La mujer duplicada es mi aportación al reto literario de este jueves titulado «Homenaje a la literatura»
Ella trabajaba en una multinacional y se sentía un engranaje más. Embebida en la macroestructura de una especie de barco crucero de doce plantas y ocho mil pasajeros donde ninguno sabe nada del que tiene al lado mediante una conversación; tan solo por lo que piensa de él o ella. Cremoria es un buen peón, obediente y enfocada en la dirección única que le marcan sus superiores. El barco es de proporciones enormes, tan es así que es fácil que quien tengas al lado no sepa absolutamente nada del trabajo que estás haciendo, como si no haces nada en absoluto.
Lo que Cremoria adoraba eran los libros. Por sus manos habían pasado todo tipo de títulos, desde El lazarillo de Tormes (Anónimo), La Celestina (Fernando de Rojas), La vida es sueño (Calderón)… hasta La larga marcha (Stephen King), Todo por una chica (Nick Hornby) o la colección de novelas de Mary Higgins Clark. Recientemente había decidido que la empresa no se merecía que le dedicara tantos esfuerzos y resolvió que debía cumplir estrictamente con el horario laboral y volver antes a casa para escribir su propia obra.
Si, estaba convencida, había un tema que le rondaba la cabeza desde hacía tiempo y era la clonación de seres humanos. Esa era una historia que había ido tomando forma en su agitada imaginación y este era el momento ideal para llevarla a cabo. El protagonista sería alguien que se ocuparía de sus obligaciones en el trabajo mientras ella disfrutaba de la vida como nunca.
Así que Cremoria decidió recopilar información para su novela acudiendo a su gran amigo Aldonio Arenor, un prestigioso científico que llevaba años desarrollando embriones humanos para tratamientos de infertilidad. Aldonio optó por la vía rápida.
—Mira, Cremoria, tengo algo en las reservas criogénicas de este centro de investigación que seguro te va a interesar. Se trata de embriones clonados. De cualquiera de ellos puede nacer un ser humano tras su implantación en un útero artificial.
—¿Pero son clones perfectos del original? ¿Sin taras?
—Claro que sí, pasa a ver…
Aldonio condujo a su amiga al reducto donde la ciencia había conseguido imponerse a la Creación. Era el santuario de los proyectos prohibidos, donde imperaba una atmósfera de violación de las normas éticas que se atravesaría en la mente de cualquier ciudadano sujeto a creencias morales.
Cremoria miró alternativamente a su amigo y a las cápsulas donde no menos de una docena de clones se acumulaban en sus habitáculos nutricionales.
—¿Y cuánto tardan en estar listos para funcionar como humanos adultos? —inquirió la mujer con un brillo de codicia en sus ojos.
—Eso es lo mejor de todo, amiga mía. La gestación artificial dura menos de un mes ¿Necesitas, quizá, una copia clónica? Te la regalo, querida.
Tres segundos tardó Cremoria en contestar.
—La necesito antes de un mes.
Y hasta aquí hemos llegado, amig@s. No olvidéis dejar vuestro comentario, que para mi es importante, y vuestro like si os ha gustado.
Esta es mi participación en la convocatoria que ha organizado elvicisolitari para el reto literario de este jueves titulado:
HOMENAJE A LA LITERATURA
El 23 de abril es un gran día para los amantes de los libros en general y de la literatura, poesía, teatro o cualquier otra disciplina en particular. Se trata de la festividad de Sant Jordi, fecha en la que se conmemora también el DIA INTERNACIONAL DE LIBRO.
A partir de la ilustración indicada, del artista Lluis Rizzo Rey, hay que idear un escrito, en prosa o verso, con una extensión de unas 350 palabras y que gire en torno al mundo de los libros y la literatura, tanto en su lectura como escritura y lo que sus ilustraciones nos sugieran.

Crédito imagen: Lluis Rizzo Rey – «Rosa de Sant Jordi» publicado aquí.