05 Sep Un rincón para el alma
Un rincón para el alma
He decidido emprender este viaje por las montañas escarpadas de mi tierra, por donde discurriré como nunca lo había hecho. Hasta ahora he organizado rutas guiadas para senderistas o amigos y he disfrutado de la compañía de una pareja con la que conviví durante mucho tiempo y con la que descubrí portentosos rincones desde distintas alturas de la gran montaña, bellísimos hallazgos.
He sufrido en algunas travesías las inclemencias de la nieve, la lluvia, ventiscas feroces… pero nunca me había atrevido a asomarme yo solo a los abismos que por aquí se encuentran. Simas profundas como las ideas que socavan mi mente.
Entre estos picos hay depresiones del terreno que esconden profundas simas calcáreas, por donde el agua de milenios ha ido excavando su cauce escondido, subterráneo, un mundo nuevo que en alguna ocasión me atreví a atisbar recorriendo una parte de los cañones soterrados. Ahora hago lo propio con mi mente atormentada.
Esta tierra ofrece de todo en sus paisajes. Los valles de chopos y nogales salpican de colorido anaranjado la región, combinando con los tonos escarlata de los robledales y en contraste con los abedules amarillos y con el verde penetrante de brezos y piornos.
La mayor parte de las veces he deambulado por estos parajes sin ser consciente de su auténtica belleza, en compañía de un grupo de excursionistas, actividad con la que me he ganado un complemento económico que sufragaba algunos caprichos. Pero nunca me sentí en armonía con el entorno, no como ahora que en mi arrebato por encontrar la soledad algo en mi interior ha despertado, abriéndose paso, empujándome hacia la contemplación, al alejamiento de lo mundano.
Mi mente vuela desbocada sobre el perfil recortado de estos picos, planea sobre el boscaje diverso, formando un campo visual que entona perfectamente con las aves que lo sobrevuelan y acompañan mis pensamientos errantes.
He encontrado este día único y feliz por casualidad, porque necesitaba un retiro para poner en orden mi vida, esa que ha sufrido tantos contratiempos desde que Marcia y yo lo dejamos. No tuvimos hijos en estos cinco años de convivencia y ella no quería perder lo que ella llamaba su tren interior, porque era muy organizada y tocaba ya buscar el primer embarazo.
A mí no me parecía el mejor plan, en unos momentos en los que ella se hallaba desempleada y yo a duras penas lograba mantener mi puesto de profesor auxiliar en la universidad. Había una codiciada plaza para profesor numerario a la que íbamos a concursar muchos, pero si no la conseguía seguiría dependiendo de un puesto que siempre estaría en el aire.
La soledad que ahora contradictoriamente me “acompaña” me está ayudando a reposar ideas y analizarlas con tiempo y sin prisa. Por ejemplo, podría explorar la posibilidad de conocer más a fondo a Carmela, mi compañera de trabajo, quien siempre me ha demostrado su aprecio y con quien acostumbraba a conversar acerca de mis problemas de pareja cuando las cosas con Marcia empezaron a torcerse.
No sé qué rumbo tomaré ni si algún día reconduciré mi vida por ese camino oculto que nunca vemos pero que discurre en paralelo con nosotros y se supone que es la vía adecuada para salir de los atolladeros de la vida.
Mi pasión por la naturaleza me pone melancólico, me hace confundir mi ser esencial con el alma libre de un pájaro surcando los aires puros de estas montañas mágicas. Puedo imaginar un futuro ante mí, algo incierto, pero satisfactorio, sí, ahí no tengo duda. Necesito más retiros como este, encontrar lugares de evasión para reparar el alma dañada. Creo que con el tiempo habré sabido tomar una decisión correcta, aunque sea renunciando a mi forma de entender mi relación con Marcia.
¿Será la mejor decisión volver con ella? Tener un hijo no tiene por qué resultar tan problemático. El sostenimiento económico no debe representar ningún problema, es más, me siento enormemente egoísta por haber puesto pegas de esa índole al deseo ilusionado de Marcia por ser madre. Para mi es la mejor compañera del mundo y eso debe bastar.
Doy gracias al poder reparador de este paisaje, embebido como estoy en plena naturaleza, donde las praderas, la arboleda y la espesura boscosa han permitido diluir mis preocupaciones. Sí, ahora lo sé, debo reconducir mi camino y regresar a ella.
Como dijo una vez Paulo Coelho:
«La soledad no es la ausencia de compañía, sino el momento en el que nuestra alma tiene la libertad de conversar con nosotros y ayudarnos a decidir sobre nuestras vidas».
Esta es mi aportación al VadeReto mensual que nuestro amigo José Antonio Sánchez ha convocado en su blog para el presente mes de septiembre.
Se trata de escribir sobre algo que en este mes experimentan muchos al regresar de sus vacaciones. El hecho de volver a algo que ansían, odian o simplemente aceptan. Porque en las vacaciones se suelen reunir con amigos, familiares, conocidos, antiguos camaradas… Pero al regresar a la cotidianidad, todos se quedan y ellos se van.
Nota: las imágenes publicadas en este post incluida la de portada, las he desarrollado con la ayuda de la página bing.com/images/create/ a excepción de la que lleva otro origen reflejado en el pie de foto.
Fernando Silva Chapela
Posted at 10:51h, 14 octubreHola Marcos. Me ha gustado muchísimo ese diálogo con tu otro yo y en medio de esa maravilla paisajística que describes como uno de esos momentos cruciales, que sin saber cómo, ocurren y marcan nuestras vidas y nos ayudan a tomar decisiones que, si no estuviéramos en ellas, quizás no las tomaríamos. Con el tiempo las recordamos con cariño especial. Un fuerte abrazo
marcosplanet
Posted at 15:31h, 14 octubreMuchas gracias por tus palabras Fernando. Es un placer que te pases por mi blog y comentes de forma tan constructiva.
Otro abrazo fuerte para ti.
María Elena Larrayoz Aristeguieta
Posted at 09:53h, 02 octubreHola Marcos
¡Me gustó mucho tu relato! Cuando la mente no está centrada y debe tomar decisiones importantes, hace falta «Un rincón para el alma», un lugar preferiblemente en la naturaleza, para mantener ese diálogo interior tan necesario. La soledad, en esos casos, ayuda a pensar claro. Miedos, preocupaciones, dudas, toman su verdadera dimensión cuando el resto del mundo se hace pequeño.
¡Ojalá el protagonista haya tomado la mejor decisión para los dos, o mejor dicho, para los tres! Ser padre en esta sociedad que estamos creando no es fácil, pero el amor todo lo puede.
El futuro siempre es incierto. Pero haber logrado ese camino interior tan importante es una señal de sabiduría y de voluntad firme.
Un abrazo fuerte.
Marlen
marcosplanet
Posted at 16:12h, 02 octubreMe agradan mucho tus sabias palabras, María Elena. Como siempre que expresas aquí tu opinión.
Sabes que eres muy bienvenida.
Otro abrazo fuerte para ti.
Mercedes
Posted at 22:38h, 30 septiembreHola Marcos: Lo importante de las decisiones importantes es que la gente se las piense muy bien antes de tomarlas y que este muy convencido de la decisión tomada cuando la vaya a ejecutar. Muy interesante relato.
Saludos cordiales.
Anónimo
Posted at 10:23h, 24 septiembreBuen texto plagado de descripciones paisajísticas y un monólogo interior en el que su protagonista reflexiona sobre sí mismo, sus preocupaciones y deseos. Un abrazo!
marcosplanet
Posted at 11:11h, 24 septiembreHola, lo siento, no sé quién eres ¿podrías indicármelo?
Muchas gracias.
Casagrande
Posted at 16:35h, 21 septiembreNada mejor para el alma que un combate contra una montaña y mejor si se hace en solitario: seria pues un recordatorio de una gesta heroica de todo héroe: la montaña es un adversario formidable, pero puede ser conquistado
Elisabet Desimone
Posted at 17:20h, 20 septiembreHola Marcos: ojalá haya tomado la mejor decisión para los dos. Es verdad la soledad muchas veces ayuda a pensar claro. Me gustó tu relato. Te invito a pasar por mi blog que estoy estrenando. Alas de Papel, por ahí nos encontraremos. Seguiré visitándote. Abrazo enorme para vos.
https://elisabetsusanadesimonerelatos.blogspot.com
marcosplanet
Posted at 19:07h, 20 septiembreYa he comentado tu escrito del Vadereto. ¿Lo has recibido?
Ana Piera
Posted at 14:35h, 20 septiembreHola Marcos, gran relato. Sin duda cuando tenemos el alma desordenada, solo basta un tiempo de reflexión frente a la inmensidad de la naturaleza, eso nos sosiega y nos vuelve a poner en nuestro centro. Me gusta que tu protagonista encuentra la respuesta a sus preguntas en ella. Saludos.
marcosplanet
Posted at 19:09h, 20 septiembreTus comentarios enriquecen la participación en el blog. Me ha gustado mucho esto que apuntabas:
«solo basta un tiempo de reflexión frente a la inmensidad de la naturaleza, eso nos sosiega y nos vuelve a poner en nuestro centro».
Saludos.
M. Cristina
Posted at 08:30h, 13 septiembreEsa soledad en medio de la naturaleza, es la que necesita para tomar la decisión más acertada para su vida. Lejos de consejos bienintecionados, de presiones externas y de ruidos mediáticos. Muy bien explicado.
M. Cristina
marcosplanet
Posted at 10:31h, 13 septiembreMuchas gracias por tus palabras, me animan mucho a seguir contando historias para el reto de los jueves.
Saludos cordiales.
Noelia
Posted at 10:38h, 11 septiembrePrecioso relato, Marcos. Tu forma de escribir me encandila.
marcosplanet
Posted at 09:07h, 12 septiembreMuchas Gracias Noelia.
Rocío Cala
Posted at 17:10h, 10 septiembre¡Hola Marcos! Un genial relato en el que vas desgranando poco a poco la vida de este personaje, que parece haber hallado la paz y también muchas respuestas en la naturaleza y la soledad.
Un saludo.
marcosplanet
Posted at 09:08h, 12 septiembreMe alegra leer tus palabras, Rocío, me animan mucho.
Gracias por tu tiempo y tu opinión.
Anónimo
Posted at 01:45h, 10 septiembreHola Marcos, un buen relato donde esa soledad fue necesaria para que él acomodara sus pensamientos e ideas con respecto a su vida, ahora habrá que ver si Marcia lo perdona y acepta su vuelta.
Buena historia, un abrazo.
PATRICIA F.
marcosplanet
Posted at 09:24h, 10 septiembreMuchas gracias por tu aportación con tu comentario, Patricia.
Otro abrfazo fuerte para ti.
Jose Antonio Sánchez
Posted at 14:07h, 08 septiembreHola, Marcos.
Un excelente relato que avanza andando entre el viaje físico y el mental. Una forma de autodescubrirse, de explorar los posibles cambios en nuestra vida y la de buscar un camino fiable para nuestro futuro.
Como siempre, el texto está lleno de matices, detalles que nos ayudan a situarnos en el entorno natural; pero también, en la introspección que hace el personaje y que nos sirve de espejo para nuestro propio análisis.
Entre las varias reflexiones que propones, mencionas una que me parece fundamental: ser Padre.
Para mí fue un cambio radical, un punto y aparte en mi vida; del cual nunca me arrepentiré, por supuesto. Pero habría que pensarlo muy bien para este mundo tan complicado (por decirlo suave) que vivimos hoy en día.
Me ha gustado mucho el relato porque te invita a situarte en el lugar del protagonista y hacer el viaje con/por él. Ojalá yo pudiera hacerlo físicamente, porque de forma mental tengo ya cansadas las neuronas. 😉
Muchas gracias por traer este magnífico relato para el VadeReto, explora uno de los puntos más importantes que deseaba plantear en el reto.
Abrazo grande.
marcosplanet
Posted at 10:19h, 09 septiembreMuchas gracias a ti José Antonio por acercarnos este mes esta propuesta tan interesante, inteligente y llena de contenido.
Un abrazo fuerte.
Marta Navarro
Posted at 12:34h, 06 septiembreHola, Marcos. Qué buen relato. Un monólogo interior que deja al descubierto las preocupaciones y dudas del protagonista, el miedo a haberse equivocado. Una soledad reflexiva que lo ayuda a encontrar de nuevo su camino. Y como telón de fondo esa Naturaleza tan llena de belleza que cura el alma. Me ha encantado. Felicidades.