, la llevó a esconder en lo más inculto, oculto y enriscado de su Reyno Septentrional… que fue el escondrijo de la hermosísima Infanta Europa, y la concha marina que en sí encerró la más preciosa y cándida perla del mundo. En cuyo perpetuo testimonio se llaman hasta oy las Peñas de Europa, unas encumbradísimas rocas blancas, que por la parte norte son gibadas en trecho de tres leguas y caen inmediatamente sobre el Pais baxo, y Costa de mar de Asturias… y por la parte de medio día hazen muralla a Liébana, tan engreída que se erigen azia el Cielo.
(…) y porque en todo el resto de esta tercera parte del orbe, no se halla, ni se sabe que aya Reyno, Provincia, Ciudad, Villa, Lugar ni territorio particular que se llame, ni jamás se aya llamado con nombre de Europa, sino tan solamente aquellas peñas… inexpugnables muros de altísimos cerros, empinados montes y enriscadas montañas de peñas intratables>>”.
Pues bien, el príncipe Astur se enamoró de Europa. Nuevamente fue raptada, esta vez por él (recordemos que antes ya lo hizo el dios Zeus) y la llevó a las espectaculares crestas de su monte Vindius (el monte blanco), que desde entonces pasó ya a nombrarse como “Picos de Europa”.
La leyenda del Cares y el rapto de Europa
ha sido atestiguada por Fray Francisco de la Sota, monje habitante del monasterio de Santo Toribio de Liébana, quien escribió en 1681 la “Crónica de los Príncipes de Asturias y Cantabria“.
La tradición lebaniega no es cuestión de poca relevancia. Coincide con todo detalle con la versión que un poco más al norte nos ofrecen los habitantes de Cabrales y dice así:
“Por tradición y conjeturas no del todo despreciables, se tiene por fundador de dicho concejo (de Cabrales) al Príncipe Astur quando trajo robada de fenicia la Reyna Europa, sentando su residencia en este término, tomando por castillo, muro o defensa (para librarse de las diligencias, que por hallarla hicieron los hermanos de esta Reyna) las precitadas Peñas de Europa, denominándolas con el nombre desta Reyna”.
Bueno, pues hasta aquí hemos llegado. Déjanos por favor tu opinión sobre este post en los comentarios y haz click en el corazoncito de más abajo si te ha gustado.
Os deseo mucha salud y mucha suerte.
Nota: las imágenes de este post excepto incluida la portada, excepto las tomadas con cámara que son de mi propiedad, pertenecen a la página bing.com/images/create/
Beatriz
Posted at 18:02h, 12 julioInteresante artículo. La verdad es que lo desconocía. Gracias, Marcos ????
Io
Posted at 16:35h, 07 mayoLa mitología es algo que atrapa y me fascina, lastima que mi memoria no pueda retener tantas maravillosas historias….esta desde luego la desconocía. Maravilloso relato y muy trabajado con tanta información que has recopilado. Me encanta leerte Marcos porque narras y cuentas las cosas de una forma muy mágica y con esta historia mitológica que cuenta la leyenda del nombre de los Picos de Europa, me has vuelto a conquistar y atrapar en la lectura. Por cierto,….. cuánto encanto tiene toda esa zona, yo caí rendida ante tanta belleza cuando lo vi por primera vez y nunca me canso de volver, es tan espectacular.
Gracias Marcos porque hoy he aprendido algo nuevo.
Un fuerte abrazo
Neogeminis
Posted at 19:49h, 28 abrilHola Marcos. Paso a recordarte que te corresponde conducir las dos próximas fechas jueveras. Un abrazo
marcosplanet
Posted at 15:47h, 29 abrilAsí es, ya lo tenía agendado.
Gracias, Neo.
Un abrazo.
Froilán de Lózar
Posted at 07:37h, 27 abrilAunque la leyenda no es la realidad, sirve para llevarnos la explicación de un nombre y a ellas recurrimos para acercarnos al por qué de las cosas, como tú haces hoy en esta entrega. Otra cosa más que sabemos. Un abrazo, Marcos.
marcosplanet
Posted at 10:19h, 27 abrilOtro abrazo fuerte para ti, Froilán.
Nuria de Espinosa
Posted at 01:48h, 27 abrilCurioso mito el del dios Zeus, pero más curioso me ha parecido la leyenda del Cares atestiguada por Fray Francisco de Sota. No la conocía. Como siempre un placer leerte. Interesante artículo y bellas fotos. Un abrazo