Un ángel a tu lado

Un ángel a tu lado

 

Es la mejor persona del mundo. Atiende cualquier petición de aquellos que, no siendo su familia directa, le solicitan algo. El ángel no se lo piensa dos veces. Le piden, le exigen, a veces le ruegan con falsas maneras para ganarse su inmensa bondad en beneficio de los ávidos solicitantes.

Parecen vampiros que solo piensan en la autosatisfacción, en mantener un bienestar perfecto en sus vidas, aunque sea a costa de mermar la vida de su ángel.

Para describir a la mejor persona de este mundo tan solo tenemos que mirarle a los ojos. Estos transmiten con transparencia cristalina su estado de ánimo. Si eres sensible a los gestos del alma que quedan expresados a través de una mirada, esos ojos lo dicen todo. Pero hablan también cuando está presente la tristeza, cuando la mejor persona del mundo refleja alarma, inquietud, preocupación o bien un sentir de pura alegría que emana de su espíritu limpio y feliz…

Hay seres de carne y hueso que, por su corazón de luchadores imbatibles e inasequibles a la pereza y el egoísmo, entregan parte de su felicidad de golpe; son personas que no parecen pertenecer a este mundo. Los demás no les tienen permitido dosificar su sacrificio y les exigen logros inmediatos.

Un-angel a-tu-lado

Pues algo así esperan de ese ángel terrenal. Este tiene una forma de ver la vida que supera la visión del más optimista. Porque no piensa en sí mismo, no. Consigue proyectar su bondad en quien tenga delante, por interesados que sean los motivos que empujan al otro a acercarse a ese ser de luz.

–Mira, con eso de que trabajas en la multinacional de la estética, necesito que me atiendan en un buen salón de belleza porque tengo unas ojeras muy marcadas y eso me resulta muy muy molesto. No puedo ni dormir de la preocupación–. Este es un ejemplo de exigencia estándar.

Claro que la mayoría de las veces la gente exagera un poco y decora los síntomas simplemente por pereza, para no tener que molestarse en mover un dedo. Pero el ángel siempre atiende y cumple el mandato.

Y si se trata de préstamos monetarios son numerosas las peticiones del oyente, demasiadas. Enseguida corre la voz y lo que empieza con un sí se convierte en media docena de síes de diversas cuantías, ninguna de ellas pequeña.

El ser de luz escucha, razona, comprende que están exprimiéndole, pero no se inmuta. Es como si la energía interior que ilumina todo su ser fuese inagotable. Algo muy relacionado quizá con su naturaleza no terrenal. Porque es tan dulce en sus formas y maneras, en el trato diario, con una inteligencia por encima de cualquiera de esos otros que pretenden aprovecharse de su luz, que te ves desbordado ante tanta resistencia al desaliento.

Un-angel a-tu-lado

Sin embargo, algo pasa en el interior del ángel, porque en momentos ciertos e inesperados, te sorprenden las lágrimas de puro néctar que se deslizan por sus mejillas.

El desaliento gana a veces por un instante de oro para él, que es tan mezquino pretendiendo hacer caer al ser de luz en la oscuridad de la decepción y la impotencia. Porque el ángel tiene un fondo donde se depositan pesadas capas de favores no correspondidos, de maltrato por parte de aquellos que exigen y no dan nunca, de los que presionan sin pensar en las consecuencias, de quienes ríen sin parar entre su camada o grupo de iguales, sintiéndose estupendos o estupendas porque comparten una misma filosofía del abuso.

Pero  como es imperecedera la esencia que alimenta la vida de la persona más buena que haya pisado la tierra, esta sonríe siempre, inundando de color todo lo que le rodea, y conquista con hechos de luz el campo de batalla donde la han colocado. Para este ángel que está a tu lado, hacer el bien no es un propósito, es una forma de encontrar el suave tacto de la esperanza, una ilusión por conseguir que la paz alcance todos los rincones y ayude a las almas perdidas.

Y nuestro ángel sigue ahí, sin esperar nada a cambio, manteniendo viva la llama de su espíritu rebosante de amor. Su camino no es fácil y a veces ha de pararse para recuperar el aliento. Pero no nos preocupemos, porque unas lágrimas puras como el agua de manantial son suficiente alivio para su alma empapada de bondad.


 

Y hasta aquí este pequeño manifiesto a favor de la persona más especial del mundo.

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Salud y suerte en la vida.

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23 Comentarios
  • Arenas
    Posted at 22:42h, 10 diciembre Responder

    Precioso texto.
    Sin ángeles a nuestro lado la vida sería en blanco y negro. Ellos dan color a nuestros días.
    El primer ángel que tuve cerca de mí fue mi abuela materna. Cuando venía a visitarnos mi casa se iluminaba. Era una niña grande, siempre cantando, riendo y jugando con nosotros, sus nietos. A veces se quedaba dos o tres días. Cuando se marchaba, para mis hermanos y para mí era una tragedia. Nos agarrábamos a ella y le implorábamos que no se fuera. Sin ella mi casa se quedaba vacía, sin alma.
    Enviudó joven, pero para ella mi abuelo se mantuvo siempre vivo. Me contaba con la mayor naturalidad que él la visitaba en ocasiones, de manera imprevista, en busca de compañía y cariño. Por lo visto para mi abuelo ella era también su ángel, y seguía necesitándola en el otro barrio. De niño estas cosas me parecían a mí mágicas y hermosas.
    Al hacerme adolescente, comencé a entender que estas historias de aparecidos eran imaginaciones de mi abuela, producto del profundo amor que todavía sentía por mi abuelo.
    Además, daba la casualidad de que ella era muy aficionada a los temas parapsicológicos, que por los años 70 empezaban a estar muy en boga. Y todo eso hacía que me empezaran a encajar las piezas dentro de lo racional.
    Éramos asiduos oyentes del mítico programa de la SER «Medianoche» de Antonio José Alés, en el que escuchamos hablar por primera vez de las caras de Bélmez, historias de fantasmas y ovnis. También las primeras psicofonías..
    Un día mi abuela me dijo: cuando muera, me apareceré una noche en tu cuarto para que sepas a ciencia cierta que el más allá existe. No tengas miedo cuando eso ocurra. Ya sabes lo que te quiero, no vendré a hacerte ningún daño. Sólo para que sepas que todo esto que escuchamos en la radio es verdad.
    Han pasado más de cuarenta años desde que falleciera mi querida abuela y todavía no ha cumplido su promesa. Aunque claro, como es un ángel estará muy atareada cuidando de mi abuelo.
    Supongo que es por eso, porque a veces me los cruzo por las calles de mi ciudad, siempre del brazo, ensimismados el uno en el otro, riendo, felices. Hasta ahora no me he atrevido a acercarme a ella y preguntarle por qué no se ha aparecido una noche en mi cuarto, tal como me prometió. En fin, cosas de ángeles.

    • marcosplanet
      Posted at 21:26h, 11 diciembre Responder

      Es de una belleza sutil lo que has escrito sobre tus abuelos y todo lo relacionado con fenómenos paranormales o apariciones. Me ha encantado tu repaso por el programa de radio de Antonio José Alés, cuyo contenido, que escuchaba yo también con fruición, fue confirmado por tu abuela como auténtico y verdadero.
      Que tus amados abuelos se sigan cuidando mutuamente por siempre.
      Abrazos.

  • Arenas
    Posted at 21:32h, 10 diciembre Responder

    Precioso texto.
    Sin ángeles a nuestro lado la vida sería en blanco y negro. Ellos dan color a nuestros días.
    El primer ángel que tuve cerca de mí fue mi abuela materna. Cuando venía a visitarnos mi casa se iluminaba. Era una niña grande, siempre cantando, riendo y jugando con nosotros, sus nietos. A veces se quedaba dos o tres días. Cuando se marchaba, para mis hermanos y para mí era una tragedia. Nos agarrábamos a ella y le implorábamos que no se fuera. Sin ella mi casa se quedase vacía, sin alma.

    Enviudó joven, pero para ella mi abuelo se mantuvo siempre vivo. Me contaba con la mayor naturalidad que él la visitaba en ocasiones, de manera imprevista, en busca de compañía y cariño. Por lo visto para mi abuelo ella era también su ángel, y seguía necesitándola en el otro barrio. De niño estas cosas me parecían a mí mágicas y hermosas.
    Al hacerme adolescente, comencé a entender que estas historias de aparecidos eran imaginaciones de mi abuela, producto del profundo amor que todavía sentía por mi abuelo.
    Además, daba la casualidad de que ella era muy aficionada a los temas parapsicológicos, que por los años 70 empezaban a estar muy en boga. Y todo eso hacía que me empezaran a encajar las piezas dentro de lo racional.
    Éramos asiduos oyentes del mítico programa de la SER «Medianoche» de Antonio José Alés, en el que escuchamos hablar por primera vez de las caras de Bélmez, historias de fantasmas y ovnis. También las primeras psicofonías..

    Un día mi abuela me dijo: cuando muera, me apareceré una noche en tu cuarto para que sepas a ciencia cierta que el más allá existe. No tengas miedo cuando eso ocurra. Ya sabes lo que te quiero, no vendré a hacerte ningún daño. Sólo para que sepas que todo esto que escuchamos en la radio es verdad.

    Han pasado más de cuarenta años desde que falleciera mi querida abuela y todavía no ha cumplido su promesa. Aunque claro, como es un ángel estará muy atareada cuidando de mi abuelo

    Supongo que es por eso, porque a veces me los cruzo por las calles de mi ciudad, siempre del brazo, ensimismados el uno en el otro, riendo, felices. Hasta ahora no me he atrevido a acercarme a ella y preguntarle por qué no se ha aparecido una noche en mi cuarto, tal como me prometió. En fin, cosas de ángeles.

  • Rosa Fernanda Sánchez Sanchez
    Posted at 13:51h, 01 noviembre Responder

    Por más desaliento que nos produzca la indiferencia, falta de empata y egoísmo, que nos rodea, siguen estando entre nosotros…esos ángeles de los que hablas en tu precioso relato, Marcos.
    Todos tenemos a alguno cerca, solamente hay que agudizar un poco nuestros sentidos y descubrirlos…
    Felicidades

  • Vero de La Opinión de Mamá
    Posted at 12:28h, 30 octubre Responder

    Precioso!

  • Anónimo
    Posted at 14:23h, 29 octubre Responder

    Hermoso, muy hermoso esta presentación de esos ángeles de carne y hueso que andan dispersos por el mundo y que apoyan y ayudan en los momentos más difíciles de la vida sin ni siquiera preguntar nada. Son humanos sin lugar a dudas, con sus emociones, sus penas, sus sufrimientos, además de todos aquellos que a veces le ocasionan aquellos a quienes les dio su corazón y su bondad. Abrazo grande Marcos,

    • marcosplanet
      Posted at 20:38h, 29 octubre Responder

      Muchas gracias por tu aportación tan positiva, Anónimo. No sé quién eres ¿podrías poner otro comentario con identificación?
      Gracias de nuevo.

  • Nuria de Espinosa
    Posted at 20:11h, 28 octubre Responder

    Haz el bien y no mires a quién…. Nos rodean muchos ángeles aunque a veces nos cueste encontrarlos. No tengo soy orgullosa, pero lo cierto es que he sido tantas veces ese ángel altruista que ayuda por vocación cuando alguien te comenta que tiene una necesidad, o un problema, que para mí es algo normal. El ser humano no empatiza mucho hoy en día, y debería ser más consecuente, pensar y ponerse en la piel de esa persona que necesita algo, a veces solo que alguien le escuché, o como demasiadas personas mayores hoy en día que están solo y simplemente necesitan un poco de cariño y compañía. La vida es extraña, pero no pierdo la esperanza en la humanidad. Un abrazo

    • marcosplanet
      Posted at 08:27h, 29 octubre Responder

      Yo tampoco pierdo esa esperanza, Nuria. Estoy de acuerdo, cada uno sabrá si debe considerarse angel u otra cosa. Es una actitud ante la vida.
      Tus comentarios siempre sirven de ayuda.
      Saludos.

  • María Pilar
    Posted at 12:30h, 28 octubre Responder

    Hola, Marcos, has pintado con palabras un personaje que no parece de este mundo. Un ser de luz que siempre está para las necesidades de los demás sin pedir nada a cambio. Pero según iba leyendo vi sus lágrimas y eso le hacía humano, porque reflejaba ese fondo donde guardaba el maltrato, los desaires…, no un guardar rencoroso sino para apoyarse en ello y superarlo. Para que no le cambiara su naturaleza y seguir siendo el ser de luz que los demás necesitaban. Porque entregándose a los otros, él encontraba su razón de vivir. Sí, si he conocido una persona así y nunca le dije lo grande que era. Esa es mi pena con la que tengo que vivir.
    Un abrazo, Marcos.

    • marcosplanet
      Posted at 16:06h, 28 octubre Responder

      Consigues con tus palabras que me enternezca por dentro pues tocas fibras muy sensibles dentro de ti. En mi caso, gracias a Dios, sí que he podido decirle en ocasiones lo grande que es. No debes vivir cone sa pena, porque estoy seguro que la persona a la que te refieres, esté donde esté, conoce perfectamente la admiración que sentías.
      Un abrazo, María Pilar.

  • Maty Marín
    Posted at 07:22h, 28 octubre Responder

    Volví a entrar y ya ví mi comentario, y doble… Lo siento.
    Terminó diciendo que esos seres terrenales de tanta y tanta luz sufren los.abusos y la falta de reconocimiento tal.como dices, pero no se dan por aludidos en su gran bondad.

    • marcosplanet
      Posted at 16:08h, 28 octubre Responder

      Así es, al menos en este caso concreto que os cuento. Muchas gracias por tu comentar, Maty.
      Saludos.

  • Maty Marín
    Posted at 03:03h, 28 octubre Responder

    ¡Lindísimo! Me fascina el mundo de los seres de LUZ, todo lo relacionado con ellos. Siempre están, no estamos solos nunca aunque a veces así pareciera. Mirar siempre hacia ellos, es el alimento más delicioso para el alma.
    Nuevamente lindas las imágenes!

    Saludos Marcos, felicidades ????

    • marcosplanet
      Posted at 16:09h, 28 octubre Responder

      Muchas gracias Maty por tus palabras.
      Un fuerte abrazo.

  • Maty Marín
    Posted at 03:03h, 28 octubre Responder

    ¡Lindísimo! Me fascina el mundo de los seres de LUZ, todo lo relacionado con ellos. Siempre están, no estamos solos nunca aunque a veces así pareciera. Mirar siempre hacia ellos, es el alimento más delicioso para el alma.
    Nuevamente lindas las imágenes!

    Saludos Marcos, felicidades ????

  • Merche
    Posted at 17:55h, 27 octubre Responder

    ¡Hola, Marcos! ¡Qué bonito! Efectivamente, nuestro ángel siempre está ahí, precioso.
    Un abrazo. 🙂

  • Luis Alberto Serrano
    Posted at 14:21h, 27 octubre Responder

    Hay muchos ángeles, más de los que nosotros nos creemos; pero, a veces, cuesta identificarlos…

    Brindemos por ellos.

    • marcosplanet
      Posted at 17:21h, 28 octubre Responder

      Por supuesto. Salud y suerte en la vida. Y muchas gracias por comentar.
      Saludos.

  • Ardilla Roja
    Posted at 11:18h, 27 octubre Responder

    Pues si Marcos, me ha gustado mucho.
    Tener a alguien así es es una bendición. Tu ángel ha de sentirse muy feliz leyendo este manifiesto.
    Quien sabe si no ve en ti a su propio ángel.

    Me ha parecido precioso. Felicidades.

    • marcosplanet
      Posted at 13:21h, 27 octubre Responder

      Me animan mucho comentarios tan bonitos como el tuyo. ¡Mil gracias!

  • Ric
    Posted at 11:14h, 27 octubre Responder

    Si no fuera por los angeles que nos vamos encontrando en el camino de la vida, que sería de nosotros, debemos tener esperanza, hay pocas personas empáticas, cuesta encontrarlas, pero, de vez en cuando, ocurre el milagro y encontramos una, cuídala y no dejes que se aleje o se canse y, sobre todo, ten cuidado con lo que pides, un cordial saludo Marcos

    • marcosplanet
      Posted at 13:23h, 27 octubre Responder

      Cuánta razón tienes, Ric.
      Muchas gracias por tu participación.
      Saludos cordiales.

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