En el desastre verás la esperanza

En el desastre verás la esperanza

 

En el desastre verás la esperanza

 

Cuando te enfrentas a una situación que te pone a prueba ¿Cómo reaccionas? ¿Eres de los que corren despavoridos o te detienes ante el toro y piensas “Esto lo puedo resolver pensando un poco”?

Debemos ser (a ver, cuidado ahora, que viene la palabra de moda) «resilientes», no solo aguantar, sino adaptarnos bien a la adversidad, como define internet: enfrentar traumas, amenazas o tensiones significativas.

Alguien me dijo: ‘Con un tumor inoperable en fase IV, no te rindes al toro’. Le respondí: »No puedes, es resiliencia.

Y ahora planteo la pregunta del día:

¿Qué sería de nosotros si mirásemos al problema como si fuese un camión cargado con veinte toneladas que nos pilla desprevenidos?

 

La noticia que el médico te comunica cuando te dice que lo que esperas oír “no son buenas noticias” puede cogerte por sorpresa como si fuese ese camión, si, pero debes verlo como una segunda oportunidad, ¿por qué? Porque sigues vivo para defenderte y luchar.

Te has liberado de la cadena que te ataba a una mala noticia, a un evento inesperado de esos que pretenden relegarte a un lugar oscuro del camino que guía tu vida. Ahora bien, lo que necesitas en mi humilde opinión es saber también dónde apoyarte, cuál es el pilar principal que sujeta tu nueva casa de las emociones. Y, en mi caso al menos, ese cimiento es la familia.

¿Cómo te sientes en medio de la adversidad? Pues te diría que muy bien si tienes una afición que te motive o varias. Puede ser el ejercicio físico adaptado a tus posibilidades, realizar miniaturas, manualidades, ¿qué sé yo?, viajar si es posible, cocinar, escribir, leer… hay mucho de donde surtirse.

Quizá lo verdaderamente relevante sea adaptarse, aguantar en el tiempo, resistir sin decaer, porque el resurgimiento es más duro aún. Conozco personas que han seguido un patrón de comportamiento casi lineal ante un gran bache en sus caminos, en apariencia lo han superado y siguen adelante sin mostrar las heridas.

Llevado a terrenos más discretos, en medio del desastre, como puede ser una discusión o conflicto entre personas, hay que tratar de encontrar un espacio común, no es cuestión de insistir en la victoria. En medio del desastre, se impone la conocida como “Ruta Oblicua”. Consiste en que, ante una situación de crisis, esquivas el problema adoptando una solución ingeniosa, con inventiva suficiente para encontrar una solución de forma lateral, oblicua.

Aceptación y esperanza es el balance final al que es necesario aspirar mediante nuestros recursos sumados a nuestra fortaleza interior.

¿Qué sacamos en claro de todo esto?

 

Pues que no hay que esperar a tocar fondo cuando un problema grave nos intenta hundir. Sería como si un objeto pesado estuviera atado a nosotros por una cuerda empujándonos hacia el fondo del mar. Pelearíamos por cortarlo con cualquiera que sea el recurso a nuestro alcance, ¿no? (una navaja idealmente o cualquier objeto cortante). Lo realmente útil sería identificar por qué vamos atados a una piedra o lo que sea que nos arrastre.

¿Por qué he llegado hasta aquí?

 

Hacer memoria y recordar los pasos que el destino nos ha obligado a dar, o más bien los que hemos dado nosotros tomando decisiones erróneas, puede servir para tomar acciones futuras acertadas; es el aprendizaje el que nos debe empujar otra vez al camino correcto y no hacia un espeso pantanal.

¿Cómo podríamos haberlo evitado?

 

En el caso de que hayas perdido el empleo, ¿Podrías haber adoptado otra actitud o no te lo permitían porque chocabas con demasiados obstáculos? Un jefe poco sensible a tus propuestas, rivalidades mal resueltas, fracasos en tu emprendimiento… ¿Cómo podrías haberlo hecho mejor? La respuesta está guardada en el interior de un pozo sin fondo.

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Alegato final

 

No hablo de problemas menores. Una cosa es, por ejemplo, reincidir en comer en exceso a pesar de que sabemos que no nos conviene pero, si no nos afecta a la salud, lo sobrellevamos con una sonrisa de resignación y basta.

Otra cosa es si esa actitud nos acarrea consecuencias graves que necesiten mayor atención, responsabilizarse y enfrentarse al toro que nos toque tener delante.

Imaginaos la situación que nos plantean ahora mismo desde la Comunidad Europea, con sus recomendaciones sobre preparar un kit de emergencia y una mochila. Al parecer, ese kit es fundamental  ante las primeras 72 horas de un ataque militar o ante las turbulencias del clima. Sin ignorar la sombra persistente del corte de suministros o la inminente coacción de los ciberataques.

¿Cómo reaccionar? Por mi parte, creo que la mayoría disponemos de los artículos que recomiendan meter en esa mochila. Ahí se incluye la fotocopia del carnet de identidad y la escritura del piso. Yo diría que no deberíamos alarmarnos.

En fin, que nadie se tome estos comentarios como consejos ni nada parecido. Son tan solo reflexiones sobre lo que a mí me parecen ciertas situaciones comprometedoras de la vida que nos exigen mucho y debemos aprender a controlarlas.

Sé que es muy fácil decirlo, pero ahí debemos estar, aprendiendo con la experiencia sobre qué debemos hacer ante el camión que se abalanza inesperado, la amenaza de una guerra nuclear o ante el bufar del toro, en definitiva. ¿Sabremos lidiar con el problema? ¿Qué piensas tú?

 


Deja por favor tu comentario, para mí es importante. Y dale un clic al corazoncito de más abajo si te ha gustado.

¡Salud y suerte en la vida!

 

Nota: las imágenes las he obtenido de pixabay.com

22 Comentarios
  • Ana Collante Sánchez
    Posted at 16:32h, 21 abril Responder

    Buenas tardes Marcos

    Terminé de ver una película y nombraban el libro del título, así que busqué en internet y me apareció varios lugares y como creo que todo es casualidad, mi dedo optó por esta página.
    Después de leer tú comentario y algunos otros he sentido, ¡Dios, cómo todo se conecta!! Y es que justo está mañana decidí tomar las riendas de mi situación de vida actual y llamase el calificativo que sea, tomo acción, es necesario y quizás urgente. Gracias por formar parte en estas señales que nos regala la vida. Agradecida, un abrazo

    • marcosplanet
      Posted at 00:09h, 22 abril Responder

      Gracias a ti por tus palabras. Me alegra que coincidas en aspectos que he comentado en el post. Es verdad que, a veces, parece que las cosas que no parece que estén relacionadas en realidad lo están.

  • Miguel Ángel Díaz Díaz
    Posted at 10:14h, 19 abril Responder

    Hola, Marcos..
    Me resultan interesantes estas reflexiones escritas como en voz alta sobre temas de cierta trascendencia. Creo que es interesante que cada uno de nosotros nos las planteemos de vez en cuando.
    Un fuerte abrazo 🙂

    • marcosplanet
      Posted at 13:42h, 19 abril Responder

      Gracias por tus palabras, Miguel Ángel. Viene bien escribirlas y debatirlas. Para crear mayor interacción entre quien deja el comentario y quien lo contesta, existe en mi blog la opción de darte de alta en la casilla de debajo del espacio dedicado a publicar comentario: «Guarde mi nombre, correo electrónico y sitio web en este navegador para la próxima vez que comente» A continuación verás un desplegable en el que pinchas y marcas la opción: «Respuestas a mis comentarios»: Avísame por correo electrónico de las respuestas a mis comentarios. Así podré seguir las opiniones sobre mis comentarios». De esta forma se invita a responder a respuestas» y animar el debate.
      Un abrazo.

  • Federico Agüera Cañavate
    Posted at 17:33h, 17 abril Responder

    Lo mejor es disfrutar lo máximo posible el presente sin preocuparse de lo que puede acontecer el futuro. Saludos

  • eliom
    Posted at 14:38h, 07 abril Responder

    ¡Qué texto tan inspirador, Marcos! Me encanta cómo hablas de la resiliencia, de cómo enfrentarse a las adversidades con una actitud positiva y aprender de cada experiencia. Es un mensaje muy realista y esperanzador al mismo tiempo. Es cierto que muchas veces la vida nos pone frente a situaciones difíciles, pero saber adaptarse y buscar la luz en medio del caos es lo que realmente marca la diferencia. ¡Gracias por compartir tus reflexiones! Me dejaron pensando

  • finil
    Posted at 12:43h, 06 abril Responder

    Buenas Marcos!!
    Con los años, uno va aprendiendo a diferenciar si el camión de 20 toneladas viene a atropellar o solo va a pasar haciendo ruido.
    Yo con los problemas he llegado a mi propia conclusión: Tienen solución?:
    No: Pues para qué desgastarse…que me lleven los vientos!!
    Si: Intento siempre buscar la solución más lógica o aquella que menos perjuicios me traiga.
    Eso si, nunca tengo a mano las mochilas mágicas para sobrevivir a lo que venga, Aunque si que tengo el infernillo aquel de gas para el apagón universal, aunque la explicación es simple: unas obras en la cocina que merecerían ser contadas en otra ocasión.
    Yo cambiaría esa palabra de moda «resiliencia», por supervivencia lógica (aunque esté menos de moda), e igual alguna que otra oración que te sepas por si a alguno de estos locos mandatarios todopoderosos se le cruzan los dedos como a mi las teclas.
    Porque si se me acaba la resiliencia en medio del apocalipsis, que hago?. Al menos, si llega el apagón universal, tendré una excusa perfecta para desconectar del mundo con mi infernillo mágico
    Saludos!! Nos vemos en la próxima tempestad (si no nos barre el camión). Y que Diós nos pille confesados!!

    • marcosplanet
      Posted at 14:02h, 06 abril Responder

      Pues sí, Finil, intento borrar esa palabra de mi vocabulario, aunque creo que estos modismos poco van a durar. Tengan o no tengan solución, los problemas requieren decisiones hechas con cabeza, y eso en una situación límite es difícil de realizar. Respecto a las mochilas, mejor si cada uno se prepara la suya, en lo que se refiere a la preparación mental también. Los mortales debemos pensar en la opción más desfavorable, la que se llevará por delante las mochilas de un soplido. Los poderosos no. Esos han preparado ya sus refugios perfectos.
      Entre infiernos e infiernillos iremos colocando ladrillos… para el búnker.

      • finil
        Posted at 21:38h, 07 abril Responder

        Marcos, pensaba que hablábamos de una entrada más, pero después he entendido que tus palabras vienen con un peso diferente. lamento el fallo y si te encuentras mal. Sabes que en este lado estamos para lo que necesites, sin mochilas ni prejuicios.
        Como bien dices, la cabeza es clave para tomar decisiones en tiempos difíciles, pero también es vital que encuentres calma en medio de todo.
        Te mando mis ánimos más sinceros y fuerza cada día.
        Un abrazo

        • marcosplanet
          Posted at 12:21h, 08 abril Responder

          Muchas gracias, Finil, eres una gran compañera de relatos y reflexiones.
          Un fuerte abrazo!

  • Maty Marín
    Posted at 22:51h, 29 marzo Responder

    ¡Hola Marcos! Estoy segura que este tema nos pone el dedo en la llaga a muchos. Es que todos pasamos por situaciones y más situaciones. Eres muy valiente, ¿lo sabías? Se necesitan muchas cosas para llegar al punto en el que te encuentras. No es nada sencillo, creo que sale a flote el instinto de supervivencia. Sin duda llega a aparecer. La verdad es que nunca sabremos cómo es que vamos a reaccionar ante una adversidad y además depende mucho de la época de la vida en que te pille. Yo en mi caso, siento que hay todo un proceso de asimilación en el que hay subidas y bajadas, risas y una que otra lagrimita también y todo se vale, forma parte del proceso. La cuestión es que la vida nos sorprende con sus cosas, nada es lineal, todo son cambios y vale la pena saber que es así, eso sí que ayuda. Hay quien pasa por esta tierra pensando que todo irá estupendo, que nada malo ha de suceder jamás y, cuando ocurre, insultan mirando al Cielo y reaccionan con la furia de un huracán culpando a la humanidad entera de sus infortunios. Esto, es terrible.
    Gracias por ponernos a pensar, te dejo un gran abrazo.

    • marcosplanet
      Posted at 11:08h, 31 marzo Responder

      Me conmueven tus palabras, Maty, como siempre. Tienes un don para detectar el sentido de lo que una reflexión quiere transmitir. Efectivamente, no todo es lineal y los cambios nos rodean a cada paso. Si no te adaptas a eso, no eres capaz de sobreponerte a las dificultades que conlleva vivir en un mundo en permanente conflicto.
      Muchas gracias por tu amabilidad.
      Un fuerte abrazo.

  • Héctor García / Islas Viajeras
    Posted at 20:15h, 28 marzo Responder

    Hola Marcos,

    ¡Magnífico artículo! Me encanta cómo has abordado un tema tan profundo y complejo desde una perspectiva llena de esperanza y motivación. La manera en la que hablas de la resiliencia, enfrentando adversidades como oportunidades para aprender y crecer, me parece inspiradora y necesaria, especialmente en tiempos difíciles.

    Tu capacidad para plantear situaciones extremas con ejemplos tan vívidos, como el camión cargado de veinte toneladas o la metáfora del peso que nos hunde en el mar, hace que tu mensaje llegue con fuerza y claridad, generando en el lector una reflexión profunda sobre cómo afrontamos nuestros propios desafíos.

    Además, destaco especialmente tu habilidad para equilibrar la seriedad del tema con un tono ameno y accesible, logrando así que el artículo sea cercano y motivador a la vez. La «Ruta Oblicua» y la importancia de apoyarse en pilares fundamentales, como la familia o las aficiones personales, son herramientas prácticas y valiosas que invitan a mantenernos firmes y creativos ante las crisis.

    En definitiva, tu reflexión es una poderosa invitación a afrontar la vida con coraje, inteligencia emocional y una actitud positiva y proactiva.

    ¡Gracias por compartir esta valiosa perspectiva con nosotros! Seguiré atento a tus próximas publicaciones.

    ¡Un abrazo fuerte!

    • marcosplanet
      Posted at 11:00h, 29 marzo Responder

      Muchas gracias a ti, Héctor, por esta detallada información que escribes sobre mi tema de fondo: resistencia y adaptación. Debemos implicarnos más en responder con sabiduría a las provocaciones que nos quieren sacar de nuestros derechos como ciudadanos para meternos en una especie de gueto del siglo XXI, donde la información, ese gran poder, circula distorsionada y manejada por la voluntad de quienes dominan el mundo.
      Otro abrazo fuerte para ti.

  • Juan el Portoventolero
    Posted at 10:14h, 28 marzo Responder

    ¡Hola! En mi caso particular, todos mis éxitos se deben a Mi Familia. Porque la educación recibida fue un arma estupenda y formidable para la lid que es Existir. Y en segundo lugar, ante vicisitudes sobrevenidas, y pese a estar excelentemente pertrechado psíquicamente, sé que siempre puedo contar con ellos. El Diablo del Mundo cambia las formas de ataque según los tiempos, pero a la postre, es la misma pelea conceptual…¡¡¡ V i v i r !!!
    De otro lado, resulta difícil de creer, pero muchas veces sí es necesario tocar el fondo del pozo para reaccionar, logra ser un catalizador para asuntos ante los cuales no ha habido capacidad de maniobra durante el descenso. Y relativo al kit de defensa, pienso igual que tú, no creo que haya que preocuparse más allá de conjetura bien razonadas.
    Esta entrada tuya es estupenda y tira de sisa para compartir opiniones como si fueras un Gran Gurú Occidental.¡Olé por Ti! 🎓

    • Marcos
      Posted at 11:09h, 28 marzo Responder

      «El Diablo del Mundo cambia las formas de ataque según los tiempos». Excelente frase, juan. Cambia la cara, lo externo, pero sigue siendo el adalid del mal más temible el que maneja los hilos. Respecto a tocar fondo, desde luego que debemos contar con que vamos a experimentar eso alguna vez, y te motivarás para salir adelante como puedas. Pelear por salir de ahí es la única vía para salir del túnel. Quedarse sin capacidad de maniobra es otra situación común, pero los recursos también se fabrican. Si te faltan peldaños, excava en la pared.
      Me alegra mucho leerte y saber que tienes ese espíritu luchador ¡Vivir!

  • Irene F. Garza
    Posted at 08:01h, 28 marzo Responder

    Hola, Marcos.
    Ante la adversidad uno debe crecerse, es la mejor solución ante el caos, ir de frente y asumir lo que venga y cómo venga.
    Respecto a que somos personas heridas, ahí se debate la parte emocional o yo lo percibo así, puedo estar, porque es así, con fracturas interiores que desajustan interiormente, pero eso no resta a la parte racional a continuar, con el tiempo aprendes a gestionarlo y convivir con ellas, las aceptas, de tanto en cuanto asoman porque ese murmullo nunca se va del todo.
    Creo que las diferencias nos engrandecen, y nunca deberían restar, qué importa si mi opinión es distinta a de otro, seguro que podemos llegar a un punto intermedio llamado respeto, y en ese proceso se aprenderá, y eso es gratificante.
    A veces los problemas no es que no sepamos o estemos preparados a lidiar con ellos, es que la falta u omisión de información y realidad nos lleva de la mano a la incoherencia.
    Es ahí cuando uno se pregunta, ¿cómo estar preparado?
    Un abrazo, y feliz fin de semana.
    Irene F. Garza

    • Marcos
      Posted at 10:59h, 28 marzo Responder

      Continuar, avanzar en la adversidad, crecerse… se trata de «adaptación», que es lo único que podemos permitirnos, como le he comentado a Tarkion. En la adaptación está la clave como herramienta para evitar que nos manejen dirigiéndonos hacia un destino incierto e inquietante. La falta de información y realidad es el enemigo en estos momentos. Estamos como en la Caverna de Platón.
      Muchas gracias por tu comentario, que aprecio mucho.
      Otro abrazo para ti, Irene. Que disfrutes del fin de semana.

  • Javier Ledo
    Posted at 00:55h, 28 marzo Responder

    Resistir, palabra clave -aunque no esté de moda- en la que algunos llevamos anclados un tiempo.
    Buen post.

    • Marcos
      Posted at 10:54h, 28 marzo Responder

      Una palabra esencial, así es. En efecto, estuvo de moda allá por el 2020 y 2021 con la pandemia. Ahora parece que hay otro intento de hacernos temblar ante una amenaza desconocida. No hay nada más retorcido.
      ¡Saludos!

  • Tarkion
    Posted at 23:12h, 27 marzo Responder

    Hola, Marcos.

    Has tocado un punto que para mí no es solo una idea, sino casi una forma de estar en el mundo: la resistencia. A veces suena épica, pero en realidad suele ser lo más cotidiano del día. Es ese no rendirse cuando nada parece moverse, ese seguir haciendo cosas aunque por dentro todo esté temblando.

    Me ha resonado mucho lo que dices de no esperar a tocar fondo, de intentar cortar la cuerda antes de hundirse del todo. A veces no se puede. Otras sí, pero cuesta identificar siquiera qué es lo que arrastra. Y ahí entra eso que tú llamas “ruta oblicua” —ingenioso nombre, por cierto—: ese movimiento lateral que nos saca del punto de colapso, no por frontalidad, sino por inteligencia emocional o por simple instinto de conservación.

    También comparto esa necesidad de tener un pilar. En tu caso, la familia. En el mío, quizá sea también la escritura. Y no porque me salve, sino porque me mantiene en movimiento, como una forma de no oxidarse por dentro.

    Gracias por la valentía que se nota en cada palabra que compartes. No es solo lo que dices, sino desde dónde lo dices. Y eso se siente.

    Y luego está lo otro: lo que va más allá de lo personal. La sensación de que hay una escalada que no sabemos si se puede parar (y de la que nos ocultan información y no sabemos en qué punto estamos realmente). Que puede cogernos con una mochila medio hecha o con una vida medio armada, pero sin garantías. Y ahí vuelve a aparecer esa vieja compañera de la resistencia: la adaptación. Resistir, adaptarse, cuidar de los tuyos, prepararte y luchar. No hay mucho más, al menos para mí.

    Un abrazo sincero, compañero

    • Marcos
      Posted at 10:52h, 28 marzo Responder

      Muchas gracias Miguel, por tu análisis detallado y por aportar tu visión personal sobre esos matices que comentaba en mi escrito. En mi caso, como sabes, también es la escritura un pilar que soporta males diversos; es un refuerzo muy valioso que ayuda a combatir las amenazas o realidades que nos rodean. Creo que siempre debemos rodearnos de refuerzos, pilares o cimientos que sostengan el avance de esas fuerzas que se empeñan en meternos el miedo hasta lo más profundo de nuestro ser para nada más que servir a sus intereses y maniobras para nada edificantes.
      La palabra «adaptación» es la mejor arma o herramienta que nos queda para hacer frente a todo eso.
      Un abrazo sincero, compañero de viajes literarios.

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