04 Mar Visita al Monasterio de las Batuecas
El Convento del «Desierto de San José de las Batuecas» se halla asentado en el valle de las Batuecas, municipio de La Alberca (Salamanca). Este monasterio está habitado por la Orden de los Carmelitas Descalzos y experimentó diversas obras de restauración y reacondicionamiento a comienzos del siglo XXI.
El Parque Natural «Las Batuecas-Sierra de Francia» se halla al Sur de la provincia de Salamanca, lindando con Las Hurdes cacereñas y lo integran 15 municipios, entre ellos La Alberca, al que como hemos indicado pertenece el monasterio. El Parque se asienta en la divisoria de dos cuencas hidrográficas: la formada por los ríos Alagón, Francia y Batuecas que vierten al Tajo, y la formada por el río Agadón que pertenece al Duero.
Hace 4000 años, la Sierra fue ocupada por pueblos prehistóricos según se infiere de las pinturas rupestres existentes en diferentes abrigos y canchales. Hay clasificados más de una docena de canchales y sus pinturas prehistóricas. Son pinturas policromas (rojo, ocre, marrón, negro e incluso blanco), algunas incluyendo figuras humanas, cabras, ciervos, osos, lobos, lince y numerosos signos como barras, puntos, círculos, cercas o espirales. En el valle de Las Batuecas se encuentra el canchal de las “Cabras pintás”.
Los edificios monacales se alzan en medio de un circo montañoso con abundante vegetación y bañado desde el sur por el río Batuecas.
En estos montes dominan el piorno y el erizón, los bosques de rebollo y castañares. En el sotobosque crecen acebos, serbales. En las zonas de robledal más frías, húmedas, las que apuntan al noroeste, destacan algunos abedulares.
Además apreciamos extensas áreas cultivadas de árboles frutales, viñedos y olivares, entre los que destacan por su abundancia los cultivos de cerezo, en los que se basa la economía local de esta Sierra.
En cuanto a las aves son comunes los buitres leonados, que surcan los cielos con relativa frecuencia, y también el buitre negro. Si somos afortunados observaremos al águila real, al halcón peregrino, el alimoche o el búho real.
Qué bonita es la cabra montés, reintegrada en este habitat allá por la década de los 70. También corretean el tejón, la gineta o el gato montés. El meloncillo, la garduña y la nutria son habituales por estos pagos, como los corzos, ciervos y jabalíes.
En las puertas del monasterio figura insertado en una tabla de madera un mensaje de Fedor Dostoievski:
“Amad todo lo que Dios ha creado. La totalidad y el más pequeño grano de arena. Amad cada hoja, cada rayo de luz divina. Amad los animales, amad las plantas, amadlo todo. Si lo amáis todo os daréis cuenta del misterio divino en todas las cosas. Cuando os hayáis dado cuenta cada día empezaréis a entenderlo mejor y finalmente llegaréis a amar a todo el mundo con un amor que lo abarca todo”.
La belleza y el misterio que bañan el valle de Las Batuecas desde la noche de los tiempos no se ha perdido
Cortinas rasgadas de niebla aparecen y desaparecen del horizonte a lo largo del día en el otoño, pero también en esos amaneceres aislados en otros momentos del año en que nos visita la intriga del medio natural, velada por esos mantos lechosos.
Desde la Peña de Francia puedes contemplar el Pico Hastiala, el Pico Mingorro, la Mesa del Francés, los Cabriles, el Campo Charro, la cadena montañosa de Las Hurdes, las Sierras de Béjar y Gredos. Dicho así, no hacemos ninguna justicia a la belleza desatada de tantos lugares que obtienen la categoría de paraíso natural por derecho propio.
Otros puntos destacables son el valle de Belén en Herguijuela de la Sierra y los meandros del río Alagón en Sotoserrano
El Parque Natural Las Batuecas-Sierra de Francia, donde reside el Santo Desierto de este monasterio de San José, es un espacio protegido que se ubica en la comarca de la Sierra de Francia, separada de la Sierra de Béjar por la gran fosa del río Alagón que, con una anchura de 20 km, es el único gran paso de montaña del Sistema Central aprovechado por el citado río para capturar aguas de la cuenca del Duero y llevarlas al Tajo.
El Valle de Las Batuecas contiene además una de las mayores concentraciones de pinturas rupestres de España, junto a restos de minas romanas o ermitas y monasterios repartidos por todo su territorio
El interés por la prehistoria que se manifestó hacia finales del siglo XIX permitió censar una veintena de cuevas, canchales o «abrigos» con pinturas en excelente estado de conservación, debido al tipo de roca (cuarcítica) y a los escasos líquenes que se desarrollan por allí.
Los especialistas de la época, el español Juan Cabré y el francés Breuil catalogaron las pinturas, elaboradas en tonos de ocres rojizos con remates blancos y negros.
El significado de estos dibujos milenarios no está claro para los científicos. Se trata de figuras de cabras, peces, siluetas humanas y abundantes sucesiones de puntos y trazos. ¿Son reflejo de algunos ritos sagrados, calendarios o contabilidad de lo acumulado en la despensa por la caza?
Sabemos que las pinturas datan del neolítico, hacia 5000-7000 años antes de cristo, cuando las primeras civilizaciones aún no habían visto la luz (Sumer: 6.000 a.c, Egipto: 3.000 a.c…)
Se cuentan en total unas cien covachas en todo el valle sobre una superficie de 4 x 8 km aproximadamente, lo que representa el 10% de las pinturas de este origen de la península
El Canchal de las Cabras Pintás, el del Águila, los de la Pizarra o del Zarzalón, la Cueva del Cristo o el Canchal de Villita son algunas de las muestras de este ancestral tesoro arqueológico. Existe un sendero señalizado que conduce a los diversos paneles.
El monasterio del Desierto de San José de las Batuecas, dedicado a la vida contemplativa, fue fundado en 1599 por el padre Tomás de Jesús, Superior Provincial de los Carmelitas Descalzos de Castilla. El lugar acabó por convertirse en un centro de refugio para los carmelitas de otros conventos que, tras un tiempo de actividad apostólica, anhelaban el sosiego espiritual de la contemplación.
Con la llegada de la Desamortización de Mendizábal, en 1836, el Reino de España expulsa a los monjes y vende el monasterio. Este quedará destruido por el gran incendio ocurrido en 1872, que prácticamente lo dejó en ruinas.
Según señalan los frailes en sus manuscritos, unos cien años más tarde, hacia 1937, el monasterio fue recuperado y restaurado por Santa Maravillas de Jesús, carmelita descalza
Esta lo cedió de nuevo a los padres carmelitas en 1950, recuperando para el sagrado centro su tradición monástica de retiro espiritual, lo que mantiene hasta la actualidad.
La iglesia, construida en 1602 y ampliada en 1686, es el edificio en torno al cual gira la actividad del conjunto. A ella se puede acceder gracias a un entorno de calles pavimentadas de pizarra y adornadas con amplios jardines que conforman una especie de claustro.
Al sur, se sitúan varias celdas para la oración de los monjes, y en el muro Oeste está el acceso al refectorio, cocina, talleres, alojamientos de los criados, panadería o al lavadero.
El Desierto carmelita de Batuecas dispone de una hospedería. Con ella se pretende que las personas que acudan a pasar un tiempo, participen del ambiente contemplativo del monasterio. Es una forma de ofrecer a todos aquellos que tienen una necesidad de soledad y silencio un lugar para poder encontrarse con Dios o consigo mismos en un ambiente natural inigualable. Las actividades aquí se conciben bajo tres grandes preceptos: Oración, Silencio y Trabajo en común.
Nos rodean una gran cantidad de cipreses que simbolizan la vida eterna.
San Juan de la Cruz
San Juan de la Cruz fue un hombre preso por su lealtad a la minoría de los reformistas encabezados por Santa Teresa. Para describir sus experiencias místicas establece un similitud entre el amor humano y el divino. Y anuncia su visión del alma como el deseo de una joven que busca el amor de su vida en la figura del Dios cristiano.
Vamos amparados por los versos de San Juan de la Cruz:
“Buscando mis amores iré por esos montes y riberas; ni cogeré las flores, ni temeré las fieras y pasaré los fuertes y las fronteras”
Junto con santa Teresa de Jesús, se considera a san Juan de la Cruz la cumbre de la mística experimental cristiana.nota1 Poetas de extracción diversa como Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Paul Valéry y T. S. Eliot consideraron los poemas de Juan de la Cruz la culminación de la mística española y de la poesía en lengua castellana.nota2 Desde 1952 es el patrono de los poetas en lengua española. Es uno de los 36 Doctores de la Iglesia, y fue canonizado por Benedicto XIII en 1726.
En la fachada del monasterio nos reciben inscripciones de cánticos de San Juan de La Cruz, como este párrafo del Cántico Espiritual:
Mi amado, las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos;
la noche sosegada,
en par de los levantes de la aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora.
A pesar de que el Monasterio está cerrado al público turista, estoy convencido de que merece la pena el camino hecho, gracias al maravilloso paisaje que nos rodea. Sin olvidar la satisfacción de encontrar una construcción tan atípica y cargada de historia como el centro de reposo espiritual de los Carmelitas Descalzos. Las arboledas, la profusa vegetación y seguir el curso del río Batuecas hasta la cascada del Chorro a través del valle completan la fascinación.
Hay una ruta diseñada como parte de una senda accesible desde La Alberca hasta el Monasterio:
La Senda Botánica
Origen de la Senda Botánica: Parking 1. Crta La Alberca-Las Mestas
- Destino: Monasterio del Desierto de San José
- El código de la ruta es PRSA-Senda accesible, siguiendo un trayecto lineal que tardas menos de 15 minutos en recorrer (1,5 km), pero cuenta con carteles informativos sobre flora y fauna del lugar muy gráficos y educativos. Su lectura alargará la duración del recorrido hasta el sagrado lugar de oración.
No hay que engañarse. La propia Hospedería del Monasterio pone las siguientes condiciones:
No se admiten personas que tengan propósitos turísticos o deseen pasar meramente unas vacaciones
Os dejo aquí su breve página web.
Hay que elogiar la magnífica red de pasarelas de madera y puentes tendidos sobre el río, accesible también para sillas de ruedas. La ruta completa que sigue la mayoría es hasta la cascada de Chorro de las Batuecas (PRSA-10), recorrido del que encontraréis abundante información en la red. Pero aquí queremos quedarnos en actitud contemplativa y meditar ante los muros o junto a la entrada del histórico y muy querido Monasterio de San José de las Batuecas.
No hay más allá.
¡Hasta la próxima, amigos!
IR AL MAPA DE RUTAS para conocer los trayectos realizados.
Maria Pilar
Posted at 08:49h, 11 junioMaravilloso reportaje que me ha traído bellos recuerdos de mi viaje por esos lugares ya hace algunos años.
¡Feliz domingo, Marcos!
Doctor Krapp
Posted at 14:05h, 05 mayoAhora me doy cuenta de que era mentira aquello que me decían en ocasiones de que estaba en las Batuecas. Nunca he estado allí, hubiera quedado impactado por su belleza.
Saludos