MEGACITY. La nube carmesí

MEGACITY. La nube carmesí

 

Ella observaba absorta el manto incandescente que abrasaba el valle de Brun, en tierras de Capitalia, justo tras la linde de los bosques. La gigantesca nube roja que conquistaba el cielo se desplazaba imparable hacia el lado opuesto a donde ella y su pareja se encontraban paseando en lo que, en momentos de normalidad, cualquiera habría considerado el infierno.

–Es curioso que estemos tan tranquilos circulando por aquí cuando uno de los incendios está arrasando arboledas a pocos kilómetros ¿eh, Aitor? No olvidaré aquellos parajes reverdecidos por la primavera con las primeras aguas de abril, donde saltaban los corzos recién destetados y las ardillas se unían a las liebres en sus correteos. Quién nos lo iba a decir…

–¡Ay, mi Lorena!, la evocadora de la prosa poética, mi alma gemela en el lado opuesto a mi. Sabes que no me dicen nada las escenas bucólicas ni las mariposillas yendo de flor en flor.

Él se giró sobre ella y le dio un beso robado en los labios.

–Solo me gustas tú –dijo mientras se enlazaban en un abrazo cálido y prolongado.

 

Los incendios más devastadores han arrasado espacios naturales colindantes con grandes y pequeñas ciudades, devorándolo todo, aniquilando cualquier tipo de vida o haciéndola huir. Desde sus cómodas estancias, una parte privilegiada de los habitantes de conglomerados urbanos contemplan el espectáculo televisado mientras desayunan, comen o cenan, intercambiando impresiones de estupor ante lo que resulta ser noticia recurrente en los noticiarios.

Para otra parte de la población, sobrevivir entre las ruinas de los que anteriormente habían sido sus barrios residenciales se ha convertido en una prioridad diaria. Los efectivos del nuevo ejército del gobierno de Esguria campan por las calles buscando objetivos que abatir si fuera el caso, como sucedía cada vez que las bandas de colores se enfrentaban.

Un despliegue de vehículos militares de todo tipo, junto a las temidas tropas Trom, desfila entre los escombros de aquellas zonas que en su día fueron urbanizaciones de gente de clase media que nunca habría imaginado la ruina social y material en la que acabarían transformándose.

A nadie en Esguria resultaba ajeno que el manto natural que cubría los suelos de sus bosques llevaba años sin limpiarse, ni se realizaban podas que garantizaran mínimamente la oxigenación de los árboles en su primer crecimiento. Entre la masa forestal se había desarrollado un depósito leñoso que abarcaba miles de kilómetros cuadrados. El combustible perfecto para crear el infierno en la Tierra.

Paralelamente, de los despachos de los políticos fluía un número cada vez mayor de presupuestos aprobados para crear parques eólicos de energía verde y sostenible como alternativa a los combustibles fósiles. Han transcurrido más de veinte años desde que los grupos sensibles al cambio climático obtuvieran algo más que el eco social, logrando llenar la naturaleza de especies y espacios protegidos por doquier.

 

–Sí, para que la naturaleza siguiera su curso sin artificios químicos. Cuando se dieron cuenta de que esa sobreprotección ambiental fue la responsable de que los cauces de los ríos estuviesen llenos de maleza y todo tipo de residuos ya era tarde.

–Pero habría sido peor si las lluvias no hubieran arrastrado tantas toneladas de masa forestal invadiéndolo todo. Entonces nuestros dirigentes habrían quitado importancia al asunto y lo habrían aparado como tantos otros. Tuvieron que verle los dientes al lobo para ser conscientes del peligro, pero ya no hubo solución.

 

Un tipo de gusano desconocido hasta entonces, el Taladro de las Choperas, ejerció una transformación radical sobre la madera de los chopos en un principio y posteriormente sobre cualquier especie arbórea o vegetal. El parásito transformaba químicamente la savia o sangre de los árboles desde la plantación del esqueje, de modo que el ejemplar crecía con una calidad de madera que nada tenía que ver con sus genes. La materia leñosa había mutado a un material que al arder formaba nubes muy tóxicas para la vida animal y humana.

Las especies adultas que no habían sido invadidas por el parásito, ardían sin producir toxicidad alguna dada la composición tradicional de su madera, Sin embargo, esta servía de combustible ideal para propagar los incendios provocados por la mano de siervos del gobierno sometido a los dictados de las subvencionadas energías alternativas. Cuantas más áreas forestales fuesen despejadas de vegetación por los incendios, mayor número de parques eólicos permitirían construir, con gran beneficio para unos pocos políticos.

 

Las energías sostenibles representaban tan solo el dos por ciento del aporte energético que necesitaba Esguria, pero el presupuesto destinado por la Alianza Europea para su instalación hacía muy goloso el negocio ante los ojos de los gobernantes esgurios.

En este escenario, Lorena y Aitor conversaban junto al antiguo depósito de aguas, ahora derribado por las continuas contiendas entre grupos urbanos. Los nombres de piedras semipreciosas habían pasado a ser la denominación oficial de bandas enfrentadas de forma encarnizada en guerrillas sin fin. Cuarzos contra Granates, Ópalos frente a Circones, Topacios enemigos de Circones y Cuarzos… La lucha callejera estaba a la orden del día, pero no era ese un asunto que preocupara especialmente al Ministerio de la Seguridad.

En ese momento, un rumor inesperado surgió entre los hierros retorcidos mezclados con la maleza. La figura menuda de un hombre lleno de tatuajes se deslizó entre los restos y se presentó ante la pareja.

–Holaaa, ¿qué haceiss por aquí, guapos? –exclamó siseando el recién llegado–. Porque mira que sois guapos, el rubio y la morena.

–¡Eh, oye! –No vendrás buscando líos ¿eh, chaval? ¿De dónde sales?

–Llevo un ratito escuchando lo que decís, es muy bonito, pero habláis de algo que tarde o temprano iba a suceder. Los que mandaban desde siempre tuvieron que hacer un hueco a los Amigos del Mundo Verde; estos se hicieron fuertes, influyeron sobre toda la sociedad y tuvieron un poder que ya lo quisiera yo para mi banda.

–Por tus tatuajes diría que perteneces a los Zafiros ¿no es así? –inquirió Lorena.

–Si, esos dardos sobre fondo verde fosforito son bastante claros…

–Así que tienes mando en los Zafiros –indicó Aitor mientras se pegaba literalmente al costado de Lorena, receloso y molesto por la sorpresa.

–Soy algo así como un abejorro molesto, muy molesto, que revolotea siempre por ahí viendo qué puede llevarse en los bolsillos.

–A ver –dijo Aitor en tono jocoso– ¿cómo vas a llevarte nada en los bolsillos si eres un abejorro? Tendrás, eso si, unas alas bien fuertes para sujetar aquello que te quieras llevar.

–Ja,ja,ja, qué bueno, amigo, eres todo un artista de la ironía. Muy bien, me gustas –el chiquitín tatuado extrajo un cigarrillo liado a mano de una caja metálica y se lo llevó a los labios sin encenderlo–. Y bien ¿qué pintáis aquí? Andáis muy lejos de Megacity.

–Somos Lorena y Aitor y recordábamos viejos tiempos, nada más.

El hombrecillo se les quedó mirando reflexivo y a continuación encendió el cigarrillo con un mechero tipo Zippo que seguramente le habría costado al menos cien gramos de oro en el mercado Resiam, el barrio mercantil de Megacity.

–Yo soy Tesorio, el guardián de los Topacios. Como vosotros, estaba dando una vuelta por aquí. Los Circones y los Cuarzos están poniéndose muy pesados con sus incursiones nocturnas por los barrios ricos. Así les va, que solo recogen palizas y linchamientos por parte de las patrullas vecinales, ya sabéis…

–Como el ejército se ha corrompido, las calles son más seguras mediante vigilancia vecinal. Sí, eso nos suena bastante –indicó Lorena con sorna– ¡Llevamos cinco años conociendo lo que pasa en los barrios de esta ciudad!

–Es curioso, debe ser mi sexto sentido –reflexionó Tesorio–. Llevamos unos minutos y parece que nos conozcamos desde hace más tiempo ¿no os pasa a vosotros?

–Si te hubiera visto antes te habría recordado, dalo por seguro –afirmó Aitor mientras apartaba una nube de humo del cigarrillo del hombrecito –Esto es peor que la nube roja.

Tesorio puso gesto melancólico.

–La primera “nube roja”, como la llamaban los ciudadanos europeos, fue avistada un día de primavera en que el resto del mundo mantenía su pulso con total normalidad.

»El mal no solo se había extendido por Esguria, cuyo clima mediterráneo había facilitado la labor al gusano en un tiempo record. Toda Europa había sido contaminada por la nube tóxica. Las fronteras con los países limítrofes eran los puntos más sensibles, pero a medida que pasaba el tiempo el peligro se iba relajando en los controles.

»Las bandas de colores fueron haciendo acto de presencia, apoderándose de la autoridad fronteriza hasta que los Trom acababan con los pequeños reinos de líderes locales de un plumazo. Pero las bandas nunca mueren. Son como la hidra y sus cabezas vuelven a crecer aunque sean cortadas.

Tesorio parecía inspirado, Ni Lorena ni Aitor quisieron interrumpirle.

»Los afectados, sin embargo, más de un millón de personas, sufrían desde hacía años las consecuencias que la nube les había dejado. Miles de ellos no podían respirar sin la ayuda del aparato…

El guardián de los Zafiros se quedó mirando fijamente el horizonte rojizo como si estuviese contemplando imágenes de un vídeo sobre un pasado que pugnaba por ser olvidado.

–¿Perdisteis a alguien? Todos perdimos a alguien ¿no es cierto?

–Mis padres y los de Lorena fallecieron en los primeros días de la nube roja. Una infección de la sangre imparable.

En ese instante, una explosión retumbó en sus oídos con la contundencia propia de una granada.


 

Y hasta aquí hemos llegado, amigos. Muchas gracias por hacer click en el corazoncito de más abajo y por dejarme vuestro valioso comentario. La continuación la encontraréis en la siguiente entrega que publicaré en breve.

¡Salud y buena vida!

 

Nota: las imágenes de este post pertenecen a la página bing.com/images/create/ La portada es de Andree Wallint en Deviantart.com

24 Comentarios
  • Tarkion
    Posted at 12:00h, 16 abril Responder

    ¡Marcos!
    Lo primero que tengo que decir es que MEGACITY. La nube carmesí no es solo un relato, sino un universo narrativo condensado en llamas. Ya desde esa imagen inicial —el paseo sereno frente a una nube abrasadora— se siente que estás manejando los hilos con precisión. No necesitas explicarlo todo: el lector respira la distopía desde el primer párrafo. Y no cae en el efectismo apocalíptico típico del género: lo que hay aquí es una atmósfera construida con bisturí, no con martillo.

    Y hablando de atmósfera: hay momentos en los que lanzas bloques densos, cargados de crítica ecológica, política y social… pero lo haces sin imposturas. No se sienten como lección, sino como parte del tejido mismo de ese mundo que se desmorona a cámara lenta. Una estructura sólida que recuerda que la distopía no se construye solo con llamas y soldados: se construye también con silencios cómplices y presupuestos inflados.

    Me ha gustado cómo contrastas esos pasajes expositivos con los diálogos entre Lorena y Aitor. Le dan aire al relato y, sobre todo, humanidad. Ella tiene esa mirada poética, casi idealista; él, el sarcasmo a flor de piel. Ambos funcionan como puntos de anclaje emocional, lo que en neurocopywriting narrativo son los disparadores de empatía estructural: personajes que nos permiten procesar la tragedia desde un lugar emocionalmente habitable.

    Y Tesorio. ¡Qué personaje tan bien encontrado! Su entrada es casi teatral, y la dinámica que se establece entre los tres es magnética. Tiene algo de bufón sabio, algo de sombra que camina entre ruinas… pero también el brillo de quien ha sobrevivido a todo. Sus frases destilan verdad incómoda y memoria de calle, y eso le da una potencia simbólica significativa. Además, me gusta cómo manejas los nombres de las bandas, los colores, el gusano taladro… Todo suena a fábula adulta, con ecos de Bradbury, Orwell o Ballard.

    En definitiva, esta primera parte tiene alma, crítica, tensión y un subtexto político-ecológico que no grita, pero permanece como un zumbido en la nuca del lector. Y eso es narrar con intención, con propósito. Lo que logra este tipo de relato no es solo entretener: es activar zonas dormidas del pensamiento, generar incomodidad fértil. Despertar consciencia.

    He visto que tienes ya la segunda parte publicada, así que esta noche o mañana la leo. Y con gusto.

    Gracias por escribir así. Y por construir textos que no se rinden al espectáculo vacío, sino que proponen memoria y crítica sin filtro.

    Un fuerte abrazo, compañero.
    —Miguel

    • marcosplanet
      Posted at 09:25h, 17 abril Responder

      «Activar zonas dormidas del pensamiento, generar incomodidad fértil. Despertar consciencia». ¡Qué bien entiendes mis intenciónes al escribir esta historia! Haces una radiografía perfecta del contenido y los personajes. Me encanta tu descripción de Tesorio, es exactamente como lo describes: «Tiene algo de bufón sabio, algo de sombra que camina entre ruinas… pero también el brillo de quien ha sobrevivido a todo. Sus frases destilan verdad incómoda y memoria de calle, y eso le da una potencia simbólica significativa».
      No se puede explicar mejor. Además, das brillo al relato con tus magníficas descripciones, en general. Me dejas impresionado por lo que dices, pero no sorprendido, pues sabes bien lo que aprecio tus enormes capacidades como escritor. Brillante, profundo, detallista, pero sobre todo, compañero de las letras libres.
      Un abrazo, Miguel.

  • David Rubio
    Posted at 09:01h, 12 abril Responder

    Hola, Marcos. Al comenzar la lectura me imaginé un relato de ciencia ficción, muy poco después ya empecé a tener dudas, ja, ja, ja…, Y es que es muy evidente el paralelismo con nuestro mundo de hoy, y el mundo que narras, perfectamente posible yendo un poco más allá. Años atrás había un término para el Sistema que nos han montado en Europa: la dictablanda. Un sistema autoritario, pero bien disfrazado de paternalismo para que el ciudadano iluso piense que el Sistema es consciente de nuestros problemas y se esfuerza para que vivamos mejor, cuando la realidad es que nos quiere bien mansos, resignados y acomodados para que nos traguemos todos los nuevos problemas «irresolubles y crónicos» que tanto beneficio económico genera. También nos da una ilusión de libertad, siempre y cuando eso no entre en conflicto con los mandatos globales. Entonces, se ponen en marcha los mecanismos de represión y silenciamiento.
    En este inicio de historia nos muestras una sociedad civil destruida donde se intuye un control global, pero, al menos, parece que se han formado grupúsculos asociativos de poder local. Quién sabe, bueno, tú sí, si eso se convertirá en un punto de esperanza para una revolución o bien será usado para acogotar aún más al pueblo. Saludos!

    • marcosplanet
      Posted at 11:39h, 12 abril Responder

      No puedo estar más de acuerdo contigo, David. Es obvio, como bien dices, que el poder persigue un único objetivo: tener contento al rebaño, siempre que eso no entre en conflicto con mantenerlos a raya mediante el miedo. Este es el gran factor que esos iluminados utilizan para acongojar a las masas y de ese modo se aseguran tenerlas sometidas a su tiranía. La sociedad, con tal de seguir viviendo una vida aceptablemente cómoda, es capaz de aguantar carros y carretas, es decir, leyes por decreto, prevaricaciones, cohechos y mil y una palabrejas de esas que repugnan bastante.
      En fin, muchas gracias por aportar tu opinión que, como dije, comparto plenamente.
      Saludos!

  • AMAIA LARRREA
    Posted at 09:23h, 20 marzo Responder

    Wow, esa nube roja se me ha quedado impregnada.
    Y el nuevo orden social que no es más que un gran retroceso…
    Aplausos, como siempre genial.
    Abrazo grande

    • marcosplanet
      Posted at 16:04h, 21 marzo Responder

      Así es, muy bien descrito por tu parte: «un nuevo orden social que no es más que un gran retroceso»…
      Gracias por tu amabilidad al comentar y por tu tiempo.
      Un fuerte abrazo.

  • eliom
    Posted at 17:48h, 29 febrero Responder

    Un relato apasionante que ofrece una mirada oscura pero reveladora sobre los posibles caminos que podríamos seguir como sociedad. Como siempre excelente Marcos!.

    • marcosplanet
      Posted at 22:44h, 29 febrero Responder

      Muchísimas gracias, Elio. Me gustaría saber la opinión de los lectores sobre si merece la pena hacer una saga de esta historia y darle continuación ¿Qué te parece?

  • Nelson Mochilero
    Posted at 11:41h, 28 febrero Responder

    Truculenta y apasionante historia. Saludos!

    • marcosplanet
      Posted at 09:12h, 29 febrero Responder

      Muchas gracias Nelson, por tu tiempo y opinión.
      Saludos!

  • Anónimo
    Posted at 06:43h, 26 febrero Responder

    Muy interesante. Gracias por compartirlo con todos nosotros.

  • Arenas
    Posted at 20:04h, 25 febrero Responder

    .¿El comienzo de una nueva saga?
    Me maravilla como en tan poco espacio cuentas tanto. El texto no tiene desperdicio, ni una sola frase sobra en él. Torrencial sucesión de imágenes.
    Estupenda conjunción de presente y futuro, en la que en todo momento estás hablando de un país imaginario donde suceden cosas tremendas y lejanas, y en todo momento estás hablando de nosotros, de aquí y de ahora. Genial, como siempre.

    • marcosplanet
      Posted at 22:24h, 25 febrero Responder

      Que bien lo has descrito, no por los calificativos que no merezco sino por lo bien que cuentas la esencia de la historia. Lo de la saga está en mi mente, a ver si puedo. Esta sería ya la novena.
      Un abrazo, amigo.

  • Viajantes
    Posted at 15:42h, 25 febrero Responder

    Esto que describes ya está empezando a suceder, no hay más que ver la Agenda 2030. Pobres generaciones venideras sino se cambia el rumbo, aunque hay que ser optimista y tener fe en la humanidad. Muy interesante artículo Marcos,???? Saludos!! ????‍♂️????‍♀️

    • marcosplanet
      Posted at 16:37h, 25 febrero Responder

      Muchas gracias. Así lo veo también.
      Gracias por tu tiempo y tu opinión.
      Un abrazo.

  • Federico Agüera
    Posted at 12:25h, 25 febrero Responder

    Lamentablemente la situación que describe tu historia podría ocurrir en un futuro próximo. Espero que sirva para concienciar y que pronto se tomen medidas contundentes que frenen este cambio climático. Saludos

  • Ric
    Posted at 10:25h, 25 febrero Responder

    Hola Marcos, excelente post, como siempre.

    Me alegro de ver que algunos ponen en relevancia algo que los humanos no quieren creer, la decadencia de una especie.
    La Tierra tiene millones de años, seguirá existiendo cuando nosotros ya no estemos, ahora bien, la especie humana sigue desarrollando, que no evolucionando, maneras de extinguirse, ¿hasta cuando?

    Un saludo Marcos, ¡nos leemos!

    • marcosplanet
      Posted at 10:47h, 25 febrero Responder

      Muchas gracias por tu participación en los comentarios, Ric. Son muy valorados.
      Saludos.

  • Nuria de Espinosa
    Posted at 01:19h, 24 febrero Responder

    El nuevo orden social… Te obliga a reflexionar. Después de lo sucedido en Valencia, tu relato me ha provocado desazón. Cómo siempre Marcos un placer leerte. Un abrazo

    • marcosplanet
      Posted at 21:56h, 24 febrero Responder

      Muchas gracias Nuria por tu tiempo y por estar siempre al tanto de mis publicaciones con tus comentarios.
      Abrazos.

  • Maty Marín
    Posted at 00:57h, 24 febrero Responder

    Realmente nos pones a reflexionar sobre.la necesidad imperante de un nuevo orden social. Buen post Marcos, felicidades. Un abrazo.

    • marcosplanet
      Posted at 22:00h, 24 febrero Responder

      Mi intención es precisamente hacer reflexionar al lector y recabar su opinión.
      Muchas gracias por aportarla, Maty.
      Un fuerte abrazo.

  • Anabel Roldán
    Posted at 14:51h, 23 febrero Responder

    Espero que Lorena y Aitor consigan financiación para su Sección 88, que los grupos urbanos limen asperezas para unirse todos y conseguir derrotar al gobierno esgurio.
    Un abrazo fuerte Marcos

    • marcosplanet
      Posted at 20:34h, 23 febrero Responder

      Muchas gracias por tu tiempo y tu comentario Anabel.
      ¡Un abrazo muy fuerte!

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