15 Sep Valle pirenaico de Bujaruelo. Imágenes del país más bonito del mundo
Nos encontramos en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. También obtuvo la declaración como Parque Nacional, que ha cumplido 104 años. Junto a la Montaña de Covadonga en Asturias constituyen los dos primeros Parques Nacionales de España.
Estos son los dominios de Monte Perdido, el macizo calcáreo más alto de Europa occidental con 3.352 metros de altura. El espectáculo que ofrecen los cañones profundos y circos de paredes montañosas es formidable. Cuevas y bosques, lagos y praderías iluminan con profusión de colores puros el escarpado relieve. Aquí descubriremos paisajes kársticos, valles esculpidos por los glaciares, amplias y fértiles mesetas a más de 2.000 metros de altura y algo que nuestros ojos no olvidarán: las filtraciones de agua que descienden por las laderas horadando profundas grutas, simas y galerías.
La zona de Pirineos-Monte Perdido está incluida dentro de la “Reserva de la Biosfera Ordesa-Viñamala”
Para poder disfrutar conociendo toda esa belleza, decidimos alojarnos durante una semana en la localidad de Torla, única, incomparable, como todo el Pirineo aragonés.
Escogimos un apartamento encantador en la zona con más sabor natural de todo Torla, a mi humilde entender. Se trata de una amplia casa de piedra e interior de madera que ofrece una balconada abierta a la inmensidad del valle. Este es un valle abierto por el río Ara, entre el Parque Nacional de Ordesa y la localidad de Broto.
Los valles de Ordesa y Bujaruelo concentran la mayor variedad de actividades de montaña de todo el Pirineo Central. Alrededor de ellos se elevan más de 20 cimas por encima de los 3000 metros de altura, paisajes kársticos (rocas calizas horadadas por las aguas), senderos aéreos, evocadores bosques, saltos de agua y ríos de ensueño.
Actividades que puedes practicar en esta zona
Descenso de barrancos, los clásicos barrancos del pirineo y pre pirineo, navegando los bellos ríos entre gargantas rocosas; recorridos a través de senderos, paredes o cimas recónditas. Transcribimos este texto de Lucas Mallada sobre los Picos de Monte Perdido:
“<<…Una punta alta y cónica es el primer pico; el segundo, llamado en Francia Mont-Perdu, es del mismo alto, más redondo en su cumbre y ensanchado en su base.
El tercero, designado por algunos franceses con el nombre de Pic de Ramond, sólo alcanza la altura del Cilindro (23 metros más bajo) de mayor amplitud en su base y de cumbre menos afilada que el primero y más que el segundo.
El nombre de Tres Sorores está bien aplicado (…) queriendo significar tres puntas iguales pues este grupo tiene el privilegio de ser visible desde casi todo el Alto Aragón con la apariencia de tres puntas culminantes idénticas”>>.
«Lucas Mallada y Pueyo, 1878. Ingeniero de minas, geólogo y escritor español. Se le considera el fundador de la paleontología española».
Barranquismo, rafting, vías ferratas o lo que a nosotros más nos gusta, el senderismo, son otras actividades a llevar a cabo en esta zona. Pero no hay que complicarse mucho. Tan solo con recorrer senderos a pie estás recompensado, pues este es un auténtico paraíso natural, mires adonde mires.
Una vez has salido del precioso pueblo medieval de Torla y llegas a la Garganta de los Navarros, tomas la entrada al valle de Bujaruelo, atravesando la garganta por una pista de cemento y arena que conduce durante unos 6,5 km hasta el camping y el Refugio de Bujaruelo.
Aparcamos el coche en uno de los salientes destinados a ello en el arcén y ascendemos caminando a través de una garganta donde la pista serpentea bajo la montaña pirenaica.
Se trata de una adaptación al terreno de un carreteril encementado que crea la sensación de pertenecer al mismo entorno natural. El río Ara marca el paisaje con sus torrentes desatados combinado con el fluir más tranquilo de sus remansos, siendo resultado de este discurrir de aguas puras el final del barranco de Sopeliana. El pico de Mondarruego recoge en sus partes altas las aguas de las precipitaciones y las descarga allí.
Siempre recordaré el perfil de esta montaña épica recortado entre el horizonte y un cielo azul perfecto, a nuestra llegada al apartamento de Torla. Asomarse al balcón en un momento dado grabó a fuego en mi memoria una imagen imperecedera.
En nuestra subida por la pista, atravesamos zonas de una belleza sinigual, con paredes rocosas que filtran aguas puras, como podéis ver en este vídeo:
Vemos pozas cristalinas en tonos esmeralda, donde el borboteo de las caídas de agua deja blancos espumeantes y sonidos característicos.
Descubrimos el salto de agua del Carpín, con una caída de 150 metros, y podemos distinguir ejemplares dispersos de la flor Oreja de Oso o Ramonda Myconi. Es una variedad de plantas tropicales; un descendiente de la flora que abundaba por aquí en plena era Terciaria, cuando la climatología era más cálida y el paisaje lo poblaban mares poco profundos. Es admirable poder contemplar esta planta y sus coloridas flores pues resulta poco frecuente actualmente.
Somos testigos de cómo la naturaleza se abrió paso en este territorio dejándonos un legado extraordinario.
Nos espera aún una buena dosis de belleza cuando alcanzamos el Puente de Santa Elena o Puente Nuevo. Unos metros antes de cruzarlo, hacia la derecha, nace el precioso camino del Cobatar, del que hablaremos después y que conduce hasta el valle de Bujaruelo.
Tras atravesar el puente, a la izquierda, encontramos el camino de la Escala que lleva de regreso hacia Torla-Ordesa por el collado del Cebollar.
Si avanzamos un poco hacia la izquierda, vemos un sendero ascendente que conduce a la ermita de Santa Elena, donde celebran romería el día de Pascua de Pentecostés.
A la altura del conocido como Barranco del Bozo, nos tomamos un refrigerio sentados a la orilla del río Ara, mientras vemos discurrir las aguas puras que descienden con bastante ímpetu. Un momento de contemplación inolvidable.
La pista continúa durante poco más de siete kilómetros, pudiendo hacerla en coche, aunque hay que salvar ciertas zonas con cuidado. Encontrarás algo de tráfico dependiendo de la hora. Si lo haces andando, la ida te llevará alrededor de una hora y media.
El Refugio
Está situado a 1338 m de altura. Fue un antiguo hospital de viajeros y peregrinos construido por los monjes benedictinos. Lo atendían los caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén. Hoy pertenece a la Mancomunidad del Valle de Broto. Sus Estatutos dicen que su misión sería recibir a los viajeros, sean habitantes del valle, pastores o ganaderos que en verano vigilan sus rebaños, y “(…) servir como Refugio hospitalario, durante los meses de invierno y Primavera; de cuantos transeúntes franquean los horrorosos ventisqueros de la cordillera pirenaica por el Puerto de Gavarnie«.
En cuanto al encargado del local, los Estatutos indican que:
«…deber tener en buenas condiciones de aseo y comodidad algunas habitaciones con camas y demás enseres precisos para hospedar a los transeúntes que lo deseen; provisiones de boca para satisfacer las necesidades de aquellos y paja y cebada para las caballerías.»
Aparte del albergue y sus estancias están las ruinas de una capilla románica del siglo XIII con ábside cilíndrico. La nave de la capilla está cubierta por una bóveda de cañón reforzado con arcadas. En su interior llegó a haber un retablo gótico del pintor Alfonso Pérez (1494). El sacerdote de Broto que solía oficiar las misas hasta no hace mucho, dejó de hacerlo debido al mal estado de conservación de dicha capilla.
Este albergue es un punto de cruce vital para conectar con Francia por el collado de Bujaruelo, comunicar con Panticosa por el valle de Otal y como acceso privilegiado al alto valle y a la cara Norte del Viñamala. Este Refugio es un importante CRUCE DE CAMINOS que da paso a multitud de rutas de senderismo.
Como apuntamos antes, también se puede llegar al Refugio por los bellos senderos de La Escala y el bosque del Cobatar a la altura del puente de Santa Elena.
Encontraremos por la paradisíaca zona abundantes cascadas, farallones y bosque mixto con abetal. En paralelo a la carretera se extiende el Bosque de Cobatar, un hechizo de la naturaleza donde crecen hayas y abetos, que se elevan majestuosos junto a pinos albares, serbales y abedules. El sotobosque de boj y madreselva pirenaicos se entrecruza con ejemplares de acebo que salpican de frutos rojos el entorno.
Este es el mapa de situación:
Llegamos al Refugio de San Nicolás y al Puerto de Bujaruelo, junto a la Pradera y el puente románico de San Nicolás.
Por aquí pasa el camino de Gran Recorrido GR 11 y la Alta Ruta de los Perdidos. Esta ruta ofrece la enorme belleza de los espacios naturales por los que discurre y vistas de sus grandes montañas. No en vano se trata de las zonas de los Pirineos con mayor número de cumbres por encima de los 3.000 metros. También transcurre esta ruta por lugares tan representativos como la brecha de Rolando, el circo y la cascada de Gavarnie, así como el balcón de Pineta, el glaciar del Monte Perdido, Bujaruelo o el valle de Oulettes de Gaube, por poner unos ejemplos.
Si continuamos en dirección Norte (Francia), camino de Gavarnié desde el Refugio de San Nicolás, entraremos en el Valle de Lapazosa. Desde allí puedes poner rumbo hacia los Ibones (lagunas glaciares) de Lapazosa y Bernatuara. Es el camino tradicional que conduce a la vertiente de Gavarnie.
Nosotros pusimos rumbo hacia el valle de Otal, siguiendo una ruta circular que en un momento dado cruza el río Ara por el puente de Oncins, llega hasta la Fuente de Femalla y regresa hacia San Nicolás siempre por el GR-11, siguiendo el margen opuesto del río Ara.
Destacamos que, entre el puente de San Nicolás y el de Oncins, transitamos por el barranco de Sandaruelo.
Una vez cruzada la pasarela llegamos a una pradera llamada Laña Larga, una extensa planicie paralela a la margen derecha del río, donde encontramos algunas vacas y sus crías. Esta vía de acceso al valle de Bujaruelo está integrada en una ruta ornitológica del valle, en la que coexisten especies como el gorrión alpino, el treparriscos, la perdiz pardilla y la perdiz nival.
Tras atravesar el puente de Oncins, puedes regresar por la ruta circular del valle de Bujaruelo o localizar y tomar el desvío para ir al valle de Otal. Nosotros teníamos tiempo y pusimos rumbo a Otal.
En un artículo detallado aparte, describimos todas las maravillas de este valle de dinosaurios, culminado con una preciosa cascada.
Y hasta aquí hemos llegado por ahora, amigos. Podéis entrar en Marcosplanet.blog y localizar los artículos que os parezcan atrayentes. Os aseguramos el disfrute y las ganas de viajar por esos paraísos de España, el país más bello del mundo.
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Anónimo
Posted at 02:12h, 19 septiembreQué lugar tan bonito, muchas gracias por el post y las fotos,es una manera de viajar y conocer lugares lejanos.
Saludos.
PATRICIA F.
Nuria de Espinosa
Posted at 19:39h, 16 septiembreQué bonita la cascada de la cola de caballo. Cómo se nota que te gustan las rutas. Las imágenes son preciosas y el lugar una maravilla. Gracias por compartirlo. Un abrazo
marcosplanet
Posted at 19:42h, 16 septiembreMe alegra que te gusten mis posts sobre naturaleza. Lo cierto es que disfruto de cada escapada por esas sendas intrincadas.
Un abrazo, Nuria y muchas gracias.