04 May Una experiencia de cine

 

Todos los jueves un microrrelato

Una experiencia de cine. CONVOCATORIA CERRADA

Hola a tod@s. Doy por cerrada esta convocatoria del jueves 09 de mayo para dar paso al próximo reto, titulado «Sombras urbanas» y que organiza en esta ocasión Neogéminis.

Espero que os haya gustado este tercer reto que me tocó organizar.

Agradezco vuestra participación y aportaciones. Un cordial saludo.

 

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Una experiencia de cine

 

El pueblo estaba escondido entre altas montañas. Hacía tiempo que se había ido modernizando, años ya, con los servicios que habían ido creciendo alrededor de la nueva carretera que facilitaba las comunicaciones entre los distintos pueblos de la comarca. Sotorrey era la comarca más fértil y bien surtida de productos agrícolas y ganaderos de toda la región. Al estar situada al norte del país, la frondosidad de su paisaje se veía favorecida por las lluvias y el atractivo turístico, un gran valor en alza.

Pero el pueblo de Planamayor no estaba al alcance de cualquier visitante. Primero por su escarpada ubicación, entre dos macizos montañosos de más de 2.000 metros de altitud que reducían el acceso a una carreterita bien asfaltada pero muy estrecha, muy de montaña, y segundo porque las visitas estaban restringidas y adjudicadas por fechas.

De ese modo, los habitantes de Planamayor disfrutaban de una vida sana, cómoda y autosuficiente, un tanto aislados del resto de la comarca.

Por eso, el día en que el alcalde anunció a los parroquianos que un equipo cinematográfico de unas veinte personas iba a rodar una película en Planamayor, sus habitantes se exaltaron y mostraron reacciones muy dispares los unos de los otros.

Para las tiendas, bares y el hotel resultaba una oportunidad de presumir de haber servido a tal o cual director de cine o al actor o actriz famoso de turno. Por más que insistían, el alcalde no supo dar fe de quiénes participaban en el rodaje.

–No han sido claros con eso –comentaba Santos Cornejo en una de las dos cafeterías del pueblo–. Hablaron de que había un reparto bastante conocido en el mundillo del cine pero nada más.

Una comitiva de siete vehículos llegó al pueblo un viernes de lluvia tenaz.

Una vez instalados en el único hotel, los miembros del equipo se dispersaron por el pueblo.

En la taberna del tío Antonio los lugareños les ponían al corriente.

–Aquí hay una leyenda sobre el espíritu del lago –comentaba Plácido, propietario del taller mecánico, en un forzado inglés–. Se dice que aparece justo cuando el último rayo de sol deja de reflejarse en la laguna. Podrían aprovechar ustedes para rodar ese momento. Igual tienen que cambiar el guion de la peli…

Las risas inundaron el salón del bar. Plácido se fijó de manera especial en la sonrisa de una mujer de pelo rubio y gran belleza que tomaba un vino tinto al fondo de la barra. Él se acercó a ella con intención de invitarla, animado por el efecto de la cerveza de barril que tan bien servía el tío Antonio.

–¿Hay algo de cierto en esa leyenda? –preguntó ella en perfecto español sin perder su brillante sonrisa.

–Nada en absoluto, pero contribuye a no perder la ilusión por contemplar alguna vez a ese famoso espíritu. También se dice que este obra milagros, como esas primaveras de granizada en las que nadie se explica cómo se salvaron los pastos para el ganado. Por cierto, me alegra que seas española. Habrás comprobado que si debo hablar en inglés es mejor que te tapes los oídos.

La mujer alzó su copa de vino y brindó con Plácido, un gesto que lo sedujo completamente. Tras unos segundos en los que intercambiaron miradas y sonrisas, él pareció exaltarse.

–¡Vaya! –exclamó con admiración–.¡Ese de ahí es nada menos que Ron Pete! ¿no?

Un revoloteo de personas se formó de inmediato alrededor del personaje reconocido por todos.

–Hello budies! Is there any beer for this thirsty guy?

–Por favor, Antonio, una jarra de su mejor cerveza, –indicó la mujer rubia.

–Antonio te agradecerá la traducción, amiga. Aquí no hay muchos que sepan…

–Por cierto, mi nombre es Alicia, encantada –dijo dirigiéndose a Plácido– ¿Quieres que paseemos un rato por el embarcadero del lago para intentar ver a nuestro espíritu?

–Eh… mi nombre es Plácido. Si, claro. No perdamos el tiempo pues se hará de noche en unos minutos.

En el exterior había dejado de llover y el ambiente era fresco. Él echó su chaqueta sobre los hombros de ella.

–Gracias. Igual habrías preferido quedarte y conocer a Ron…

–Prefiero conocer al espíritu del lago. Mira, allá al fondo…

El horizonte dibujaba una franja de colores conjugados para decorar el cielo con destellos violeta, anaranjados y de tono similar al que refleja en su frasco la miel de mil flores.

–¿Tú crees en el amor a primera vista? –preguntó ella con una mirada que Plácido no pudo resistir.

–Claro que creo. En eso y en que acabamos de descubrir el espíritu del lago.

 

Dicho esto, ambos compartieron un beso prolongado que se iba haciendo más profundo y apasionado a medida que iban cambiando los contrastes de luna y miel sobre el horizonte.

 

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He pensado que en esta ocasión nos pongamos en la piel de uno de los habitantes de un pueblecito donde va a tener lugar el rodaje de una obra cinematográfica, ya sea una película o un documental.

 

Una experiencia de cine

 

El pueblo podría tener a su alrededor (solo son sugerencias para estimular vuestra imaginación):

 

*Una laguna misteriosa con una intrigante leyenda.

*Los restos de un volcán (quién sabe si con nueva probabilidad de entrar en erupción).

*Altas montañas, que pueden esconder otro misterio o ser un reto para aficionados que quieren conquistar su cima. Puede que el equipo de rodaje necesite escalarla.

Elegid el escenario que queráis, no tiene por qué ser ninguno de los propuestos. Eso sí, se trata de un pueblo en un entorno natural.

Nuestro personaje podría ser emplead@ o dueñ@ de una tienda, taller de tatuajes, gasolinera, bodega, farmacia, cafetería… En primera o en tercera persona.

Podrías ser el alcalde del pueblo, monaguillo, agricultor, ganadero, pastor, médico, en fin.

Se trata de contar cómo se ve afectada la vida del pueblo en su día a día con la presencia de un equipo de rodaje.

Hay que procurar que la extensión del escrito no supere las 350 palabras excepto si el desarrollo de la historia requiere alargarlo un poco más.

Os recuerdo dejar vuestros comentarios sobre los relatos de los compañeros de reto. Y dejad un link a mi blog cuando publiquéis vuestro relato.

Tenéis aquí todos los requisitos para los participantes en el reto de los jueves.

Y ahora, suerte y ¡adelante con la inspiración que os dejen las musas!

 

LISTA DE PARTICIPANTES

MARCOS

NURIA

GABILIANTE

NEOGEMINIS

EL SUEÑO DE MORFEO

JOSÉ CASAGRANDE

TRACY

CLUB DE ESCRITORES ENDRIN

PATRICIA

CAMPIRELA

DEMIURGO

MJRU1Z