
05 Abr Los engranajes del tiempo
Esta es mi aportación al concurso del Tintero de Oro, 46ª EDICIÓN (Abril 2025): MOMO de Michael Ende. Se trata de escribir una historia en no más de 900 palabras donde se prodigue la imaginación y que contenga un acertijo.
Allá va.
Los engranajes del tiempo
Era el momento que Reinaldo había elegido para tomar sus vacaciones de Semana Santa. Lo había dispuesto todo para establecerse en la casa de su pueblo, allá por la tercera provincia más extensa de España.
En la ciudad, el día había amanecido más cálido que de costumbre en aquellos primeros días de julio, pero una vez hubo desembarcado en el pueblo, Reinaldo pudo comprobar el efecto de los montes de Toledo que guardaban un microclima más fresco y húmedo entre fértiles laderas, bosques profundos y vegetación de ribera. El río fluía lleno, impetuoso, imparable en su raudo discurrir desde el pantano.
Estaba atardeciendo cuando el recién llegado a ese valle repleto de vida decidió sentarse en un banco de la cocina rústica donde cientos de veces su madre había preparado los guisos y platos más deliciosos.
Acababa de terminar su cena a base de huevos fritos con sobrasada y miel cuando sonó su teléfono móvil.
—¡Hola Bertino! ¿Cómo te va, hermano? Mira, estoy en la casita. Acabo de llegar de la ciudad. He pensado pasar aquí unos días vacaciones.
—Bueno, conociéndote, seguro que has preparado un programa completo de ejercicios, bicicrós, subidas a las cimas de todos los montes posibles…
—Si, no te quepa duda. Debo cuidarme, ya lo sabes.
—A ver cuándo decides echarte pareja, Roni. ¡Mira que irte sin más a la casita como un lobo solitario!
—Sabes que soy muy celoso de mi espacio, Bertino. Necesito detener el tiempo.
Tras unas palabras más, las últimas que esperaba intercambiar Reinaldo con el mundo, recogió como pudo y se fue a dormir. El cansancio del día había ocupado hasta el último rincón de su cuerpo y pronto entró en un profundo sueño. En él, se vio a sí mismo flotando entre las arboledas circundantes, pero ahora formaba parte de un inmenso engranaje que también flotaba con él.
De forma inusitada, una voz que parecía proceder de todas partes inundó sus oídos. Su percepción del entorno cambió. Ya no le rodeaban el valle y el río que atravesaba el bosque. Se hallaba subido a una de las ruedas que engranaban entre sí como el mecanismo de un reloj gigantesco.
La voz le habló en un tono entre sarcástico y preocupado.
—Muy bien, Reinaldo, ya estás aquí, nada ni nadie te molestarán para cumplir con tu programa de actividades solitarias.
—Sé que esto es un sueño, así que no intentes asustarme porque en cuanto despierte…
—¡No es un sueño! Es una forma de aviso para aquellos que necesitan, digamos, un empujoncito.
—¿Qué pretendes, amigo de los relojes?
—Me presentaré, soy Tempus Fugit, vienen llamándome así desde tiempo inmemorial. Soy un guardián del tiempo, para que tú me entiendas. Aparecemos de vez en cuando por los sueños de personas especiales, que requieren de cambios importantes en sus vidas. Y tú, ¿qué cambios necesitas?
—Pues ya que estamos, te confieso que no me gusta nada envejecer, lo detesto. Por eso recurro a practicar una vida lo más sana posible, y para ello nada puede perturbarme, ni una pareja, ni compartir con nadie mi precioso tiempo, mi tesoro dorado.
—Sí, claro, ya sabía yo algo de eso. Pues bien, vas a tener lo que quieres….
La rueda dentada sobre la que se hallaba Reinaldo empezó a girar y lo hizo ruidosamente, entre quejidos que parecían salir de las profundidades de una sima infinita.
El amante de la vida sana se tambaleó mientras su soporte giraba sin parar.
—A partir de ahora vas a poder ir hacia atrás en el tiempo, sanar heridas emocionales, enmendar errores, transformar momentos malos en buenos, en fin, y todo eso con el reloj del tiempo anclado en un momento determinado que elijas de tu vida. Dime hasta dónde te llevo y allí te dejo.
Cada noche, Tempus Fugit se presentaba ante él y este cambiaba cosas que no le habían gustado, experiencias vividas que debían ser perfectas.
—He descubierto algo que no me gusta, guardián del tiempo, y es que no puedo avanzar hacia el presente de inmediato. Me quedo atrapado en la fecha elegida y parto de ahí mientras el tiempo pasa segundo a segundo. Lo que quiero es llegar al presente enseguida, con menos años y más experiencia.
—Me temo que eso no va a ser posible, Reinaldo. Ya está bien, debes reflexionar para poder cambiar. Y el único modo es adivinando un acertijo. Así, tal cual. Para eso deberás pensar de la forma más humilde posible, abandonando el peso enorme de tu ego. Es el ego el que os impide a los humanos encontrar la felicidad. Este es el acertijo:
“Ve un pastor en su cabaña
lo que el rey no ve en España,
ni el pontífice a sus pies
ni Dios, con ser Dios, lo ve”.
Al cabo de varios encuentros con Tempus, Reinaldo contestó.
—Lo que puede ver un pastor en su cabaña es… a otro pastor. No existen dos papas en activo, ni dos reyes del mismo país, ni dos dioses de la misma religión…
Cuando despertó, comprobó que se hallaba en el mundo real, con las imperfecciones y errores con los que todos debemos cargar, pero libre para enfrentar el futuro.
Y esto es todo. Deja por favor tu comentario, será muy bienvenido. Y un like no cuesta nada, amig@s.
¡Salud y suerte en la vida!
Federico Agüera Cañavate
Posted at 02:11h, 27 abrilUna historia que te invita a reflexionar. Si se eliminarán todos los errores habría entonces evolución? Saludos
marcosplanet
Posted at 19:45h, 27 abrilEs probable que no, que eliminar errores trajera consigo otros nuevos ¿no?
Saludos, federico.
Miguel Ángel Díaz Díaz
Posted at 19:46h, 24 abrilMuy interesante, Marcos.
En el fondo, tanto Reinaldo como Tempus Fugit son dos espejos en los que mirarnos, aunque seamos totalmente diferentes de ellos.
Un fuerte abrazo 🙂
marcosplanet
Posted at 11:28h, 25 abrilY la imagen que devuelve ese espejo es la de uno mismo. Por tanto, estamos embarcados todos en la misma nave del egocentrismo, solo que no nos damos cuenta hasta que no experimentamos un cambio drástico que nos quita la venda de los ojos y nos permite ver, por fin, esa imagen reflejada para darnos cuenta de que nuestros anhelos basados en el ego deben modificarse.
¡Abrazos!
jm vanjav
Posted at 17:49h, 24 abrilHola, Marcos, cenando así el sujeto no me extraña que luego tuviese esos sueños pesados, quien pudiera aunque de antes era un clásico, los huevos fritos con patatas fritas y algo más preferible con grasa como chorizo, tocino, panceta, etc. La reflexión me parece muy oportuna porque a veces nos preocupamos de conseguir aquello que queremos olvidando que la forma o el modo de conseguirlo suele ser igual de importante.
Saludos y suerte.
marcosplanet
Posted at 11:32h, 25 abrilAsí es. El fin no justifica los medios, pero creo que además ese fin debe estar basado en algo racional, alcanzable, y no en quimeras como la de mantenerse joven y además con la experiencia de alguien de sesenta años…
Muchas gracias, igualmente.
Mirna Gennaro
Posted at 10:54h, 24 abrilHola, Marcos. Hermoso mensaje el de Tempus Fugit. Me encantó el acertijo, no es fácil de resolver! Un abrazo
Pepe
Posted at 10:34h, 24 abrilHola, Marcos! La verdad es que la manera que tienes de describir es magnífica, aunque no menos se queda el mensaje. Tempus fugit, Ese es uno de los grandes temas que dan quebraderos de cabeza a la sociedad de hoy en día, con tanta foto y recuerdo bombardeado día a día. Pero me encanta ese final cuando se encuentra consigo mismo y se da cuenta de que ha de volver a la realidad.
Me ha encantado, Marcos.
Un abrazo y mucha suerte
marcosplanet
Posted at 11:53h, 25 abrilMuchísimas gracias, Pepe. Valoro mucho tu comentario y haber hecho esta reflexión. El tiempo es fugaz, pasa junto a nosotros como una exhalación, un suspiro es cada día. Por eso pensé en esta historia y su protagonista, queriendo crear un arquetipo de la falta de tiempo en la sociedad actual.
Otro abrazo y mucha suerte también en el concurso.
Cristina Rubio
Posted at 16:47h, 22 abril¡Hola, Marcos!
Me ha encantado la descripción tan buena que haces de la naturaleza del pueblo de Reinaldo. Es corta, pero a la vez tan detallada que he podido ver las fértiles laderas, los bosques profundos, la vegetación y el río fluyendo impetuoso. Después, a través de la conversación entre el protagonista y su hermano Bertino, conocemos un poco más a Roni, un hombre a quien le gusta estar solo y que dice algo muy inquietante: “Necesito detener el tiempo”. Más inquietante es lo que viene a continuación: “Tras unas palabras más, las últimas que esperaba intercambiar Reinaldo con el mundo, recogió como pudo y se fue a dormir”. Se queda dormido y, en su sueño “Se hallaba subido a una de las ruedas que engranaban entre sí como el mecanismo de un reloj gigantesco” (esta imagen tiene mucha fuerza) y de repente oye la voz del guardián del tiempo y este le concede un deseo: “A partir de ahora vas a poder ir hacia atrás en el tiempo, sanar heridas emocionales, enmendar errores, transformar momentos malos en buenos”. Creo que esto es algo que querríamos muchas personas, poder cambiar el pasado para tener un mejor presente. Pero pienso, que somos quienes somos precisamente por los errores que cometemos, que pueden doler con mayor o menor intensidad, pero que sin ellos quizás no evolucionaríamos. También me ha parecido muy interesante la petición que le hace Roni al guardián del tiempo después: “Lo que quiero es llegar al presente enseguida, con menos años y más experiencia”. Me encanta la respuesta del guardián y el acertijo que le plantea. Al resolverlo, Roni vuelve al mundo real “con las imperfecciones y errores con los que todos debemos cargar, pero libre para enfrentar el futuro”. Esa es la clave: no podemos modificar el pasado para mejorar nuestro presente, pero sí podemos cambiar el presente para mejorar nuestro futuro, o al menos intentarlo. Me ha encantado esta historia, cómo está narrada y su valioso mensaje. ¡Suerte en el concurso y un abrazo!
marcosplanet
Posted at 16:14h, 23 abrilMuchísimas gracias, Cristina. Sí, los deseos de Roni de detener el tiempo y volver enseguida al presente pero con menos años y más experiencia no pueden ser más egoístas, aunque el segundo de ellos tiene una aplicación directa en lo que pueden pensar muchos. Lo que siempre si ha dicho (no sin ser conflictivo): Anda que si pudiera tener 18 añitos, pero con lo que sé ahora… Pero conociendo la naturaleza humana te das cuenta de que siempre podemos tropezar con las mismas piedras… una y otra vez.
¡Un fuerte abrazo!
Rocío Cala
Posted at 13:41h, 21 abril¡Hola Marcos! Un relato con el tiempo en si mismo como uno de los protagonistas, o más bien, como juez y verdugo con intención de enmendar a los humanos. El deseo de no querer envejecer creo que es algo común a todo ser humano, como deja muy claro tu relato al final. Sin embargo, no podemos avanzar en la vida ni ganar experiencia si detenemos el paso del tiempo. Aprendemos de lo que vivimos, así que necesitamos cometer errores.
El relato está muy bien planteado y nos presenta un dilema que el protagonista debe de solucionar mediante un acertijo.
Un saludo.
marcosplanet
Posted at 00:13h, 22 abrilEstoy de acuerdo contigo, Rocío. El tiempo es juez y verdugo y no podemos resistirnos a su yugo. Como bien dices, la experiencia es un pilar para avanzar en la vida.
Un saludo.
Noelia de la Flor
Posted at 15:48h, 19 abrilMuy entretenido y perfectamente narrado y descrito este relato, igual que todos los tuyos.
Sobre el acertijo… Si bien es verdad lo del Papa y el Rey. A lo de no hay dos dioses en una misma religión… ¿Qué me dices de las religiones politeístas?
marcosplanet
Posted at 20:25h, 19 abrilLo del politeísmo, bueno, en España no estamos acostumbrados al politeísmo, precisamente. El acertijo está en un contexto de idiosincrasia nacional, no es un relato que pretenda profundizar en eso.
Gracias por comentar.
Gabiliante
Posted at 20:43h, 16 abrilReinaldo es un listo… Tiene el cuajo de pedirle a Tempus aquello de experiencia de viejo y cuerpo de joven. Tempus hace muy bien: contra el vicio de pedir…
Aún debería haber hecho girar los engranajes con mayor velocidad para demostrar a Reinaldo la sensación física del vértigo, semejante el peligro de jugar con el tiempo.
Abrazooo y suerte.
finil
Posted at 18:10h, 16 abrilBuenas Marcos!!
Ese sueño..con el manejo del tiempo entre sus engranajes…tiene algo de existencial: controlar, rejuvenecer sin perder lo aprendido.
Me has recordado esas fantasías donde el tiempo no es una línea sino una esfera que se puede girar a voluntad.
Es curioso, porque mientras leía tu relato, pensaba qe en el fondo todos soñamos un poco eso no?. Estar en el ahora con todo lo que no sabíamos entonces. ( O ser sabios con cuerpos de atletas!!)
Y ya lo de los engranajes…parece que nos hayamos puesto todos de acuerdo en hablar de relojes, de ciclos y de guardianes del tiempo …o de lo que nos quede por inventar jajajaja
Un saludo Marcos. Me ha gustado mucho tu relato
marcosplanet
Posted at 09:16h, 17 abrilMuchas gracias, compañera de escritos y engranajes temporales, ja,jaj. Eso parece, que últimamente el tiempo nos obsesiona… o algo así. Por lo menos nos preocupamos por su paso imparable por nuestras vidas, sobre todo para los que somos de una generación «determinada».
Es lo que dices: «Estar en el ahora con todo lo que no sabíamos entonces. (O ser sabios con cuerpos de atletas!!)
Abrazos.
Casagrande
Posted at 23:14h, 15 abrilMe encanta que los pastores lleven una vida sencilla, obviamente las elites sonlo tienen un cabeza, pero a otros niveles lo sencillo prevalece y convive sin problema
Bruno
Posted at 17:51h, 15 abrilHola, Marcos. Somos consecuencia de nuestras decisiones, sean buenas o malas. Cambiar la más pequeña de ellas es crear a un nuevo yo. Lo mejor es aprender de lo vivido y dejar el ego a un lado.
Un relato genial. Felicidades.
marcosplanet
Posted at 17:36h, 16 abrilMuy bien tu razonamiento, Bruno.
¡Un abrazo!
Francisco Moroz
Posted at 21:37h, 13 abrilSi pudieramos enmendar los errores del pasado nuestro presente y futuro ya no serían los mismos. está bien que el tiempo pase y vayamos aprendiendo de los errores gradualmentre. lo malo que cuando nuestra vida va acabando, el aprendizaje y tanta experiencia sirven para bien poco.
tempus fugit con lo cuál carpe diem.
Un abrazo, compañero.
marcosplanet
Posted at 16:10h, 14 abrilNo puedo estar más de acuerdo con tu comentario, Francisco.
¡Carpe Diem!
Ainhoa
Posted at 17:49h, 10 abrilHola Marcos, me ha parecido un relato muy interesante. Con aprendizajes pero sin perder la magia . Suerte. Un saludo.
marcosplanet
Posted at 11:42h, 11 abrilMuchas gracias por leerlo y comentarlo, Ainhoa.
Saludos cordiales.
Themis
Posted at 16:49h, 10 abrilSer, dejarse ser sencillamente, simplemente, aceptar que el tiempo siga su curso y a medida que lo hace acompañarlo perdonándonos y perdonando cosa que si no enmienda errores, por lo menos se frena con lo que ocasionan, muy buen relato un placer leerlo, abrazo grande
Vero de Los vioajes de @opiniondemama
Posted at 14:15h, 10 abril¡Hola Marcos!!!
Me ha encantado el relato!!! Ojalá tengas suerte y te lleves un merecido premio!!!
Me ha encantado cómo ya en un mundo de fantasía, has encajado cosas que quizá serían buenas en un mundo real, este mundo al que le está faltando de todo…
¡Mucha suerte!
María Elena Larrayoz Aristeguieta
Posted at 22:22h, 09 abrilHola Marcos
Cuando Reinaldo le dice a su hermano «Necesito detener el tiempo» y luego nos aclara que esas son «las últimas palabras que espera intercambiar con el mundo», me imaginé un suicidio. Pero él lo que quería era escapar del paso inevitable de los años, ni más ni menos. Como si no le alcanzara con modificar errores o malas decisiones, como si fuera tan fácil detener el tiempo.
Me gustó que nos trajeras a Tempus Fugit y me pareció muy bueno el acertijo.
¡Buena participación. Un abrazo
Marlen
marcosplanet
Posted at 14:06h, 10 abrilSí, yo pensé que al mencionar «las últimas palabras que espera intercambiar con el mundo» iba a dar la sensación de tendencia a acabar con su vida, pero bueno, la opción de detener el tiempo engrana con la personalidad de Reinaldo, egocéntrico hasta la médula.
Muchas gracias, Marlen, por tu comentario.
Otro abrazo para ti.
Idalia H. Payano T.
Posted at 06:25h, 09 abrilHola, Marcos, un relato delicioso en su entorno natural, con esa solitaria paz que Reinaldo deseaba encontrar y que supo defender al recibir la llamada de su hermano y el narrador deja ver claro que no recibiría ninguna otra más. Esos bellos recuerdos de infancia que afloraron y le ayudan a relajarse y desear con mas ganas detener el tiempo, o al menos no sentir su paso con crueldad.
Ay, los sueños, son tan peculiares, a veces gratificantes, otras mortificantes y algunos reveladores y misteriosos.
Esos engranajes me parecen muy significativos ya que muestran el funcionamiento interno de la mayoría de los relojes, y usarlos para representar su trascendencia y recorrido ha sido muy acertado, como también describirlo flotando entre ellos.
El personaje onírico, de entrada lo asusta, luego lo ve como un aliado y acepta su ayuda,
Pero como tenía demasiadas cosas en su pasado que deseaba cambiar y eso lo hacía tardar en llegar al presente. y la soberbia es la madre de la impaciencia, Reinaldo quiso ponerle fin al juego de ir al pasado y regresar al presente con rapidez.
Para mis sorpresa el final fue la lección aprendida, Me esperaba que al regresar al presente y haber hecho tantos cambios en su pasado no le agradaria para nada ese Reinaldo actual. Como no ocurrió así, me hace saber que Tempus Fugit, es la representación viva de esa famosa frase, «El tiempo que se va, no vuelve jamás» y eso fue lo que aprendió Reinaldo con el acertijo, a aceptar la realidad, y vivir a plenitud su presente, dejar a un lado su obsesión, y no enfocarse en el futuro. Nadie vive tan pendiente de uno, como lo hace uno mismo, ni siquiera Dios, que solo ve lo que está en tu interior,
Excelente participación Marcos, un placer venir a leerte. Te deseo un delicioso mes de abril
marcosplanet
Posted at 14:13h, 10 abrilExcelente es tu análisis, Idalia. Enriqueces este blog con tus palabras. Es curioso lo que da de sí el tiempo, ese tirano que todo lo puede porque nadie puede pararlo. Me permití dejar una moraleja al final por darle un toque más realista al relato. podría haber sido más fantasioso pero bueno, es lo que tienen los cuentos, que el lector puede interpretar varios finales.
Que disfrutes de una primavera llena de sorpresas buenas y paseos floridos.
Tarkion
Posted at 06:23h, 09 abril¡Marcos, qué disfrute este relato!
Me ha gustado mucho cómo le das ese giro casi filosófico a una aventura que empieza con tono costumbrista y acaba adentrándose en lo metafísico. Has logrado un equilibrio muy logrado entre la cercanía de la vida cotidiana —esa descripción del pueblo, el banco de la cocina, la cena sencilla que casi se saborea leyendo— y ese salto hacia el terreno simbólico y universal que aparece con Tempus Fugit y los engranajes del tiempo.
La figura de Reinaldo me parece muy acertada: es un personaje cercano, reconocible, casi cualquiera de nosotros en esos momentos en que buscamos parar el reloj para huir del paso inevitable de los años. Pero lo que de verdad da peso al relato es que no lo retratas como un héroe clásico, sino como un ser humano con sus ansias muy humanas de controlar lo incontrolable. Ahí está la clave, y ahí se cuela la reflexión profunda que dejas al lector: que quizá en ese empeño por preservar cada segundo, nos estamos perdiendo la esencia misma del viaje.
Y qué decir de Tempus Fugit, que es un hallazgo brillante. Tiene ese tono irónico, casi burlón, pero también ejerce un papel de maestro paciente que no le resuelve la vida a Reinaldo con un truco fácil, sino que le obliga a pensar, a resolver el acertijo desde la humildad, dejando a un lado el peso del ego. Me parece muy buena la manera en que has tejido este aprendizaje, porque no cae en el moralismo, sino que se siente como una conversación natural que acompaña al lector sin imponerse.
Además, me ha gustado mucho que hayas elegido precisamente este acertijo final. No solo encaja como pieza clave para cerrar el relato, sino que además remata con coherencia el mensaje: la respuesta no está en el control absoluto ni en los atajos imposibles, sino en aceptar que la vida no se puede acelerar ni perfeccionar como quisiéramos. Lo que vemos es lo que somos capaces de comprender en nuestra propia cabaña, no en los palacios o en los altares.
Me ha encantado también que no cierras con una moraleja impuesta, sino que dejas el final abierto, elegante, con esa vuelta al despertar que nos recuerda que, al final, todos acabamos despertando a la realidad que nos toca vivir… pero quizá con una mirada más sabia gracias a los sueños que hemos tenido.
Un relato redondo, Marcos, de esos que se leen con placer y dejan resonando ideas mucho después. Te felicito por cómo lo has construido y por cómo has dejado que la imaginación y la reflexión vayan de la mano, sin prisas, sin atajos, disfrutando del viaje —como debe ser.
¡Un fuerte abrazo, compañero!
marcosplanet
Posted at 14:23h, 10 abrilEs impresionante tu análisis, Miguel. Como siempre, un derroche de observaciones impecablemente escritas, de una profundidad que me abruma. Le das un lustre mágico a este blog y eso me hace pensar en abrir una sección de comentarios en forma de serie, con los posts a los que hacen referencia en concreto. Porque, como verás, al igual que sucede en tu blog, las personas brillantes que nos visitan dejan comentarios brillantes, admirables algunos, que van dando forma a un tesoro escrito fácilmente reconocible y valorable.
Eres una persona excepcional, Miguel, y eso marca con letras de oro el espíritu de este blog al que tanto quiero.
¡Un fuerte abrazo, amigo!
Ana Piera
Posted at 04:24h, 09 abrilHola Marcos, una muy buena propuesta. Exhibes un derroche de imaginación con los sueños de Reinaldo y ese personaje que controla el tiempo. La historia viene con su mensaje aleccionador: la vida no es perfecta pero vale la pena de ser vivida aún con sus imperfecciones y malos momentos. Seguro que Reinaldo aprendió la lección y siguió caminando por la vida con una actitud menos aprensiva. Gracias por compartir esta historia. La disfruté. Saludos.
marcosplanet
Posted at 23:52h, 10 abrilMuchas gracias a ti por tu fresco análisis, lleno de matices de interés como siempre.
Es un placer leer tus obras y tus comentarios, Ana.
Montse Escribano Ruiz
Posted at 16:49h, 08 abrilSinceramente un relato brillante, Marcos. Se agradecen las ricas alusiones a la naturaleza, lo rural y lo ancestral. Motivos por los que admiro a José María Merino, cuyo tema central de su obra además son los sueños con el elemento fantástico.
Aunque es tentadora la figura de ese Tempus Fugit, no podríamos desarrollarnos ni ser libres sin un fluir natural de los acontecimientos aunque sean adversos.
Y a mí también me ha encantado el acertijo, es más enriquecedor compartir el camino, y si éste es de montaña, más prudente.
marcosplanet
Posted at 12:48h, 10 abrilMe ha encantado tu comentario tan claro y conciso, Montse. Sobre la naturaleza, mi gran pasión después de escribir, siempre me gusta incluir evocaciones de ciertas zonas que quiero resaltar. Mi tierra manchega especialmente.
Gracias por tus palabras, que aprecio mucho. Comentarios así enriquecen este blog.
Marta Navarro
Posted at 11:03h, 08 abrilQué buen relato, Marcos. Una historia muy imaginativa con una gran moraleja final. Has caracterizado muy bien al personaje, su obsesión por el paso del tiempo y su intento por retener la juventud y cómo ello lo convierte en un hombre solitario y egoísta, algo que esa naturaleza tan imponente que enmarca la historia potencia muchísimo. El sueño como un chispazo quizá de su conciencia le hace comprender la importancia de vivir el presente y valorar cada momento. El cambio interior en ese sentido está muy bien mostrado. El acertijo fantástico, me ha encantado. Un cuento estupendo.
marcosplanet
Posted at 12:18h, 08 abril¡Muchas gracias, Marta! Tus comentarios me aportan siempre muchas ganas de continuar contando historias y no sabes bien lo que agradezco ese nivel de detalle.
Un fuerte abrazo.
Dakota
Posted at 23:21h, 07 abrilHola Marcos, me ha gustado mucho tu relato. El inicio te va haciendo conocer el personaje. Lo del Tempus fugit muy imaginativo y todo un acierto para dar forma a la historia.
Qué poder tendríamos si de verdad pudiéramos volver atrás en el tiempo y cambiar lo que no gustase.
Un magnífico giro. Aunque Tempus fugit lleva ventaja, acaba ayudando a Reinaldo.
Un abrazo!!
marcosplanet
Posted at 12:43h, 08 abrilMuchas gracias por tus palabras, Dakota. Me gustan mucho tus comentarios, son valiosos para mi. Es probable que Tempus Fugit se convierta en un personaje recurrente en posibles continuaciones de historias paralelas, similares en cuanto al tema de fondo del relato, lo cual es posible que lleve a cabo en breve.
Un fuerte abrazo!
Maite
Posted at 17:03h, 07 abrilPrecioso.
¡Tan imaginativo y lleno de significado!
Me entusiasmó esa idea de los engranajes del reloj, es super fantástica, con él llevado por el guía hacia su pasado (cuántos quisiéramos volver al pasado para cambiar cosas… )
Las descripciones iniciales también me gustaron mucho, te hacen ver y sentir la bravura de la naturaleza y te llevan a ese aislamiento buscado del personaje. El detalle de la casa, en la cocina, recordando los guisos de su madre, es un punto que hace la historia entrañable y cercana.
Pero el acertijo y la enseñanza son la joya del cuento. Además, es increíble lo bien que has encajado el acertijo, ¡y lo bonito que es en sí mismo!
El excesivo egocentrismo con que nos enfrentamos al mundo nos impide ser felices. Tu personaje se obsesionaba con su propia juventud y salud, dejando de lado el goce de la compañía, de la amistad o la pareja. Y con ello pasaba su vida y la estaba desperdiciando. Ese sabio «tempus fugit» era su propia conciencia, manifestándose en sueños.
Es un relato de ritmo pausado y claro, con imágenes muy bien trazadas, vívidas, y sobre todo en el que se siente una completa identificación con el personaje.
¡Felicidades, Marcos, se te nota en tu salsa, pura imaginación. 🙂
¡Un abrazo fortote!!
Maite (volarela)
marcosplanet
Posted at 12:47h, 08 abrilMe ha impactado tu comentario, Maite. Es tan claro y preciso que parece uno de esos engranajes del reloj que aparece en los sueños del protagonista. Describes perfectamente la intención que preside el relato y eso me alegra mucho. La soledad no viene bien a nadie, y en mi opinión conduce al egocentrismo y a una encrucijada de difícil salida.
¡Otro abrazo fuerte para ti!
juana medina
Posted at 21:16h, 06 abrilYa la vez pasada me quedé sin poder comentar, veremos ésta. Tempus Fugit avisa siempre, solo que no todos sabemos escuchar, y aún a Reinaldo le cuesta bastante, aunque por fin…Le deseo lo mejor, hasta que encuentre quien lo acompañe sin hacerle perder el tiempo. Por las dudas soy Juana. Un abrazo
marcosplanet
Posted at 12:51h, 08 abrilHa sido publicado el comentario perfectamente, Juana. Lo que pasa con wordpress no lo sabe nadie, a veces publica a la gente como anónimo, otras no aparece la publicación… yo creo que si sucede eso lo que hay que hacer es pulsar las teclas Ctrl+ shift (flecha hacia arriba de las mayúsculas) + R, y así podrías resolverlo creo yo.
Respecto a lo que dices, «tempus Fugit avisa siempre, solo que no sabemos escuchar», en efecto, así lo veo yo también.
Me paso enseguida por tu blog.
Un abrazo.
J u a n E l P o r t o v e n t o l e r o
Posted at 20:12h, 06 abril¡Adoro los argumentos, cuyos protagonistas saben encontrar el punto a La Soledad, son Valientes y les gusta arriesgarse! Hasta detalles como los huevos fritos con miel y sobrasada, son recetas que poca gente conoce (la variación de miel y vinagre es a la que estoy aficionado yo) y enriquecen tu texto. «Tempus Fugit » está muy bien escogido para el nombre, pues es la leyenda latina que siempre ( menos en estos tiempos crueles que se ha perdido la costumbre) se solía poner en los grandes relojes aristocráticos de pie en las casonas, en los de pared normales y mobiliario de Los Evos de toda la vida. (en mi caso es el de la casa de mis ancestros familiares que aún funciona en su muro) En mi hogar, sin leyenda, tengo uno inmenso de cuco, que también tiene lo suyo. Tu relato me gusta porque es inmensamente evocador y recuerda a las tradicionales narraciones iniciáticas para protagonistas míticos. Creo, que la cabaña del pastor, es alegoría abracadabrante del sanctasanctórum personal e intransferible de cada uno, y más bien ve en la cabaña, Un Reino, Un Puente y…a …..D i o s….Semper Deus. ¡A Disfrutar de Tu Merecido Abril!🌍
Recibe Las Consideraciones Más Distinguidas de Juan El Portoventolero aka Juan Y Su Horizonte 🕵️♂️
marcosplanet
Posted at 12:58h, 08 abrilTus palabras me alegran el día, Juan. Tu comentario tiene la frescura que siempre te caracteriza, a la que se suma tu descripción de los relojes de pie y su inscripción. Tempus Fugit es algo que me vino enseguida a la memoria como denominación del guardián del tiempo, por su vinculación al significado implícito: «El tiempo es fugaz, pasa velozmente, es implacable». Me imagino la casa de tus ancestros familiares como un hogar entrañable, amueblado con signos que invitan a un trato familiar.
En fin, muchas gracias por tus palabras, Juan.
Marifelita
Posted at 20:02h, 06 abrilHola Marcos!
Me ha gustado mucho el acertijo, y tambien el personaje que creas, centrado tanto en disfrutar y preservar su propio tiempo que decide hacerlo solo sin compañía!
Parece ser que gracias a «Tempus Fugit» reflexiona y ve la vida y el tiempo de otra forma!
Un abrazote y mucha suerte en el concurso!
marcosplanet
Posted at 12:59h, 08 abrilMuchas gracias a ti, Marifelita, por tu tiempo y tus palabras. Ya sabes, el tiempo es fugaz e implacable, «Tempus fugit».
Otro abrazo para ti.
Irene
Posted at 18:10h, 06 abrilBuenas, Marcos.
Me ha gustado mucho la aparición de Tempus Fugit, nunca se me hubiese ocurrido meter eso en un relato.
Una historia interesante que nos hace reflexionar sobre nuestras experiencias y lo que haríamos si pudiéramos modificarlas aunque, al fin, somos lo que somos por las experiencias, errores y aciertos del pasado. De todo se aprende, o al menos se debe.
Un saludo.
Irene
marcosplanet
Posted at 13:02h, 08 abril¡Hola Irene! Me encanta tu comentario: «Somos lo que somos por las experiencias, errores y aciertos del pasado. De todo se aprende, o al menos se debe», es una reflexión acertadísima y que comparto. Para eso está la experiencia y sus cimientos, que deben ir construyendo sin pausa los cimientos que han de conducirnos a actuar con cabeza y sensatez.
Me alegra mucho que el relato haya sido de tu agrado.
Saludos!
Arenas
Posted at 17:29h, 06 abrilTiempo es, precisamente, lo que me falta a mí para pasarme por aquí a leerte. Y mira que lo siento, porque siempre encuentro cosas interesantes en tus escritos. Hace años, habría dado cualquier cosa pot encontrarme con el Tempus Fugit de tu relato y darme unos garbeos por tiempos pasados que no volverán, vuelan y vuelan y jamás vendrán. Pero hoy día miro al pasado menos que nunca. Somos presente, y es bueno que sea así.
marcosplanet
Posted at 13:04h, 08 abrilSomos presente, por supuesto, compañero de escritos novelados. Espero que Tempus Fugit te ayude a disponer de más tiempo de ocio y así poder entrar en mis historias y comentarlas, lo que a mi me llena de satisfacción, amigo mío.
Un fuerte abrazo.
Lucy
Posted at 12:54h, 06 abrilCuando hay dos Papas, como realmente ocurrió cuando estaba Avignon es que ambos terminan de antipapas. Fenomenal acertijo con visos de ciencia ficción
marcosplanet
Posted at 13:55h, 06 abrilSii, así es, Lucy. Espero que no sea el fin del mundo la situación papal actual.
Josep Maria Panades Lopez
Posted at 10:27h, 06 abrilUn relato muy bien ideado para cumplir rigurosamente el reto propuesto por El tintero de oro. La narración no solo es fluida sino que, además, hace ver al lector lo que se describe, empezando por la orografía del lugar, ese río y esos bosques. La adivinanza, que supongo que es de tu cosecha, es muy original.
Creo que todos hemos deseado alguna vez retroceder en el tiempo y no solo como diversión o curiosidad, sino con la intención de reparar algún desacierto, desencuentro o daño infligido voluntaria o involuntariamente a otra persona, o recuperar un amor perdido. Todo en vano, claro está. Pero soñar es fácil. La aparición de Tempus Fugit da un espaldarazo a la historia y no solo concede al protagonista su deseo, sino que le da una lección de humildad y humanidad, la enseñanza de este cuento.
No es necesario decir que me ha gustado mucho tanto la forma como el fondo.
Un saludo.
marcosplanet
Posted at 14:06h, 06 abrilMuchísimas gracias, Josep. Me alegra mucho verte por aquí y leer tus palabras cargadas de significado. Pienso que el tiempo es el gran amo de todo, tiene un poder absoluto entre nosotros y gobierna con mano de acero, porque nunca podremos zafarnos de él. Tarde o temprano acaba imponiéndose, por mucha vida sana que lleves o hábitos que entrenen tu mente.
Podríamos decir que en mi relato el tiempo aparece jugando ya con ventaja, aunque en este caso está ahí para ayudar a nuestro protagonista.
Un placer leerte, Josep.
Mercedes Soriano Trapero
Posted at 18:28h, 05 abrilHola, Marcos, muchas gracias por tu participación en el concurso del Tintero de Oro. Tu relato tiene los engranajes propios del reto: fantasía, seres irreales y acertijo, además de la moraleja de cambiar y enmendar los errores, esos poderes estarían muy bien en el mundo real. Si conoces a alguien que pueda traer a Tempus Fugit, coméntamelo. Mucha suerte en el concurso.
Un abrazo. 🙂
marcosplanet
Posted at 20:24h, 05 abrilJa,ja, desde luego que sí, Merche. Es complicado que Tempus Fugit deje de estar ocupado, pero te avisaré cuando eso suceda. 😉
Otro abrazo grande para ti.