27 Dic Esas paredes con musgo
ESAS PAREDES DE MUSGO
Lo ves en Cantabria a la entrada a Mogrovejo desde Treviño, en la Torre de Sando en Cáceres y cualquiera de los edificios históricos que la pueblan, cubriendo el bosque de hayas en la pradera de Ordesa del Pirineo aragonés o en Asturias en el camino de Poncebos a Sotres por la carretera comarcal que cruza un profundo valle rodeado por impresionantes paisajes montañosos y desfiladeros.
El musgo forma tapices suaves sobre rocas, árboles y suelos húmedos, pero además habita en multitud de edificaciones y su existencia ha sido testigo mudo de milenios de historia. Está presente en casi todas partes, pero es su unión con la naturaleza salvaje y con los pueblos perdidos la que destacamos aquí.
Por ejemplo, en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido habitan numerosos musgos, alfombrando pinares o el sotobosque. Pero también nos esperan construcciones como las casas de piedra y pizarra del pueblo de Torla, edificadas así por su origen defensivo y medieval.
Torla posee edificaciones que datan de épocas como el siglo XVI, caso de la iglesia de San Salvador o incluso estructuras de «casa fuerte» como Casa Viu del Pirineo, con orígenes que se remontan a siglos pasados, aunque el pueblo en sí tiene menciones desde el siglo XI.
Como es lógico, son múltiples las ubicaciones de estas especies de plantas como el musgo, por eso me centraré en la zona asturiana de los Picos de Europa, para definir un área concreta de hábitat.


El circo montañoso de Soaso, en el Parque Nacional de Ordesa, cruzado por el río Arazas, un afluente del río Ara que forma el espectacular valle de Ordesa y nutre cascadas como las de Arripas, La Cueva y la Cola de Caballo.



Cascada de la Cola de Caballo, dentro del circo montañoso de Soaso en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Huesca
Camino de Sotres
Partimos de Poncebos a Sotres por la carretera secundaria pues el día está lluvioso. La inmersión en la naturaleza es total, con manantiales a plena vista que surgen entre los muretes de roca que flanquean el camino. No faltan los tapetes verdes de musgo en superficies húmedas como rocas, troncos y suelos.
Si la ruta hasta Sotres la haces tomando el puente del Texu camino de Bulnes hasta Collado Pandébano, acabarás atravesando Bulnes sin dejar de encontrarte con ese musgo que cautiva y que invita a contemplarlo con una mirada hacia otro tiempo.
Saldrás de Bulnes con ánimos renovados, sobre todo si has probado su extraordinaria fabada o su cabrito. Este se prepara asado al horno con un majado de ajo, perejil, tomillo y manteca, o cocinado a fuego lento, sellando la carne y cocinándola después con vino blanco, verduras y hierbas aromáticas hasta que queda muy tierno. Servirlo con patatas a lo pobre o acompañándolo de una ensalada es un buen remate final. Hay veces en que la patata está más rica que la propia carne; solo en algunas ocasiones. En cualquier caso, un manjar.
Hay que destacar que muchos utilizan el teleférico que parte de Poncebos con destino a Bulnes, pero se perderán el verdear del bellísimo paisaje con el que nos regala la montaña asturiana.
Un canto a los Picos de Europa
Cuando has atravesado Bulnes, abandonas el lugar con la agradable impresión de haber visto el musgo insertado entre las rendijas de los bloques de adobe o piedra que conforman las casas de este enclave rodeado del macizo central de los Picos de Europa.
Son picos icónicos como el Naranjo de Bulnes (Picu Urriellu), su cumbre más famosa, y otras elevaciones importantes como la de Torrecerredo, la más alta del macizo, o el Pico Tesorero.
Estas montañas ejercen el influjo de hacer flotar tu alma entre sus collados, valles, praderías o rampas de gran desnivel.
Por estas fechas no es nada aconsejable caminar por las rutas de ensueño que ofrece la zona. Pero lo que sí podemos es recordar aquel viaje a la montaña asturiana que hicimos en otra estación de clima más benévolo y recordar lo que ha dejado en la memoria ese olor a musgo y humedad concentrada.
He dicho muchas veces que el caminar por estos parajes despierta todos los sentidos, los exalta, como un estimulante natural que consigue sacar tu parte espiritual y hacerla discurrir por cada pueblo que visitas o cada rincón de la naturaleza que observas.

De Poncebos a Sotres. Humo y brumas en Tielve.
Estamos en Sotres
Quien ama la naturaleza sabe de lo que hablo. Es una experiencia que arranca desde lo más íntimo del pensamiento y se pasea por callejuelas formadas por casas ancestrales que han visto pasar siglos de evolución, desde aquellos primitivos asentamientos de población de la Edad del hierro. Y llegados a la Baja Edad Media, Sotres ya era un núcleo estable en 1259, con una organización de concejo que incluía pueblos como el de Cabrales, mostrando una vida comunitaria enfocada en la ganadería y la agricultura.
Sotres destaca por ser un pueblo de alta montaña sumergido en los Picos de Europa, elegido Pueblo Ejemplar de Asturias en 2024 por aspectos como su tradición ganadera o la elaboración del queso Cabrales. Esta localidad ofrece rutas de senderismo espectaculares (hacia el Naranjo de Bulnes/Picu Urriellu) y una arquitectura rural de piedra con vistas impresionantes, siendo un punto de partida ideal para explorar el Parque Nacional y sus cuevas de maduración de queso.

Pastos en Las Vegas del Toro, Sotres, Cantabria.

Disfrutad de la ruta Sotres_Espinama. Cantabria-Asturias_Marcosplanet
Esas paredes de musgo en Treviño y Mogrovejo
No muy lejos de allí, en la limítrofe Cantabria, cuando haces la entrada triunfal a Mogrovejo desde Treviño, destacan las primeras casonas de piedra con madera en balcones y estructuras, como en los pisos superiores, donde se han aplicado técnicas de entramado de varas cubiertas con barro, reflejando la arquitectura tradicional de la región de Liébana.
Y digo lo de triunfal porque hemos llegado hasta este pueblo histórico de Mogrovejo partiendo a pie desde Treviño, una aldea encantadora de no más de siete casas, enclavada en la comarca de Liébana, en un entorno de altas cumbres y valles como este, surcado por el río Deva. Treviño está rodeada por la orografía del occidente cántabro, cerca de Potes, en un lugar conocido por su belleza paisajística y su patrimonio rural. En la aldea destaca la «Casona de los condes de la Cortina» ubicada en plena falda del monte.
Cargados con mochilas de unos doce kilos de peso, subimos a buen paso una cuesta de gran pendiente durante casi dos kilómetros, pero la recompensa visual mereció realmente la pena. El humo evocador presidía algunas chimeneas de acogedoras casas de piedra y vistosos jardines rodeaban otras, atrayendo la mirada hacia sus fachadas y muros embellecidos por el musgo.
El encanto de una aldea medieval
Mogrovejo, con su atractivo aspecto medieval que lo hacen único y vistas a los Picos de Europa, destaca por su Torre de Mogrovejo (siglo XI), un complejo señorial que dominaba la zona, y su iglesia parroquial (siglo X) con una Virgen flamenca, componentes históricos propiedad de una antigua familia noble. Es famoso por su ambiente de cuento de hadas, su arquitectura tradicional labrada en piedra y madera, y su conexión con el paisaje, atrayendo a visitantes que buscan tranquilidad y belleza natural. Resulta inevitable pasear por sus calles empedradas que invitan a viajar en el tiempo.
Los jardines que mencionábamos de este conjunto de casas cargadas de magia son un atractivo añadido por su vistosidad, adornados con motivos florales preparados con buen gusto. Esta contemplación te lleva de la mano por los cuentos más populares de la imaginación, propia de autores como los hermanos Grimm, Hans Christian Andersen, Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez o Charles Perrault. Venga, os animo a buscar más genios del cuento: J. K. Rowling, Juan Rulfo, Katherine Mansfield, J. R. R. Tolkien…


Entrada a Mogrovejo

Y hasta aquí hemos llegado. Estoy convencido de que a más de uno le vienen a la memoria algunos rincones donde el musgo les ha hecho pensar en épocas pasadas, en hadas, duendes o personajes de obras bien conocidas. Puede que Aragorn, ese Dúnedain líder de los montaraces del norte, que protege a los Pueblos Libres tras la Guerra del Anillo, se encuentre observándonos entre manantiales que alimentan el musgo de las rocas, mientras fuma su pipa cargada con tabaco de la Cuaderna del sur.
Que disfrutéis de la Navidad y encontréis buenas rutas el próximo año 2026. Espero que empiece y termine de la mejor manera para todos.
Canto a la tumultuosa Ártemis, la de áureas saetas, la augusta virgen cazadora de venados, lanzadora de dardos y hermana de Apolo…; canto a la que por montes sombríos y cumbres batidas por los vientos tensa su áureo arco deleitándose en la caza y lanzando dardos que arrancan gemidos. Retiemblan los picos de los elevados montes y retumba el bosque umbrío con el rugido de las fieras.
Himno Homérico XXVII
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