La Abadía de Melk pertenece a la orden benedictina y está ubicada en la región conocida como Baja Austria. Se trata de un monasterio cristiano de reconocido prestigio en todo el mundo. Este monumental edificio vigila el Danubio desde lo alto de un promontorio de rocas, muy cerca del valle de Wachau.

La enorme roca sobre la que se asienta el monasterio más famoso de Austria ha sido cincelada durante cientos de años por influencia del río Danubio. Imagen
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En la zona se ofrecen los siguientes servicios turísticos:
- Visitas a Krems, Spitz, Dürnstein y Melk
- Visita a la abadía de Melk
- Visita a pie por Krems o Dürnstein (sólo entre el 1 de noviembre y el 31 de marzo)
- Paseo en barco por el río Danubio (solo en verano)
Una forma de conocer Melk y su preciosa Abadia es haciendo un crucero fluvial por el Danubio muchos de estos cruceros hacen escala en esta preciosa ciudad.
Abadía de Melk
En la cumbre de un acantilado rocoso, dominando el curso del río Danubio, el monasterio benedictino de Melk se asoma al valle de Wachau, en la Baja Austria.
Abadía de Melk junto al Danubio. Además de su preciosa abadía, el pueblo-ciudad de Melk es uno de los más bonitos de esta región de Wachau. Si bien ha ido creciendo en torno al monasterio, esta población tuvo su origen en un puesto fortificado romano. Imagen
El maestro de obras barroco Jakob Prandtauer edificó esta enorme abadía durante cuatro décadas del siglo XVIII. Solo el ala sur con la Sala de Mármol ya tiene una longitud de 240 metros. En la construcción participaron artistas de toda Austria e Italia, inspirados por la luz, el paisaje y los amaneceres sobre el valle.
El valle de Wachau es una zona hermosa, atractiva para visitar. Toda esta parte del río Danubio es espectacular. Pero también está rodeada de pequeños pueblos muy típicos austríacos con sus viñedos, castillos, monasterios, abadías y bosques que acompañan al río Danubio a su paso.
En sus inicios históricos, Melk fue un poblado fortificado de origen romano, que creció alrededor del monasterio benedictino.
Imagen del pueblo de Melk junto al río Danubio, en la Baja Austria
En Melk también son destacables las plazas Hauptplatz y la del Ayuntamiento, ambas flanqueadas por preciosos edificios centenarios. Por su parte, el Museo Municipal nos muestra la historia de la ciudad ofreciendo información sobre los restos prehistóricos encontrados a lo largo de todo el valle de Wachau.
Vista sobre el centro histórico de Melk desde la terraza de la Abadía. Imagen
La biblioteca fue terminada de construir en 1735. Treinta años más tarde le fueron añadidas las salas Bergl, donde permanece guardada una extraordinaria colección de libros científicos y de historia natural.
Techo profusamente ilustrado con pintura colotrista en el techo de la Abadía de Melk
Umberto Eco dio el nombre de Adso de Melk al novicio protagonista de ‘El nombre de la rosa’, en honor al importante monasterio austríaco
Annunziata Rossi, licenciada especializada en Derecho y Filosofía y Letras por la Universidad de Messina y de Roma-La Sapienza, explica el retiro de Adso en la abadía benedictina de Melk en este artículo, y cito:
“(…) Adso escoge el camino fácil de la renuncia. Se refugia en el monasterio de Melk, donde resiste al Maligno y a las tentaciones de la carne, que podrían asomarse bajo el perfil inocente de algún novicio, como él mismo se había aparecido a Ubertino de Casale; y sabemos que renuncia y represión de los instintos pueden transformarse en sadomasoquismo y el misticismo convertirse en odio, violencia y satanismo…”
En el siglo XII se fundó una escuela, y la biblioteca de la abadía alcanzó rápidamente renombre por su extensa colección de manuscritos.
La abadía benedictina de Melk es un claro ejemplo de estilo barroco. Es necesario mencionar aparte la Iglesia, decorada con frescos de Johann Michael Rottmayr, mientras que en la biblioteca admiramos frescos de Paul Troger adornando su fondo bibliográfico de 100.000 libros, entre ellos 750 incunables y 1.800 manuscritos.
Las esculturas que flanquean las puertas de la biblioteca simbolizan las cuatro facultades universales: Medicina, Fortaleza, Templanza y Jurisprudencia. Contribuyen a decorar esta sala un globo terráqueo y otro celeste, muy propios de las bibliotecas barrocas.
Pintura del techo de la Sala de Mármol de la austríaca Abadía de Melk, por Paul Troger (1731) y el artista Gaetano Fanti
Imagen de la cúpula del techo de la biblioteca de Melk. Un buen ejemplo del estilo barroco debido al maestro Paul Troger
En la biblioteca solo se halla expuesta al público una pequeña parte de la valiosa colección de libros, ya que las ediciones más importantes y los manuscritos medievales los guardan en el sótano abovedado. Estos ejemplares comparten espacio con los registros históricos del monasterio que tratan sobre fenómenos naturales regionales, acontecimientos políticos y nuevos abades. También conservan aquí las crónicas sobre Gengis Kan, quien a mediados del siglo XIII consiguió alcanzar lo que ahora conocemos como Baja Austria.
Actualmente están ampliando la cámara de manuscritos históricos para protegerlos mejor y facilitar su posterior consulta. Algunos ejemplares datan del año 900.
El herbolario Hieronymus Bock de Estrasburgo, del siglo XVI, ya está siendo restaurado, cada página tiene que ser cosida de nuevo. y además es necesario completar las partes que faltan de las cubiertas del libro. Aparte de Bock, fue también muy conocido Hieronymus Brunschwig, un cirujano alemán alquimista y botánico que destacó por sus primeros trabajos sobre técnicas de destilación.
Bock (conocido también como Hyeronimus Tragus) siempre consideró a Brunschwig como su predecesor.
Dos figuras utilizan un primitivo aparato de destilación. Esta representación pertenece al exponente del arte “Distillandi de Compositis”, de Hieronymus Brunschwig (Estrasburgo, 1512). Imagen
Cada año, bajo la dirección de la restauradora Bettina Dráxler, se limpian unos 10.000 volúmenes, que se comparan con la lista del inventario y analizan para determinar si hay algún deterioro. Dentro de más de diez años y doce millones de euros, la biblioteca de la abadía de Melk sorprenderá con todo su esplendor a las generaciones futuras.
¿Quién fue Paul Troger, autor de los frescos de la Abadía de Melk?
Pues fue un pintor austriaco de la época rococó, la última etapa de la arquitectura barroca (1660 – 1725).
Troger realizó un largo viaje a Italia antes de 1722, conociendo entre otros a Sebastiano Ricci en Venecia y Francesco Solimena en Nápoles, con quienes posiblemente estudió. Solimena se convirtió en su principal modelo.
Del período 1727-28 es su primera obra maestra, el retablo y fresco de la cúpula de la iglesia de San Gaetano en Salzburgo. Posteriormente se trasladó a Viena, donde los pintores principales eran Rottmayr y Gran. En la Baja Austria llevó a cabo muchas pinturas al fresco para los monasterios de la región, a menudo colaborando con su compatriota tirolés, el arquitecto Joseph Munggenast.
A estos trabajos hay que añadir este que estamos comentando:
- Abadía de Melk: Sala de mármol y biblioteca, 1732
Al contrario que otras bibliotecas, la de Melk sigue utilizándose como fuente de consulta. Su patrimonio aumenta de año en año con las donaciones
Nunca dejas de admirar el alto techo de esta preciosa biblioteca barroca, adornado con hermosos frescos pintados por Paul Troger. Imagen
La ladera rocosa sobre la cual se asienta el monasterio austríaco más famoso, fue bautizada con la belleza que aporta el enorme río Danubio en su discurrir a lo largo de millones de años. Ya a finales de la Edad de Bronce, los primeros núcleos poblacionales se asentaron en el impresionante macizo de piedra sobre la orilla derecha. Después llegaron los romanos y luego la Casa de Babenberg, que construyó aquí su residencia en un fabuloso castillo. Desde este vigilaban la frontera. Los monjes benedictinos se trasladaron hasta allí en 1089, una vez fue terminado el monasterio.
Otra vista de la magnífica Abadía de Melk. Imagen
Los primeros romanos habitantes de la zona, ya se habían asentado a orillas del Danubio. Sin embargo, fue la familia de los Babemberg, una de las más importantes durante la Edad Media, quienes alzarían aquí una primera fortaleza que a finales del siglo XI donaron a la orden de San Benito. De este modo queda fundada una de las abadías más antiguas del país.
El valle de Wachau es conocido por su producción de albaricoques y uvas, que se usan para producir especialmente licores y vinos. Wachau es una fuente de los más apreciados Rieslings secos y Grüner Veltliners de Austria. Estos vinos tienen gran elegancia, derivada de las inclinadas laderas de piedra en las que las vides se plantaron junto al Danubio.
La abadía de Melk es uno de los monasterios cristianos más famosos del mundo y está incluido en el Patrimonio Mundial de la Unesco
Entre los manuscritos que guardan los muros de la biblioteca se halla un fragmento del siglo XIII de «El Cantar de los Nibelungos» donde la nombran como Medelike. Como ya apuntamos, la abadía fue fundada en 1089, cuando Leopoldo II, soberano de Austria, cedió uno de sus castillos a los monjes benedictinos de la abadía de Lambach. Melk conoció su esplendor en la Edad Media, iniciando un declive entre los siglos XV-XVII, provocado por las luchas religiosas y las invasiones de los turcos.
En el siglo XII se fundó una escuela, y la biblioteca de la abadía ganó popularidad como un reguero de pólvora por su amplísima colección de manuscritos. La escuela de la abadía recuperó su actividad docente tras la Segunda Guerra Mundial, y a día de hoy la frecuentan cientos de estudiantes.
Y esto es todo amigos. Aquí tenéis información adicional acerca de cómo visitar la abadía de Melk y el Valle de Wachau.
Disfrutadlo todo lo que podáis.
¡Salud y mucha suerte! Hasta la próxima, amigos.